Que Ernestina era «apropiadora» era un secreto a voces.

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Publico esta nota porque me han informado que Ana Elisa Feldman de Jaján está internada, con muy mal pronóstico. Y bien: cuadra decir ahora, y no cuando Ana ya no esté, que fue ella, la olvidada Ana, y no otra persona,  quién denunció ante la justicia que la viuda de Noble se había apropiado de dos bebés borrando todos los datos que hubieran podido servir para establecer la identidad de sus progenitores, que todo indicaba habían sido desaparecidos. Esta nota, que la reivindica, la  publiqué no hace todavía dos meses en el dominical Miradas al Sur.
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Un secreto a voces
La apropiación de los «hijos» por la viuda de Noble es conocida por los periodistas bien informados desde hace un cuarto de siglo
Por Juan Salinas para Miradas al SUR – Publicada el domingo 2 de mayo de 2010
Marcela y Felipe en 1977, en la tapa de Clarín Revista.

Hace un cuarto de siglo que los periodistas mejor informados saben que los hijos de la señora Laura Ernestina Herrera de Noble fueron ilegalmente apropiados y que todo indica que son hijos de detenidos-desaparecidos. Quien escribe se enteró con bastantes detalles en el curso de una cena bien regada en el piso de la calle Tagle casi Figueroa Alcorta que ocupaba el entonces corresponsal de El País, (José Antonio) Martín Prieto y recuerda que la especie se socializó en el marco de la agrupación de periodistas Rodolfo Walsh que integraba. Para fines de los ’80, cuando Carlos Menem llegó a la Presidencia y salió a la calle el efímero diario Sur, esa historia conmovedora era la comidilla de la redacción. Era también, impublicable. No había internet, y nadie estaba en condiciones de darle difusión. Intentarlo hubiera equivalido al harakiri para cualquier medio o expresión política minoritaria. Qué decir de las personas de carne y hueso. Si por azar algún periodista pudiera lograr la proeza de darla a conocer, hubiera dejado de serlo ipso facto, no hubiera podido volver a trabajar en los medios.
En este contexto , quien primero comenzó si no a hablar del tema con claridad –lo que acaso le resultara imposible– si a mascullar claras y frecuentes amenazas de hacerlo en su peculiar estilo lleno de furcios, fue un outsider, Guillermo Patricio Kelly, un antiguo dirigente de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), devenido “periodista”.
Kelly, fallecido en 1995, hizo muchas veces en su ajetreada vida de vocero oficioso de los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel sin preocuparse por disimularlo, y adquirió notoriedad durante la dictadura por sus denuncias contra el almirante Emilio Massera, el general Carlos Suárez Mason y otros jerarcas de la dictadura a través de la revista Quorum. Denuncias que podía formular gracias a aquellos vínculos y al apoyo de un sector del Ejército. Lo que también explica por qué el tenebroso grupo de la SIDE comandado por Aníbal Gordon que lo secuestró, a último momento, cuando ya lo habñia golpeado mucho, recibió la contraorden de dejarlo con vida.
Kelly fue el precursor de una larga serie –valga la redundancia– de denunciadores seriales deseosos de notoriedad, y de periodistas “apretadores”, extorsionadores. Gracias a sus constantes referencias, el run run de que las adopciones hechas por la viuda de Roberto Noble no sólo eran truchas (algo harto evidente, pues a los chicos se les había puesto aquél apellido, y no el de Herrera, y eso a pesar de que Noble había muerto hacía ya más de ocho años), sino que los bebés les habían sido quitados a padres detenidos-desaparecidos o directamente asesinados, se volvió bastante ruidoso.
Por entonces Kelly era menemista, y gracias a eso tenía un programa por Canal 7 (ATC). En cambio, Liliana López Foresi conducía Telenoche y era hipercrítica del Gobierno. Es sabido que Clarín y el Gobierno pactaron una tregua intercambiando peones: a pedido de Menem, el grupo eyectó a Foresi de Canal 13, y en contrapartida, a pedido de Héctor Magnetto y de la viuda, Kelly fue eyectado de Canal 7. Pero es mucho menos sabido que antes se había realizado una reunión entre altos funcionarios del Gobierno, representantes de Clarín y de una importante organización de defensa de los Derechos Humanos, a resultas de la cual el Grupo modificó visiblemente su posición respecto a los organismos de DD.HH. en general, y a la recuperación de la identidad de los niños secuestrados –para entonces ya adolescentes– en particular. A partir de entonces, como puede verificarse en las hemerotecas (el diario recién está en internet a partir de agosto de 1997) el Grupo fue muy favorable a las recuperaciones, lo que choca con su actual y estólida negativa a que se establezca la filiación de los apropiados Marcela y Felipe, paridos por madres que no los abandonaron, sino que parecen haber sido asesinadas luego de que los arrancasen de sus brazos.
Dos de los participantes de aquella reunión cuyos efectos fueron tan importantes, coincidieron en sostener que no se estableció un pacto explícito, sino que se llegó a un acuerdo tácito a través de circunloquios y sobreentendidos. Pero lo constatable es que, silenciado Kelly, nadie más volvió a hablar públicamente del tema hasta que a fines de 2002 el juez Roberto Marquevich detuvo a la viuda de Noble. La versión oficial de Abuelas es «se perdió el expediente».
Así, durante casi una década, la apropiación de dos niños por parte de la viuda de Noble fue un secreto a voces. Durante todo ese tiempo, el único documento público (o casi) que dio fe de la apropiación fue un libro de Kelly. Un libro que bien puede calificarse de clandestino, ya que Kelly sólo imprimió 200 ejemplares. Noble imperio corrupto, que así se llama, fue impreso en 1993 y tuvo en Argentina una circulación prácticamente inexistente. Sin embargo, fue donado por el autor a varias bibliotecas públicas de los Estados Unidos, dónde puede consultárselo.
El eje del libelo no es, por cierto, el deseo de justicia, sino el de venganza, y no sólo de la Viuda y el Grupo, sino de también de otros enemigos personales, como Mariano Grondona, Bernardo Neustadt y Horacio Verbitsky, a quienes Kelly acusa ya en la bajada del título de “Manipulación y engaño”, así como en el texto, de complicidad manifiesta con el Grupo.
Sin embargo, es preciso reconocer que, en su libro, Kelly no sólo enfatizó que Marcela y Felipe eran niños raptados y apropiados, sino también abogó por la desmonopolización de los medios y de Papel Prensa.
Una fotocopia del libro de Noble imperio corrupto llegó a quien escribe a través de Ana Elisa Feldman de Jaján, autora de un libro inédito que registró como Del cabaret al Imperio de las Comunicaciones y que en sus conversaciones con Pablo Llonto (ex delegado general de Clarín y autor de La Noble Ernestina) y con quien escribe dijo que publicaría como La apropiadora.
Minuciosa, obsesiva, detallista, tenaz, Ana Elisa recopiló durante una década y media evidencias que demuestran que el encarcelamiento en los Estados Unidos de su marido Emilio Jaján y de su yerno bajo falsas acusaciones de lavar dinero proveniente del narcotráfico fue una trampa organizada por un agente uruguayo del FBI por presumible encargo de Clarín, cuyos abogados manipularon aviesamente a la justicia de un condado de La Florida.



Martín Prieto contaba 

la historia en sus cenas

hace 25 años

Jaján le reclamaba al diario el 6 por ciento de su paquete accionario en recompensa por una accidentada investigación internacional (cuya parte sustantiva se desarrolló en México) que le permitió a la viuda, a Héctor Magnetto & Co. desconocer las pretensiones de Guadalupe –la única hija que Roberto Noble tuvo en vida– de heredar el diario, tal como era su voluntad manifiesta.
Con aquella jugada, Clarín buscó ponerlo fuera de juego. Y aunque lo consiguió, no contaba con la capacidad de trabajo y tenacidad de la esposa de Jaján, que reformuló su investigación poniendo en el centro de su libro, de unas 300 páginas, la apropiación de los niños, que denunció ante la justicia valiendo de unas bochornosas actas de adopción que son delictivas se las mire como se las mire.
Ana, una autora primeriza, buscaba afanosamente una editorial internacional (porque descontaba que las nacionales no se atreverían a hacerlo) que le publicara La Apropiadora –un libro muy superior al de Kelly– cuando en noviembre de 2007 sufrió un ACV que la dejó postrada y desmemoriada. En lo que constituye una tremenda injusticia, su libro permanece inédito.
Las paradojas signan la existencia humana. Los pioneros en denunciar la apropiación de Marcela y Felipe no fueron caracterizados defensores de los derechos humanos guiados por sentimientos de verdad y de justicia, sino personas llenas de afán de venganza que, a diferencia de aquellos, no callaron. Así, aunque uno sea agnóstico irreductible, debe reconocer la sabiduría del viejo refrán: Dios escribe derecho sobre renglones torcidos.

Último momento: Si la producción de 678, invitará a Carlos Jaján a narrar las persecuciones que Clarín instrumentó contra su familia en general y contra su padre en particular, tanto en Argentina como en los Estados Unidos y otros países americanos, así como la tenaz lucha de su madre Ana contra el monopolio, se anotaría un golazo. Gvirtz se anotaría  un golazo narrando la persecución inmisericorde de quien se atrevió al reclamarle al Grupo una participación. Vcarlos puede contar muy bien cual fue la génesis de la denuncia por apropiación delictiva de bebés y destrucción fraudulenta de sus datos de filiación.
Ella lo denunció 
Por Pablo Llonto 

Ana Jaján fue durante un tiempo una fuente que utilicé para conocer y entender la parte de la historia de Roberto Noble que nadie jamás había mencionado: su casamiento en el exterior, su hija Guadalupe, y la ingenuidad de quienes confían en la palabra de los poderosos. Durante un buen tiempo compartimos conversaciones sobre Clarín y Ernestina y le hice siempre observaciones a sus apreciaciones sobre las Abuelas y sobre el movimiento de Derechos Humanos. Creo que ella estaba convencida de que la historia de su esposo y la de ella daba para un best-seller mundial y quería conseguir una editorial que lo vendiera «por todo el mundo». Yo le insistía con la siguiente frase: «ésta es una buena historia local, pero no le interesará a nadie en la China». Soñó siempre con el mercado chino o estadounidense. La última vez que la vi fue en el juicio oral y público a Marquevich cuando lo destituyó el Consejo de la Magistratura. La imagen lo decía todo: estábamos casi solos en el público viendo como Clarín se imponía otra vez y Marquevich, como un pollito mojado, no se defendía con la vehemencia con que se está defendiendo ahora. Nos fuimos del Palacio de Tribunales ya de noche, caminando solos, como dos que regresan de su centésima derrota. Pero nadie debe olvidar que la denuncia «Jaján Ana contra Ernestina Herrera de Noble» por la apropiación de los chicos estuvo cinco años durmiendo en cajones diversos de jueces federales y camaristas federales cuyos nombres deben publicarse.

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