FORMOSA. «A la de derecha la indigna que sea el Estado el que tome las decisiones en la lucha contra la pandemia»
Formosa, más allá de la estigmatización porteña de Clarín y el macrismo
Soledad Yorg, cabeza del Partido Comunista de la provincia se refiere a las operaciones contra la gestión de Gildo Insfran: “Tenemos claro que si el núcleo duro de la derecha, esa que es absolutamente funcional a la embajada norteamericana, juega sus mejores fichas en Formosa, no nos puede tener a nosotros en esa vereda”.
POR SOLEDAD YORG / AGENCIA PACO URONDO
Casi una pregunta de rigor, un ritual que se repite y que termina con un “claro, es casi Paraguay”. Formosa es una provincia joven, territorio nacional hasta hace relativamente poco –67 años para ser precisos– declarada inviable desde su constitución, que recién pudo emerger del lugar marginal que le fue asignado por quienes diagraman al país en el 2003 con la firma de la reparación histórica entre el ex presidente Néstor Kirchner y el actual gobernador Gildo Insfrán. Eso permitió que Formosa empezará a delinear un modelo de gestión propio, modelo que le permite resolver los sueldos a término, concretar la planificación de obras anualmente y no pasar momentos de zozobra cuando el gobierno nacional le es adverso. Un peronismo pragmático.
Quizás la distancia, la simplicidad del análisis y los litros de tinta que derraman los medios hegemónicos cada vez que se refieren a Formosa, hacen que permanentemente la ubiquen liderando vergonzosas estadísticas. Formosa no es la provincia más pobre (ni siquiera está entre las 10 más pobres), ni la más desigual, ni la más atrasada, ni la más represiva, pero sin embargo el sentido común hegemónico, ese que se construye a fuerza de operetas y verdades en formato tabloide a más de mil kilómetros de distancia, no duda en atribuir todas esas adjetivaciones a la provincia.
El modelo autónomo que lleva adelante el gobierno provincial posee virtudes impensadas para la progresía porteña que vive como un insulto cualquier aproximación a Gildo Insfrán. Y posee también límites claros: un desarrollo económico que será siempre dependiente a un capitalismo herido de muerte. En medio de esa dialéctica, Formosa ha crecido, diagramado y refundado la Provincia post 2003. Ha tomado decisiones soberanas de gran impacto, una de ellas la negativa a privatizar los puertos, manteniendo el control estatal de la hidrovía, y otra el manejo de la pandemia.
Esto último nos ha colocado nuevamente en la vidriera, aunque la motivación principal de tanto ataque sea la primera.
Pudimos ver en Formosa un ensayo de escenarios y montajes para acorralar y transformar en inviable cualquier intento, tenue o moderado que cuestione y quiera salir del recetario neoliberal. Las imágenes que todos vimos por medios de comunicación montadas con cámaras y drones funcionando las 24 horas en las calles de la capital no son inocentes ni azarosas, son la Fase 1 de un manual que se viene ejecutando desde las «Primaveras árabes» en adelante, y que en nuestro continente se puso a prueba en Honduras, con la destitución de Zelaya, se pulió en Paraguay llevándose puesto a Lugo, se desplegó brutalmente en las guarimbas venezolanas, ejecutó su brazo judicial en el “Lavajato” brasilero, y a sangre, fuego, persecución, escarnio y muertes se plasmó en el golpe de estado blanco y fascista contra Evo Morales en Bolivia.
No es casualidad que hayan elegido Formosa
Aquí el gobierno provincial viene desarrollando un modelo sanitario de enfrentamiento a la pandemia con resultados indiscutibles. Somos la provincia con menos muertos y contagios por COVID19 por millón de habitantes en todo el país.
El modelo es sencillo, claro y fácil de explicar: Es el estado el que regula, interviene, decide y articula las medidas políticas y sanitarias, combinando restricciones con aperturas graduales, garantizando que la economía funcione y restringiendo otras actividades; cerrando el ingreso de la extensa frontera con Paraguay, (país que está estallando en contagios y tiene un sistema sanitario colapsado) pero sin impedir el intercambio de bienes y transacciones comerciales. Y regulando el ingreso a la provincia según las capacidades de sus centros de contención a fin de garantizar que aquellxs que entran cumplan 14 días de aislamiento y observaciones.
¿Pero qué es lo que molesta a la derecha argentina y a los sectores del establishment? Lo mismo que los indignó y puso furibundos con el Plan Nacional de Vacunación. Que sea el Estado el que toma las principales decisiones sanitarias, el que establece las regulaciones y los entramados sociales para aminorar las consecuencias de la pandemia.
En Formosa además se tomaron decisiones acertadas para acompañar estas medidas, el 42% de aumento a lxs trabajadorxs estatales y un Plan de Vacunación que ya lleva inoculados a los mayores de 60 y a todxs lxs docentes.
Por eso hace un mes iniciaron furiosos ataques contra los Centros de Contención, incluso -como para que no queden dudas- haciendo jugar a su garante jurídico, la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En Formosa vemos claramente la forma en que se expresa el conglomerado político-jurídico y mediático de la derecha argentina (Juntos por el Cambio-Grupo Clarín-CSJN). Por redes sociales, al estilo de las primaveras árabes o de las financiadas protestas contra el gobierno popular de Nicaragua hace tres años, convocaron a la desobediencia civil, luego pusieron a sus alfiles en las calles, concejales y legisladorxs provincialxes, mientras TN montaba una cámara permanente, luego de haber violado los derechos de niñes quom en el oeste provincial exponiéndolos a cámaras de televisión.
Una vez en la Plaza, arengaron para pasar a la acción y marcharon para intentar tomar la casa de Gobierno (como hicieron los partidarios blancos y fascistas de Trump en el Capitolio).
Hablan de represión desmedida cuando lo que hubo fue un cordón policial de contención infranqueable, que en determinado momento en uso de facultades constitucionales avanzó ordenadamente para desalojar la plaza cuando ya comenzaban a montarse intentos de guarimbas callejeras para reagruparse y volver a intentar tomar la Casa de Gobierno.
Pero la derecha no sólo actúa en las calles, sino también trabajando contradicciones y vacilaciones en nuestras propias filas. Sobre sectores liberales progresistas, que no logran comprender nada que suceda por fuera de las grandes urbes; que subestiman procesos políticos, sociales y populares cuando no ocurren en Plaza de Mayo, el Monumento a la Bandera o en el Patio Olmos. Sectores que no logran poner en balance y reflexión un modelo político que no entienden porque no es parte de una “blanquía” portuaria, inmaculada y correcta.
El gobierno de Formosa hizo lo que nuestro Gobierno Nacional no sabe, no puede o no se anima a hacer. Se le paró de manos al establishment de los agronegocios y de las exportaciones que necesitan la ruta al Paraguay disponible y abierta, como el curso del Río Paraná, para contrabandear sus producciones sin controles estatales.
El gobierno de Formosa emitió una señal contundente: no va a permitir que vociferando libertades liberales se pongan en riesgo a los más humildes, ni tampoco que se ponga en jaque la autoridad política e institucional de un gobierno que ha sido acompañado en múltiples ocasiones por más del 70% de los votos de formoseñas y formoseños.
Esta pincelada busca hacer reflexionar acerca de la subjetividad de la progresía, a fin de no quedar envueltos y sosteniendo el discurso prefabricado por la rapiña fascista local. Pensar en Formosa lejos de rótulos es un desafío para quienes pretendemos entender a nuestro pueblo y sintetizar las contradicciones. No es fácil, pero es necesario. Los comunistas asumimos el desafío, sin ser parte del gobierno provincial y criticándolo todas las veces que sea necesario.
Lxs comunistas tenemos claro que si el núcleo duro de la derecha, esa que es absolutamente funcional a la Embajada norteamericana, juega sus mejores fichas en Formosa, no nos puede tener a nosotros en esa vereda. En eso no hay ni puede haber dudas ni miramientos.
De ese desfile participaron Jorge Lanata, Patricia Bullrich y Antonio Laje, libertarios, la cúpula eclesiástica y hasta la ONU. Del otro lado. el silencio firme de un pueblo convencido que entendió que una vida vale más que el hartazgo del encierro. Que la economía se recupera, pero la vida no. Y que este pueblo se ha ganado con creces el derecho a resolver sus diferencias sin interferencias maliciosas.
Alberto :
HAY QUE CERRAR FRONTERAS CON BRASIL.
Clarísima descripción de lo que pasa en formosa. Hacen falta más Gildos. Un capo el cumoa
Cerrá las fronteras Alberto :
44 nabos llegaron en avión con la cepa de Cancún.
https://www.telam.com.ar/notas/202103/547347-el-ministerio-de-salud-desalienta-viajes-al-exterior-ante-la-circulacion-de-nuevas-cepas.html
Insfranizate Alberto y cerra fronteras.
Están comenzando a circular cepas pesadas.