SARLO Y LAS VACUNAS: «Cacareando mentiras» (y la yapa de Carlos Caramello, el memorioso).
Imperdible respuesta de la compañera de Axel Kicillof, Soledad Quereilhac. Solo ella podría decir la verdad con tanta precisión («cacareando»). Si lo hubiera hecho un varón, la Sarlo lo habría acusado de machista, cambiando el eje de lo que está en debate: que sanateó batiendo sarasa y desparramando verdura, calumniándola a ella y por elevación al gobierno bonaerense, en su afán de congraciarse con la prensa hegemónica para la que trabaja. Lo que no es de extrañar tanto ya que, como recordó Carlos Caramello, cuando era joven apoyó a López Rega, numen de los sicarios de la Triple A.
A propósito de la declaración de Beatriz Sarlo en la justicia y su repercusión mediática quisiera señalar:
1) No tengo la potestad de ofrecer vacunas a nadie. No soy funcionaria del gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Yo no fui vacunada aún y estoy esperando mi turno como todo el mundo. Ni mi madre, ni mi suegra, ni ningún familiar ni amiga o amigo cercano recibió tampoco la vacuna. Todxs están esperando su turno, como corresponde. No fomentamos ni participamos de ningún privilegio ni de ningún trato “vip” (siglas de una tontería innegable, además).
2) No tengo trato personal con Beatriz Sarlo desde 2004, año en que ella renunció a su cargo docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. No tengo su correo electrónico ni su teléfono. El único contacto que tuve con Sarlo en estos casi veinte años es a través de sus libros, que integran los programas de los cursos que dicto en dos universidades nacionales y de los que sigo aprendiendo.
3) Si nadie de mi círculo se vacunó, si ni yo misma me vacuné, dado que –como señalé más arriba– jamás pasaría por arriba de los derechos de los demás, ¿por qué le ofrecería la vacuna a Beatriz Sarlo, persona con la que no tengo ningún trato ni vínculo? La acusación carece de lógica, además de no tener sustento ni basarse en pruebas.
4) Cómo fueron los hechos: A fin de enero de este año, Axel comenzó a diseñar una campaña de promoción de la vacunación, de carácter totalmente PÚBLICO, que fue anunciada en muchas conferencias y entrevistas. La primera vez que se refirió a esa campaña fue en Villa Gesell, el 26 de enero. Eran semanas de intensos ataques a la vacuna Sputnik V: la asociaban, básicamente, con “veneno”. Para contrarrestar ese irresponsable discurso, que transmitía miedo a la población, Axel pensó en convocar 100 referentes de la cultura, el espectáculo, el deporte y otros ámbitos, todxs mayores de 60 años, para sumarse a la campaña. La propuesta fue clara y transparente: hacer de la vacunación un acontecimiento público, sacarse una foto, divulgar la confianza en la vacuna. El objetivo también estaba claro: transmitir a través de un acto ejemplar –y no sólo con palabras– que la vacuna era segura y necesaria.
En ese marco, ayudé a Axel a pensar posibles nombres para esa lista de 100 referentes, que debía estar integrada, además, por personas de variada orientación política. Como trabajo en el ámbito de la cultura y la academia, entre los muchos nombres posibles, pensé en el de Beatriz Sarlo, cuyo reconocimiento es indiscutible, al igual que su total ajenidad al peronismo. Ese fue todo mi aporte: pensar junto a mi pareja, la tarde del 22 de enero, personas que también quisieran “poner el hombro” a la vacuna y ayudar a atenuar tanta irracionalidad anticientífica. Jamás se pensó en términos de “privilegio”. Se pensaba en la función social que ese acto individual podía cumplir para el conjunto de la sociedad.
Esa misma tarde, le conté la idea a Carlos Díaz, director de la editorial Siglo XXI, en la que publicamos nuestros libros tanto Axel y yo, como Beatriz Sarlo. Carlos ofreció consultarle a Sarlo si le interesaba participar de esta campaña. Así lo hizo a través de un correo electrónico. Sarlo rechazó la propuesta al otro día y así nos lo comunicó Carlos Díaz. Todo ese intercambio se produjo por escrito y hoy los correos circulan públicamente. Finalmente, la campaña no se llevó a cabo, por la combinación de dos motivos: la confianza que transmitió el artículo de The Lancet; y la demora en la llegada de vacunas.
Cuesta creer que quien fuera Profesora Titular de Literatura argentina del siglo XX durante más de dos décadas, autora además de muchos libros claves para la sociología de la cultura y la crítica literaria, tenga problemas de lectura frente a un simple correo electrónico. Lo cierto es que, para sobreactuar su honestidad, Beatriz Sarlo no ha tenido otro recurso que cacarear mentiras en los medios. Habló de propuestas “por debajo de la mesa” y con ello no sólo sembró dudas sobre el proceso de vacunación en su conjunto, sino que, sobre todo –y aquí lo más imperdonable–, terminó involucrando en sus mentiras a Carlos Díaz, una persona de bien, respetada y querida por gran parte del campo intelectual argentino. Y de paso, también me ensució a mí, atribuyéndome actos de corrupción y nepotismo que jamás en mi vida cometí. A la luz de su autopercepción como una persona que “tiene ética”, sólo cabe esperar que se rectifique. Mientras tanto, sigo sin decidirme entre la pena por su enorme torpeza o el desconcierto ante su mala fe.
Beatriz Sarlo en clave metáforas operativas y campaña sucia 2021
POR CARLOS CARAMELLO* / LA TECLA EÑE
“El que no esté seguro de su memoria
debe abstenerse de mentir”
Michel de Montaigne
En un reportaje de la revista Radar 10, allá por agosto de 2003, Beatriz “Betty” Sarlo, jefa espiritual de la intelligentzia vernácula, se confesaba en voz alta. Decía: “lo que me intriga es la persona que fui… no la que recuerdo o elijo recordar”.
Valiente actitud de esta ensayista argentina que, por estas horas ha reaparecido en las páginas que mezclan chismes de peluquería con operaciones políticas ya que, convocada por la jueza María Eugenia Capuchetti a brindar declaración testimonial en una causa que investiga el posible desvío de vacunas contra el coronavirus, Betty decidió recordar quién era y no quien creía ser.
Sarlo admitió haber sido invitada por la Provincia de Buenos Aires a participar de una campaña que promoviese la vacunación (en ese momento la operación en contra de la Sputnik V era sencillamente brutal), invitación que declinó y que, luego, tradujo en su ya famosa declaración: “Me ofrecieron la vacuna bajo la mesa y dije: ´Prefiero morirme ahogada de Covid´”.
Hoy admitió que no debió decir “por debajo de la mesa” (la invitación fue pública, a través de un mail, como a otras figuras más o menos populares) y resolvió considerando que se trataba de “una metáfora poco feliz”.
Digo que es bueno que recuerde ya que esta numen de la progresía pastel suave ha tenido ya algunas intervenciones con tufo a operación política. Esto, desde que era una joven periodista que co-dirigía la revista “Los Libros”, firmaba como Beatriz Sarlo Sabajanes y militaba en el PCR, una suerte de brazo maoísta del PC conocida como “Los Chinos”.**
En el número 42 de aquella revista literaria (bimestre Julio-Agosto de 1975), Sarlo firmaba un editorial que plasmaba su comprometida defensa del gobierno de Isabel Martínez de Perón y su brujo-consejero-mentor José López Rega.
Reza un tramo de aquel opúsculo: “… la crisis no puede ser comprendida -y por consiguiente resuelta- al margen de algunas precisiones; el amplio frente antilopezrreguista -heterogéneo política y socialmente- que fue utilizado como plataforma golpista por los sectores prosoviéticos, unió todo lo susceptible de ser unido en contra del ex ministro de Bienestar Social y coyunturalmente del plan Rodrigo, en verdad apuntando a la caída de Isabel de Perón y su reemplazo mediante la elección del presidente provisional del Senado …”.
Avanza el escrito tratando a la URSS de “imperialista”, acusa a Gelbard, Sivak, Broner y Madanes de “prestanombres y testaferros de los negocios soviéticos en nuestro país” y acusa a la clase media (la misma que hoy la aplaude embelesada de placer) por su “incapacidad” para “liquidar la dependencia” del “imperialismo yanqui”.
Quizá la memoria selectiva de Sarlo se rebele un poco ante estos datos y hasta puede que considere que aquel editorial era apenas “una metáfora poco feliz”.
O tal vez -y solo tal vez-, se haya hecho carne en nuestra erudita del establishment aquella especie que hiciera correr el diario La Nación cuando definió al actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires como un marxista, “bisnieto de un legendario rabino llegado de Odessa” y que, por ese motivo, en su imaginario incapaz de definir quién fue y quién cree haber sido, confunda a Axel Kicillof con José Ber Gelbard y lance otra de sus metáforas operativas para dar inicio a la campaña sucia 2021.
NOTAS
*Licenciado en Letras, escritor y autor junto a Aníbal Fernández de los libros “Zonceras argentinas al sol” y “Zonceras argentinas y otras yerbas”, y “Los profetas del odio”. Su último libro editado es “Zonceras del Cambio, o delicias del medio pelo argentino”.
**En verdad, el PCR fue una escisión del PCA que rápidamente se convirtió en su enemigo mortal al amparo de un Pekín cada vez más enfrentado a Moscú. Los militantes del PCR llegaron al delirio de considerar tanto al general Lanusse como a parte de los generales genocidas del llamado «Proceso» agentes del comunismo soviético. Antes, respaldadron a José López Rega, lo que era inescindible del apoyo a las escuadras asesinas de la Triple A, dedicada al exterminio de militantes de las izquierdas marxistas y peronistas.
Claridad, verdad, memoria y calidad literaria.
¿Que se puede esperar de esta vieja de mierda?Si es cierto que apoyo a isabelita,la putita de Peron y a su amante rega,esta todo dicho.
Cambiemos y la Vacuna «Blue».
En condiciones de pandemia, desastres humanitarios, guerras, etc, es común la conformación de mercados negros o grises para la comercialización especulativa de los productos más preciados y bienes más escasos. Esas transacciones necesitan de VOLUMEN para ocultar las derivaciones irregulares hacia los mercados en cuestion.
POR ESO, CABA esta protestando requiriendo un volumen de vacunas mayor al que le corresponde. SIN DUDAS, las dosis derivadas a las prepagas podríamos considerarlas técnicamente un mercado gris u opaco donde no podemos establecer el criterio de asignación de prioridad, tenemos una condición de accesibilidad al mercado basado en el pago de una cuota de prepaga muy alta discriminando a las prepagas más económicas (discriminación sobre discriminación), no podemos establecer un criterio de trazabilidad epidemiológica y finalmente si vas a la Justicia, está Stornelli apoyando el culo sobre el expediente.
Hasta ahora ha sido correcto el criterio de distribución de Nación, regulando la entrega de vacunas y dosificando la compra externa al ritmo del proceso de vacunación, porque rápidamente expone las cantidades en juego.
Por ejemplo se entregaron a la Ciudad 34.000 dosis de Sinopharm para docentes, pero CABA solo les asignó 17.000. Por qué ?
Rápidamente queda expuesta la maniobra.
En Jujuy se entregaron vacunas a prepagas y clínicas privadas y en una conferencia de blanqueo de la situación Morales sale como denunciante con el simpático giro linguistico sobre las mascotas.
Creó que Nación debería hacer algo más en estos distritos.
Algún tipo de intervención y auditoría.
No olvidemos que los exponentes más representativos de Cambiemos provienen de familias y sectores muy afectos a la evasión, la estafa, la especulación, el contrabando, la intermediación, el blanqueo y los mercados negros.
No olvidemos que la Vacuna en este contexto es un Bien Público.
La verdad es como decia el gallego Alvarez, en la Argentina estan los agentes….Vos cobras….tal vez no dinero …tal vez reconocimiento a tus sistematicos apoyo a Rusia y China…Ni modo….El peronismo murio con el General y Ustedes son lo que hay en…el pretendido campo popular…Despues de todo vos y «Raul» vienen de las famosas capas medias….Aunque Roa y otros vienen del Peronismo…y…..ni hablar.
Mala gente. ¿Esta señora que se dice de una gran «ética», tendrá en claro que difamar no es «ético»?
Todo el mundo se puede equivocar, desde luego. Pero sabrá esta autodenominada representante de la «ética», que cuando uno se equivoca y ofende a alguien debe pedir disculpas?
Esta supuesta intelectual está «inflada». ¿Alguno leyó alguna vez un libro de Beatriz Sarlo?