OPINIÓN. La revista «Fortune» considera que la victoria de Macri es una mala noticia para la Argentina y toda la región.
Una nota del corresponsal de Fortune, traducida creo que por Mónica Oporto, que lo remite. JS
La revista Fortune, en su edición norteamericana en el enlace http://fortune.com/2015/11/24/mauricio-macri-presidential-win-bad-for-argentina/
POR MARK WEISBROT
La elección del candidato de derecha Mauricio Macri como presidente de la Argentina este domingo no parecía posible hace unos pocos meses y es un revés para la Argentina y para América del Sur.
En los últimos 13 años, Argentina hizo un enorme progreso económico y social. Bajo la presidencia de los Kirchner (Néstor primero y luego Cristina Fernández de Kirchner), la pobreza se redujo en alrededor del 70%, y la pobreza extrema se redujo en un 80% (entre 2003 y 2013, último año para el que hay mediciones independientes y confiables). Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) el desempleo se redujo de más de 17,2% a 6,9%.
Pero Daniel Scioli, el candidato del «Frente para la Victoria» que representaba la coalición de gobierno, incluida la presidenta Fernández- no hizo un buen trabajo defendiendo estos logros. Asimismo, no parece tener claro lo que iba a hacer para solucionar los actuales problemas económicos del país. En los últimos cuatro años, el crecimiento ha sido lento (un promedio del 1,1% por ciento), la inflación alta, y se ha desarrollado un mercado negro para el dólar. Esto dio a Macri (y a su coalición «Cambiemos») una oportunidad de presentarse como el candidato de un futuro mejor.
Con la ayuda de una empresa especializada en relaciones públicas comerciales de Ecuador, Macri se define a sí mismo como algo mucho más moderado de lo que es probable que sea, a fin de ganarse a los votantes que de otro modo podrían tener miedo de un retorno a los años de la depresión pre-Kirchner (años de la Alianza y del presidente radical Fernando De la Rúa).
Algunas de las cosas que Macri dijo que iba a hacer pueden tener un impacto positivo si las hace correctamente. Probablemente llegue a un acuerdo con los fondos buitres que han venido teniendo como rehén a la Argentina a través del juez de Nueva York Thomas Griesa. Si el costo no es demasiado alto, se podría reabrir un camino para que la Argentina vuelva a tomar préstamos, algo que también es probable que Scioli también hubiera hecho.
Una liberalización del tipo de cambio librándonse del mercado negro podría ser un gran paso adelante. Pero depende de cómo se haga pues parece previsible que cause inflación y los trabajadores podrían perder mucho.
Macri también tomará inevitables medidas para reducir la inflación, pero es probable que lo haga enfriando la economía. Él quiere reducir el déficit presupuestario del gobierno nacional, que crecerá como porcentaje del PIB con la austeridad. Teniendo en cuenta su ideología, hay grave riesgo de una espiral de austeridad y recesión, que el país ya sufrió entre 1998 y 2001. La devaluación incrementará la inflación y esto podría empeorar las cosas.
En sus declaraciones de campaña, Macri dejó en claro que está en contra de un papel del gobierno en la promoción de la industria, por lo que es probable que sufra el desarrollo económico del país. Propuso bajadas de impuestos para los grupos de ingresos más altos, lo que sugiere que habrá recortes en los presupuestos ya que Macri se comprometió a reducir el déficit presupuestario. La mayoría de los argentinos sufrirán la transición.
Pero Macri no tiene mayoría en el Congreso, por lo que no está claro cuánto puede hacer. Macri demostró su inmensa lealtad al gobierno de los Estados Unidos, puesta de manifiesto en los cables confidenciales de la embajada estadounidense publicados por WikiLeaks (entre las que, es bueno recordar, están aquellos que refleja que iba a dicha embajada a pedir que los Estados Unidos criticaran y presionaran a Néstor Kirchner, que lo debilitaran. N. del E.). Una de sus primeras declaraciones después de ser elegido fue denunciar a Venezuela y amenazar con solicitar su suspensión del bloque comercial Mercosur de las naciones de América del Sur. La cuestión no es una preocupación apremiante para los votantes argentinos, por lo que muy bien puede estar relacionada con una campaña internacional liderada por Estados Unidos para deslegitimar al gobierno de Venezuela y las elecciones en el período electoral previo.
Al unirse a los esfuerzos contra Venezuela, Macri mostró una disposición a tomar medidas que ningún otro presidente sudamericano haría. En la década pasada, los presidentes de América del Sur se han unido en varias ocasiones para defender juntos la democracia en la región cuando estaba bajo ataque, con Washington en el otro bando, no sólo en Venezuela en 2014, 2013 y 2002, también en Bolivia (2008), Honduras (2009), Ecuador (2010) y Paraguay (2012). Macri corre un grave riesgo de dañar las relaciones en el hemisferio occidental si continúa por este camino.
Washington ha mantenido una política de «rollback» y «contención» contra casi todos los gobiernos de izquierda que han ganado las elecciones en el siglo 21. Así que hay un poco de entusiasmo entre la élite de los negocios y la política exterior por la ola de contratiempos en la izquierda de América Latina, con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que enfrenta una crisis de recesión y por la tensión política del gobernante partido chavista de Venezuela que enfrenta una crisis económica y la posible pérdida de su primera elección nacional en 17 años. Cada vez hay más artículos periodísticos que hablan de la tan esperada desaparición de la zquierda latinoamericana.
Pero los informes de esta desaparición, parafraseando a Mark Twain, son un tanto exagerados. Un resultado más probable es como lo que vimos en Chile, donde ante un candidato mediocre,la presidenta del Partido Socialista, Michelle Bachelet a pesar del 80% de aprobación, no supo aprovecharlo y perdió ante un multimillonario de derecha en 2010. Duró cuatro años, y luego el país volvió a Bachelet.
Argentina y la región circundante han cambiado demasiado en los últimos 15 años para volver al pasado neocolonial neoliberal. El establishment de la política exterior de Washington no puede entender esto, pero Macri lo hizo. Claro está que se tomaron la molestia de empaquetarlo como algo muy diferente de lo que es.
No todo lo que dice la revista Fortune es tan cierto. Si bien reconoce lo perjudicial que va a ser un gobierno neoliberal para la Argentina y la región (algo que es indudable), también expresa que arreglar con los fondos buitres y pedir préstamos internacionales sería bueno para la Argentina. Fortune es un medio vinculado a los fondos buitre. Hay que leer la letra chica antes de reproducir este tipo de contenido en un sitio web que defiende al país. La manipulación de la info es muy sutil y si bien parecen defender la igualdad de oportunidades, después te meten un comentario chico que parece ser inofensivo pero destruye toda la lógica de la nota confundiendo a los lectores sobre lo que ES BUENO para el país.