Somalía: sequía, hambruna y muertes en masa
Muy buena nota. En España dicen Somalia y nosotros solemos decir Somalía, pero en ambos sitios utilizamos el gentilicio somalí. Guadi me sorprende al utilizar «somalo» y «somala». Con una pequeña porción del dinero que la OTAN gasta en bombardear Libia podría evitarse que los somalíes mueran de hambre en masa.
Ultimas noticias del infierno
Por Guadi Calvo
Los nativos de Somalia son esencialmente comerciantes, que se han sumido en la barbarie por su situación política. Sir Richard Francis Burton.
Yo en contra de mi hermano, mi hermano y yo en contra de mi familia, mi familia en contra de mi clan, mi clan en contra de Somalia y Somalia en contra del mundo. Refrán somalí
El mundo desde siempre ha sido un gran garito, donde muchos pierden y muy pocos ganan. El gran aporte del neoliberalismo fue ajustar las reglas para que los que ganen sean siempre los mismos y los perdedores nunca puedan salir de ello. Las infinitas y cíclicas crisis financieras que recorren el mundo, como un fantasma, ahora hacen nido en los países del sur de Europa, digamos una manera menguada de ser europeo. Me refiero a los pigs (cerdos en inglés): Portugal, Italia, Grecia y España (en inglés Spain), como simpáticamente los denominan los medios británicos como el Financial Times.
Hace ya un par de años que Grecia se rehúsa a dejar las primeras planas de los grandes diarios del mundo y su crisis, gracias a las recetas neoliberales, parece destinada a lograr lo que no pudieron sus casi treinta siglos de historia: borrar a la patria de la Democracia de la faz de la tierra. Una mega cruzada financiera de los países de la “eurozona” intenta rescatar a Grecia de su extinción definitiva. Sin duda, el salvavidas está destinado a los bancos y no a los griegos, que serán obviamente quienes paguen los préstamos, ¿pero eso a quién le importa? Lo importante es bañarse en salud y evitar que el resto de los pigs, como en piara, marchen al matadero.
Esto es de lo que se ocupa hoy Europa, mirando de reojo a los Estados Unidos, que si no acuerda Obama con los Republicanos el 2 de agosto habrá entrado en default, provocando un Tsunami que alcanzará los augustos cogotes de Angela Merkel, Nicolás Sarkozy, David Cameron y Wen Jiabao, el primer ministro de China, el país con más bonos de la deuda norteamericana.
Pero Europa tampoco puede olvidar al grupo nacionalista noruego que acaba de incorporar a su país al siglo XXI con más de noventa muertos en dos atentados. El paraíso nórdico nada cuenta sobre sus tropas en Afganistán, ni de sus pilotos bombardeando con el resto de la OTAN la población civil de Libia, que ya tiene casi dos mil muertos.
A Europa, no la recorre un fantasma. Europa es el fantasma. Y como tal, trata de volver a ser lo que fue, negándose a levantar la vista de su ombligo y mirar el último vagón de la historia a punto de partir.
Atada a la suerte de los Estados Unidos, se ha convertido en autista y soluciona sus problemas financiando a los bancos que la arrastran al infierno, bombardeando tribus rebeldes, jugando a la batalla naval contra las tristes pateras africanas o dejando morir en un desierto africano a millones de los perdedores de siempre.
Mientras la Unión Europea y los Estados Unidos buscan una alfombra lo suficientemente amplia como para barrer debajo los “éxitos” del libre mercado, en el cuerno de África, un país llamado Somalia, está al borde de una nueva hecatombe.
Un país fallido