El samidismo como una corriente de pensamiento encarnada

Hace muchos años, cuando publiqué un libro sobre el atentado a la AMIA, le dediqué un capítulo a Alberto Samid, quien había sido denunciado por Domingo Cavallo como el enemigo público nº 1. Lo cierto es que Samid había roto con el gobierno de Menem cuando a comienzos de los ’90 éste se sumó con dos fragatas de la Armada al bloqueo de Irak. Fue en la primera guerra de Estados Unidos y sus aliados contra ese país, so pretexto de la ocupación de Kuwait. En 1997, cuando acababa de aparecer aquel libro, Chiche Gelblung me invitó a su programa e invitó también a Albertito Kanoore Edul. Ambos acudimos a los viejos estudios de Canal 9 en la calle Castex sin saber que estaría el otro, y Edul se puso tan pero tan nervioso ante mis acusaciones que admitió haber llamado a la casa de Telleldín. Aquel mismo dia, Gelblung llamó a Samid y le pidió que opinara sobre lo que estaba viendo, y el matarife dijo «Salinas es un hijo de putaaaaaaa» con esa voz aflautada que lo caracteriza.
Sin embargo, cuando tiempo Mauro Viale lo acusó frente a las cámaras de estar relacionado con los nunca identificados asesinos de la AMIA, Samid lo agarró a piñas, y quien escribe se sintió de su lado: no es posible acusar a alguién de un asesinato masivo sin la menor prueba.
Han pasado los años, y Samid se ha transformado en uno de los pocos que dice en TV verdades de a puño.
Fijénse abajo (y no me refiero a la foto, sino a más abajo).    

Vean Ni a palos

WHISKYPEDIA
Samidismo
1. Definición
2. Samidismo como materialismo histórico
3. Teoría de la opinión pública
El samidismo es una corriente político económica surgida de la doctrina del empresario de la carne, Alberto «El Turco» Samid. Dueño de la cadena de carnicerías más famosa y barata de la Argentina, el contacto del empresario con la vida cotidiana de los sectores populares lo volvió un fino analista del sentir social. Así las cosas, Alberto Samid comenzó a ser invitado a los programas de televisión como analista, al principio con algunas «asperezas» dentro del medio, pero luego encontró su lugar en programas políticos. Quizás los debates más memorables serán aquellos que mantuvo con Luis Majul en el programa «La Cornisa», algunos de los cuales han sido comparados con el debate Rucci-Tosco por el nivel teórico que alcanzaron y la forma que plasmaron una disputa política de la época.

Samidismo como materialismo histórico
Una de las tantas corrientes teóricas derivadas del samidismo se ubicó en el punto exacto donde convergieron las lecturas de la realidad política de Alberto Samid y la concepción materialista de la historia (o materialismo histórico, término creado por el marxista ruso Georgi Pléjanov, lector de Samid y habitué de sus carnicerías del Conurbano, según algunas fuentes historiográficas). Es que la lectura de Alberto Samid, a partir de la cual la economía de a pie del ciudadano y de ahí su grado de bienestar, incidían de manera directa en el sentir político del mismo, resulta pariente directo de la concepción materialista de la historia, a partir de la cual los hombres establecen relaciones necesarias e independientes de su voluntad que corresponden a una fase determinada de desarrollo de las fuerzas productivas y que esa estructura económica es la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, a la cual le corresponden unas formas determinadas de conciencia social. En ese sentido, algunos autores creyeron observar que, en uno de los tantos antológicos debates de Samid contra Luis Majul, cuando el empresario empuñaba un volante con los bajos precios de determinados productos como explicación del sentir político del ser humano a la voz de «mire estos precios, Majul», entre líneas se escondía la idea de que la vida material condiciona el proceso de vida social, política y espiritual en general, y algunos aseveran que, de pasar ese tape al revés, las palabras textuales del empresario son: «no es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia…Majul».

Teoría de la opinión pública
Como forma de explicar los fenómenos vinculados a la opinión pública, diversas corrientes al interior del samidismo tomaron esa concepción materialista para transformarla en el marco teórico que diera cuenta de fenómenos vinculados a la comunicación de masas. Así, el samidismo continuó en la senda de las explicaciones vinculadas a las condiciones materiales de las sociedades, extrapolando esa concepción al estudio de los comportamientos electorales. Según el samidismo, ya no del propio Alberto Samid sino sus discípulos, existe una relación directa entre el porvenir económico (variable traducida, por la ortodoxia samidista, en el poder adquisitivo real) y la direccionalidad del voto. Esta correlación, causal en el samidismo, debería cruzar las variables crecimiento del PBI con victorias de los oficialismos, logrando siempre valores cercanos a 1 (siendo 1 = correlación absoluta). Como todo materialismo, esta forma de interpretar la política ha sido criticada por su reduccionismo determinista y superada por visiones post-estructuralistas y diversas corrientes del gramscianismo, dando lugar a la Escuela Gramsciana Alberto Samid, en localidades del Gran Buenos Aires, que se dedican al estudio de tan noble corriente de pensamiento.

PS: Veo 678 y aparecen Majul, Carlos Nair (el hijo extramatrimonial de Carlos Menem) y Samid… y Samid casi enternece al fustigar (esta vez, solo de palabra) a Majul. Es imposible no coincidir con él cuando le reprocha a Majul que practique el sadismo con Carlos Nair, preguntándole una y otra vez sobre el suicidio de su madre (que bebió insecticida, una muerte horrible). Al lado de Majul, Samid es claramente un humanista. Gabriela Cerrutti lo destaca en 678 y coincido con ella. Lo único que me llama la atención es que se refiere a Carlos Nair como «el pibe» a pesar de que ya tiene 29 años. A mi generación la asesinaron y los verdugos no perdonaban ni a los adolescentes. Hoy, parece que hasta los 35 uno es poco más que un niño…

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