«Héroe» de Malvinas fue torturador
El ex detenido Gabriel Della Valle asegura que el primer caído en Malvinas fue su interrogador mientras lo torturaban. Otro testimonio asegura que le ordenó a un subordinado matar a un prisionero atado y encapuchado
«No me olvido de la cara de Giachino»
El testigo del juicio por los delitos cometidos en la Base Naval de Mar del Plata asegura que el capitán de fragata considerado héroe de la guerra fue en realidad un integrante de la represión. Su testimonio no es el único.
Gabriel Della Valle se quedó helado cuando vio por televisión aquel 2 de abril de 1982 la foto del primer solado argentino caído en Malvinas. El capitán de Fragata Pedro Giachino fue inmortalizado como el primer héroe del conflicto bélico con Inglaterra, pero según Della Valle, el rostro del militar había quedado marcado a fuego en su mente: había sido el interrogador durante su cautiverio en la Base Naval de Mar del Plata, en 1976. Condecorado post mortem y con varias calles y escuelas con su nombre, la figura de Giachino comenzó a ser asociada a las torturas en el juicio que se le sigue a 17 militares por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Base Naval, en el cuartel de Prefectura y en la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina.
–¿Cómo fue su secuestro y posterior detención ilegal?
–A mí me detienen dos veces. La primera me largan a los pocos días. Yo militaba en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y a los dos meses, el 28 de octubre del ’76 me detienen, me vendan los ojos y me encapuchan. Estuve unos cuantos días en la Base Naval contra una pared, con la mayoría de mis compañeros a los que reconocía por las voces.
–¿Cuándo lo interrogan?
–Pasados unos días me llevan a un salón para interrogarme y a la única persona que me permiten ver es a Giachino. Fue un solo interrogatorio que giró en torno a las cosas que hacía, si estaba militando. Es muy difícil de probar, pero estoy convencido que fue él quien decidió que yo viva. Al día siguiente, tras ocho días me soltaron.
–¿Cómo se desarrolló?
–Yo estaba concentrado en responderle y miraba su cara para ver las reacciones que tenía ante mis respuestas. Él me preguntaba por personas, si las conocía o no. Yo pensaba que de cada respuesta dependía mi vida. Intentaba darle argumentos para que me largara. Giachino preguntaba de buena manera pero cuando algo de lo que le decía no le gustaba, hacía un gesto y los que estaban al lado me pegaban. Tenían total impunidad.
–¿Cuándo vio su foto no tuvo dudas en reconocerlo?
–A él fue la única persona que vi durante mi detención. De esa cara no me olvido. En el ’82 estaba mirando la TV en la casa de mi hermana y me quedé helado cuando vi esa imagen del primer soldado caído. Yo dudaba en decirlo, no dudaba en que fuera él. Pensaba que al estar muerto, era como decir «ya pasó».
–¿Imaginó esa repercusión por su declaración ante la justicia?
–Sé que va a haber mucha gente molesta con esto pero cuando declaro en la Conadep, en mi cabeza había tachado porque estaba muerto, por eso no le di importancia. Estuve leyendo también que hay un militar arrepentido que declaró que estuvo en la Base y que Giachino le ordenó dispararle a una persona encapuchada y esposada, y que alguien más también lo vio en la ESMA. Es llamativo que se asombren de que haya sido un torturador. No hay persona en el ejército de esa época que pudiera estar ajena. El que fue a Malvinas era el mismo ejército que torturaba y desaparecía.