Montserrat se resiste a ser anexionado por San Telmo
Los sabaleros del remanso barraqueño me envían esta invitación, que agradezco. No obstante, debo comentar que si los muchachos de La Cámpora tuvieran tres años de militancia barrial, como dicen, sabrían que su local no se encuentra en San Telmo sino, todavía, en Montserrat (con «t» intermedia, en honor al monte homónimo y a la virgen negra de los catalanes), el viejo barrio del mondongo que la avenida Nueve de Julio cortó en dos. Esta chantada de considerar que los bajos de Montserrat son San Telmo desde la calle Chile (o Independencia, linde entre las circunscripciones 12 y 13, pues, en rigor, la frontera entre ambos barrios es el zanjón dónde corría -y aun corre, soterrado- el arroyo limítrofe, entre ambas calles) hasta la pirámide de Mayo, es un invento de las inmobiliarias, que descubrieron que los payucas y la mersa bonaerense de chalecito y jogging que se vino pal trocen, quiere vivir en San Telmo ¿viste?. Invento calurosamente apoyado por los chantas de la Asamblea San Telmo, que están más adentro de Montserrat, por los compañeros de San Telmo K, y últimamente hasta por los buenos muchachos de la asociación Comunicadores, a la que pertenezco. Los de San Telmo K, se reúnen en el bar Barcelona de México y Bolívar, Montserrat, y los de «comunicadores» (palabra que no goza de mi estima: yo no soy comunicador, soy periodista) lo hacen en el SUTERH. el sindicato de los porteros o encargados de edificio, que está en la calle Venezuela… corazón de Montserrat.
Muchachos, en los ’70, toda la zona sur capital de la jotapé se abrió desde Montserrat, desde la
MONTserrat P
MONTonera V
Porque es muy difícil creerle una palabra a quien miente en su tarjeta de presentación.
Si así no lo hacen, que el fantasma de la mazorca montserratina se los reproche.