Cataluña al borde de la independencia: Hay argentinos que la apoyan
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Messi festeja con la camiseta catalana en un partido amistoso auspiciado por Unicef |
En Barcelona, tuvo lugar una de las manifestaciones más grandes de su historia, sino la más.
Montserrat Mestre nos envía este mensaje:
Mis sentimientos y pensamientos respecto a la independencia de Cataluña (y del Páis Vasco) son contradictorios. Lógicamente, estoy a favor de la autodeterminación de los pueblos, y además creo que en el actual contexto, con el gobierno de Rajoy, neoliberal y entregado al extranjero pero disfrazado de carpetovetónico del mismo modo que Menem disfrazó la entrega de la nación con la simbología justicialista, los independentistas ganarian sendos referendums en ambos sitios. Del mismo modo, me parece que otro gallo cantaría y una España solidaria podría preservarse con una tercera república. Es decir, considero que la monarquía se ha vuelto un obstáculo, y que el disparo que acabó con aquel elefante en Botsuana mientras el pánfilo de Juan Carlos en su afán de evitar que se le cayera encima el paquidermo agonizante, al huir resbalaba y se rompía la cadera, acabó con la dinastía de los borbones. A diferencia de los nacionalistas catalanes, pienso que la independencia puede no cambiar nada sustantivo. Y es que Cataluña tiene un gobierno tan de derecha como el de Madrid y no veo diferencia entre que te rompa la cabeza la policía nacional (antes gris, luego «madera» y ahora azul) que los mossos d’escuadra.
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Soy el primogénito de una familia de españoles a la vez republicanos y católicos. Mi padre, navarro de Alsasua, y mi madre, de Navia, se conocieron en el Laurak-Bat, frente a la parroquia de Montserrat. Vivía a poco más de dos cuadras (a menos, cruzando en diagonal la Nueve de Julio), sobre la calle Bernardo de Irigoyen entre Venezuela y México. A cuadra y media de la Taberna Baska de la calle Chile. Pero antes de llegar a ella, yendo por Bernardo de Irigoyen, estaba la Asociación Patriótica Española, bunker de los franquistas. Entré pocas veces ahí de niño, y todas porque daban cine gratis o muy barato. Hace décadas que se cerró, yo creo que cuando murió Franco. Pues bien, ayer había movimiento en la puerta y fui a curiosear. Y es que los peperos de Rajoy la quieren reflotar. Y volver a gritar la consigna falangista España una, España grande, España libre, en momentos en que tan trabajosa construcción que El Caudillo pensaba haber dejado «atada y bien atada» parece desarmarse.