El futuro del dólar, Libia y Strauss-Kahn
Extraordinaria nota. JS
«Ninguna nación digna de ese nombre hubiese tolerado que una personalidad considerada aspirante a la presidencia de la República y a ser el máximo representante del país apareciera esposada entre los esbirros del FBI, que lo metieran en un vehículo policial como un vulgar delincuente y que lo exhibieran ante un tribunal sin haber ni siquiera la posibilidad de afeitarse.
«(…) Para evitar que alguien pudiera prevenir a DSK, solicitaron –eso sí– que se interfiera la señal de la telefonía móvil en esa zona del aeropuerto durante el tiempo necesario hasta que ellos llegaran al lugar [6]. Pero la posibilidad de interferir la señal de la telefonía móvil no entra en de las prerrogativas de una brigada de lucha contra el vicio. Así que en realidad se trata de un caso de seguridad nacional.
«(…) el director general del FMI estuvo secuestrado durante 10 días. El funcionamiento de la institución internacional estuvo bloqueado durante 10 días por falta de firma autorizada. Durante 10 días, los problemas del euro y del dólar, la quiebra de Grecia y muchas otras cuestiones quedaron en suspenso…
«Estamos asistiendo ahora a una guerra financiera de proporciones nunca vistas. En momentos en que la situación económica de Estados Unidos se tambalea más que nunca y el dólar puede convertirse en cualquier momento en simple papel mojado, el acuerdo concluido con el G8 y avalado por en el G20, elaborado por el FMI en coordinación con el Banco Mundial y con los medios bancarios internacionales, cuyo campeón era DSK, está ahora en suspenso. Por lo que el predominio del dólar sigue intacto, pero es más artificial que nunca. Se trata del dólar cuyo valor querían relativizar los Estados emergentes, pero que sirve de base al poderío del complejo militar-industrial israelí-estadounidense.
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