La lección latinoamericana

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Por Miquel Ramos / Kaos en la red

«Nos encontramos con un panorama que deja en evidencia la quiebra de Occidente frente al crecimiento imparable de América Latina en todos los sentidos».

‘Sólo un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela. La situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana encabezada por un ex golpista que ganó legítimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un autócrata peligroso para su país y el resto del mundo.’

No es la sinopsis de ningún thriller político, ni ningún augurio de un vidente. Es el principio de la editorial de El País del 13 de abril de 2002, titulada ‘Golpe a un Caudillo’, cuando el presidente Hugo Chávez fue secuestrado por militares golpistas que colocaron al frente del gobierno al presidente de la patronal venezolana, Pedro Carmona.

Hacía tiempo que la oligarquía venezolana trataba de hacer tambalear el gobierno bolivariano, promoviendo huelgas (si, la patronal convocando huelga …) e incitando a la revuelta a través de la mayoría de los medios de comunicación del país, privados y en manos de la oposición. La revuelta fue encabezada por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la cúpula de la Iglesia Católica, la Universidad Católica y la Confederación de Trabajadores de Venezuela, un sindicato antichavista financiado por la National Endowment for Democracy , fundación estadounidense de la era Reagan, que según el New York Times, se creó para hacer públicamente lo que la CIA no podía hacer, es decir, financiar todos aquellos grupos de América Latina serviles a las políticas de EEUU .

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