Lecturas de un día triste: Spinetta, Verbitsky, Forn, Siria y Turquía
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Luis Salinas. Una de sus últimas fotos en su casa de la calle Estados Unidos. |
Se acaba el día. Un día triste para mi a pesar del triunfo de Chávez y del supuesto cumpleaños de Perón, y no por el 45 aniversario de la muerte del Che. Es que hace cinco años murió mi hermano Luis, dejando un vacío imposible de llenar. Como dejó otro Luis en muchos en febrero pasado. Con la diferencia que el primer LAS era un poco bastante autodestructivo y se fue deshaciendo de su breve pero a mi juicio muy interesante obra. Y que el segundo LAS nos la dejó bastante ordenadita, y aún así, veo que nos seguirá sorprendiendo hasta el fin de nuestros días.
El miércoles se inagura en la Biblioteca Nacional una muestra sobre El Flaco y su obra, y si bien todavía no leí más que por arriba la nota de tapa que le dedica Radar, Lago de forma mía (la guardo para mañana), retitulada en el interior con el título pedodorro que Jorge Álvarez le puso a su primer disco solista, Spinettalandia y sus amigos, si leí con atención la página, titulada Un lugar de uno, en la que la música Melina Moguilevsky excplica por qué la canción que más la marcó en la vida es Cielo de ti (de Pelusón of milk, albúm del que también enaltece Jilguero, una canción que hizo en 1972 y 1973 cuando éramos jóvenes y bellos y llenos de fe el futuro que íbamos a forjar y recién grabó en 1991). La había olvidado y la escucho con la misma unción con que iba a misa cuando tenía 13 años.
Tengo sobrados motivos para tenerle animadversión a Horacio Verbitsky. Sin embargo, me veo en la obligación de expresar cuanto valoro su accionar para que Argentina rechace las pretensiones del Pentágono de subordinar a nuestras Fuerzas Armadas so pretexto de «nuevos desafíos» en materia de seguridad, sean las maras, los narcos, los escruchantes o los carteristas. No había leído su nota de ocho días atrás y quedé muy sorprendido con su nota de hoy. Por suerte, tenía aquella guardada y la leí hoy. Un capolavoro que merece mayor repercusión. Entiendo que si no la tuvo es porque muchos se hacen los dolobus y hacen caso omiso de la sentencia de Licurgo reeescrita por Perón acerca de que «cuando el destino de la patria está en juego, todo espectador es un cobarde o un traidor. También ha de ser, conjeturo, que Verbitsky ha de caerle gordo, antipático, a no pocos colegas. Algunos con motivos y los más por envidia de sus capacidades. Y porque a la derecha le conviene cerrar el pico porque no hay modo de polemizar con El Perro: la información que ofrece es abrumadora.
Si no leyeron las notas de marras, no dejen de hacerlo. Acá está la nota vieja, Las cartas sobre la mesa y sus despieces o recuadros, Peras al olmo y Quoque te, Jean-Pierre?. Y acá, las de hoy, Los nuevos desafíos, y sus «subnotas», Los tres ejes y El ejemplo argentino.
Por lo pronto, las notas de Verbitsky quizá hayan contribuido sensiblemente a que el ministro Puricelli haya endurecido su posición frente a las provocaciones británicas en Malvinas.
En otro orden de cosas muy pero muy distinto, es un pecado perderse las contratapas de Página 12 que escribe Juan Forn. Tengo recortadas dos, La bruja blanca, sobre Flannery O’Connor, y sobre todo Música de otro planeta, sobre Marvin Pontiac. un músico nacido en Detroit de madre blanca y judía y de padre de Malí llamado Alí Touré del que no conocía su existencia (a pesar de mi fanatismo por Alí Farka Touré, posiblemente su pariente). Forn habla en ella del blues I’m a doggy, de 1952 y de «la hermosa balada Pankakes«. También de «sus mejores canciones, Runnin’ Around, Bringf Me Rocks, Arms&Legs y No kids.
El tema más importante lo dejé para el final. Me parece obvio que la OTAN decidió derrocar a Bachar al Assad, y que Turquía se ofreció para oficiar de ariete. Los morteros que caen esporádicamente en territorio de Turquía (y que el. ejército turco devuelve con la filosofía de 5 x1), me parece evidente, son disparados en todos o casi todos los casos por los «rebeldes». Es su manera de pedir la intervención de la OTAN, sin la cual están perdidos. Al parecer, la aviación turca va a empezar a atacar al ejército regular sirio a pesar de las manifestaciones masivas contra la guerra que se realizan en Turquía, e incluso en Estambul, su mayor ciudad. Está por verse qaue harán los chinos, y sobre todo los rusos. No me extrañaría que éstos, a pedido del gobierno de Damasco, se desplegaran en la frontera con Turquía.
Estamos a un tris de la tercera guerra mundial y en semejantes instancias quiero ser claro. Sin abrir juicio sobre sus bondades y maldades, estoy a favor del gobierno constituido en Siria como lo estuve a favor del de Libia. En ambos casos no se quiere voltear a los gobiernos de esos países por sus errores ni por sus eventuales crímenes sino porque son un obstáculo a la dominación desenfrenada del gran capital, que se impone via de los integristas musulmanes sunitas que utilizan como bandera el nombre Al Qaida. Mientras, el gobierno fascista de Israel parece dispuesto a atacar a Irán tan pronto se celebren en noviembre las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Por momentos, me parece imposible que no se produzca una guerra mundial, porque no atino a comprender cómo, si Rusia se enfrenta a Turquía e Israel ataca a Irán, los demás países de la región podrían permanecer ajenos.
Mañana la sigo.
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