El Papa guardián beatifica a mártires filomontoneros

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La noticia la envió ayer Caíto junto al siguiente comentario: «El Papa promueve la canonización de seis reliigiosos asesinados por la dictadura militar argentina,  a la que el jesuita Jorge Bergoglio habría apoyado dos años antes de ser nombrado sumo pontifice católico». Tal parece que Francisco I va a sorprendernos. Y no importa si lo hace de buena fe o porque, como dijo un antiguo colaborador suyo, es un consumado actor. La periodista Calatrava no parece estar muy ducha en asuntos canónicos porque no consigna que antes que acceder a la categoría de santos, los cristianos deben pasar por la de beatos. En cualquier caso que un papa guardián beatifique a unos seminaristas filomontoneros, me parece que es bueno. Seguramente lo es para Bergoglio, pero también para la causa nacional y popular. Piensen en el entrecejo fruncido de Magnetto, Lilita, De Narváez, etc. ¡No lo pueden digerir! Clarín, estupefacto, titula: «Brusco giro del kirchnerismo: llueven elogios a Bergoglio».

El Papa promueve la canonización de religiosos asesinados por la dictadura

Por ALMUDENA CALATRAVA / ASSOCIATED PRESS

BUENOS AIRES — Antes de ser el papa Francisco, Jorge Bergoglio dio los primeros pasos hacia la canonización de seis religiosos asesinados en julio de 1976 a poco de comenzar la última dictadura militar argentina, informó el martes el Vaticano.

De acuerdo con el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, Bergoglio aprobó la causa de canonización de Carlos de Dios Murias, un sacerdote franciscano a quien le fueron arrancados los ojos y mutiladas las manos en la provincia de La Rioja, en el noroeste argentino, antes de ser asesinado a tiros.

Bergoglio también apoyó la causa para convertir en santos a los sacerdotes de la Orden de los Palotinos Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau y a los seminaristas de la misma congregación Salvador Barbeito y Emilio Barletti. Todos ellos fueron asesinados en la madrugada del 4 de julio de 1976 a tiros después de ser obligados a arrodillarse en hilera en la Iglesia de San Patricio de Buenos Aires.

Los represores de la última dictadura militar (1976-1983) persiguieron, secuestraron y mataron a miles de personas que no comulgaban con su ideología conservadora. Entre los asesinados hubo curas de movimientos comprometidos con la problemática social, como el de la Teología de la Liberación. La jerarquía de la Iglesia Católica ha sido acusada por entidades humanitarias de haber entregado a laicos e incluso sacerdotes, o no haberlos protegido lo suficiente.

Según Lombardi, la causa de Murias es llevada por la Diócesis de la Rioja. Al parecer el sacerdote estaba intentando establecer una comunidad franciscana en la localidad riojana de El Chamical cuando los militares tomaron el control y comenzaron a amenazarlo. Junto a Murias fue asesinado el cura francés Gabriel Longueville.

En tanto, los religiosos palotinos fueron asesinados en venganza por un atentado con explosivos que la guerrilla peronista Montoneros había perpetrado dos días antes en el comedor de la Seguridad Federal, causando la muerte de 20 policías. Los autores de la llamada «masacre de San Patricio» escribieron en una alfombra de la iglesia: «Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son MSTM» (Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo).

Carlos Trovarelli, provincial franciscano en Argentina y Uruguay, dijo en declaraciones publicadas el martes por el diario italiano La Stampa que Bergoglio comenzó en 2011 «con discreción» el proceso para la canonización de Murias para evitar que fuera bloqueado por obispos argentinos contrarios a este tipo de iniciativas con curas que mostraban un compromiso social en los años setenta. The Associated Press intentó comunicarse con Trovarelli para ratificar estas afirmaciones pero no tuvo éxito.

Según La Stampa, después de la muerte de Murias, Bergoglio salvó de los militares a seminaristas escondiéndolos en el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, situado en las afueras de Buenos Aires.

Longueville y el laico Wenceslao Pedernera también son objeto, junto a Murias, de un proceso que pretende convertirlos en santos. Según medios de prensa locales, comenzó en junio de 2011 en la Iglesia El Salvador de Chamical con una misa que fue oficiada por el padre José Luis Genaro y que contó con la presencia del obispo riojano Roberto Rodríguez.

Longueville y Murias fueron asesinados el 18 de julio de 1976 en un paraje cercano a Chamical mientras Pedernera fue fusilado una semana después en Sañogasta, también en la provincia de La Rioja.

Los tres eran seguidores del entonces obispo de La Rioja Enrique Angelelli, muerto poco después de que fueran asesinados los dos religiosos y el laico. Los militares hicieron pasar el hecho por un accidente de tráfico pero que la justicia ha determinado que fue un crimen.

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