Más represalias españolas
Lo vi anteayer en la pantalla de la compu de un compañero de trabajo, Abel Sanabria. Me lo mandaron hoy y lo reenvio.
El empalagoso sucaril de la voz del meloso Julio fue -como la de Camilo Sesto- la cortina de fondo del exterminio: sonaba en todos los cafés y bares ( y no sólo en los de dueños gallegos) aquel aciago invierno del 76.
Y, sin embargo, Noelia es un lindo nombre.