La tercerización esclaviza y emponzoña el alma proletaria y gremialista
Marcelo Ramal es economista y uno de los principales dirigentes del Partido Obrero. Con semejante apellido, no puede extrañar que se haya especilizado en los desmantelados ferrocarriles argentinos. Ramal fue muy criticado por dejarse tratar como un amigo de toda la vida por los ultrareaccionarios Feimann & Doman, pero lo cierto es que, entrevistado por la Agencia La Vaca explicó el conflicto de sus trabajadores didáctica y claramente. Recuerdo que las «agencias de recursos humanos» que tercerizaban el empleo en clara vulneración de las leyes desembarcaron durante la dictadura del general Juan Carlos Onganía (1966-1970), es decir en la época en que comencé a trabajar de cadete, tercerizado, en una empresa sueca de motosierras y otra maquinaria. Recuerdo el odio que le teníamos los secundarios peronistas. Recuerdo las pintadas y el petardo que pusimos en la puerta de una de las primeras. Y también cuando en 1973 tomamos (los de la JP de la Circ. 13, Montserrat) la inactiva Bolsa de Trabajo (hoy Archivo General del Ejército, Defensa entre México y Chile) y pretendimos que volviera a funcionar (había dejado de hacerlo en beneficio de los avisos clasificados de Clarín). Hace unos años, la desaparecida revista Página/30 edito un VHS sobre el efímero gobierno de Cámpora. Allí, en ese amplio edificio que bien podría haber sido una casa de gobierno de un país africano o caribeño, aparece un grupo de compañeros de base mientras son aleccionados por Ricardo Stockdale, alías El Mamut, el rostro público mismo de aquella jotapé, que acaso lea estas líneas en Castelldefells o su despacho de Plaza Lesseps. ¿Cómo fue que dejamos que la tercerización se naturalizara hasta el punto de que haya dirigentes sindicales corruptos que se beneficien de ella? Lo que Ramal no dice es que ésta es una diferencia muy grande entre sindicalistas como Moyano y Pedraza, diferencia que la mayoría de los medios se empeña en borrar. Toca ahora luchar a brazo partido contra la tercerización y el trabajo en negro, caiga quien caiga y cueste lo que cueste. En esa tarea, parece claro, podemos contar con el negro Hugo (al que tantos quieren incriminar, haciéndole el juego al establishment, porque en los años ’70 tenía amigos fachos) y en cambio no podemos contar con el negro José (que entonces era un dirigente muy combativo, pero que al llegar Menem entregó todo, todo, sin luchar). Pedraza hace rato que debería estar preso por haber traicionado y estafado a sus compañeros y a todos los argentinos.
Tres millones de razones detrás del crimen de Mariano Ferreyra
El balazo que mató a Mariano Ferreyra hizo blanco también sobre una situación que simboliza la época. La precarización laboral se ha transformado en un negocio de alrededor de 3.000.000 de pesos mensuales a costa de los trabajadores, que se reparten entre concesionarios ferroviarios, empresas tercerizadas, burocracia sindical & afines. Allí está el nido de la impunidad, y el negocio que salieron a defender las patotas y barrabravas, ante la inacción policial que –según quien opine en estos días- es: a) sospechosa, b) cómplice, c) discapacitada.