GELBLUNG – JARITO WALKER y la rotura de un maleficio
Por fin me nombraron en 678. Antes lo hizo Tognetti, que siempre tuvo buena onda conmigo (nos conocemos desde el diario Nuevo Sur) lo que rompió el maleficio. Porque se dio el caso de que mencionaran notas mias sin mencionarme. Ni mi hermano Luis se salvó, cuando Adrián Goizueta cantó «Compañera», el tema que escribió en la cárcel y le dedicó a Silvia Schujer.
Hace unos pocos días me extrañó, por ejemplo, que 678 (ni Tiempo, ni Miradas al Sur) hicieran la menor referencia a mi investigación (y a la de Ana Jaján, que literalmente dejó cuerpo y alma en el empeño) que demostró que Ernestina y sus entonces amigos desarrollistas se quedaron con Clarín mediante un testamento tan trucho como una perla de cristal. Una nota evidentemente muy favorable a los intereses del Gobierno. Será porque salió en El Guardián… Lo cierto es que nunca percibí ningún interés de los medios más cercanos al kirchnerismo en publicarla. ¿Será porque revela que la denuncia judicial sobre la apropiación de los «hijos» de Ernestina se hizo seis años antes de lo que dicen? ¿Será por este humilde servidor? ¿Será por otra razón?. ¿Por un mix de ellas? No lo sé.
Me consuelo pensando que tampoco publicaron nada sobre el testigo visual que vio como los asesinos de Bin Laden lo siguieron minutos después al explotar el helicóptero en que se retiraban, y que publican casi nada sobre la brutal agresión de la OTAN a Libia.