ORO. Dicen que EEUU no tiene el que Alemania le confió. Morales puso los puntos sobre las íes en reunión de mandatarios de la Unión Europea.
Escribe Montserrat Mestre: «En 2012, Alemania planificó la repatriación de la mayor parte de sus reservas de oro en el extranjero. Casi la mitad de ellas están depositadas en la Reserva Federal de los EE.UU., otrora el lugar más seguro del mundo. La Reserva Federal ha respondido que no puede empezar la operación de devolución antes de 2020. Las autoridades del Bundesbank, el Banco Central alemán, han solicitado visitar la bóveda donde se supone que está guardado su oro, pero las autoridades del Tesoro de los EE.UU. no se lo han permitido. Expertos alemanes opinan que es una mala señal, más aun cuando desde hace años no se hacen auditorías. Hay motivos para sospechar que la Reserva Federal de los EEUU ha agotado el oro de los países que habían depositado allí sus reservas.»
En cuanto a la nota de Evo, es un texto relativamente viejo. Habrá quien diga que no la escribió él y tal. Pero yo acabo de hablar con gente allegada a la embajada de Bolivia y me dicen que el texto es bueno.Se aceptan dúplicas, triplicas y todo tipo de réplicas.
RUSSIA TODAY
La Reserva Federal de EE.UU. se niega a devolver el oro alemán antes de 2020
Publicado: 16 ago 2013 | 1:20 GMT Última actualización: 16 ago 2013 | 2:55 GMT
La ola de desconfianza en el dólar se intensifica después de que el Bundesbank alemán exigiera la repatriación de la enorme cantidad de oro almacenado en la Reserva Federal de EE.UU., que se niega a hacerlo antes de 2020.
Toda la operación podría retrasarse hasta 2020. Los representantes alemanes pidieron permiso para visitar la bóveda del Banco Central de EE.UU, pero no lo obtuvieron.
Alemania, que mantiene allí alrededor de la mitad de sus reservas de oro, tiene razones para inquietarse. En general, las instituciones financieras de EE.UU.son conocidas por vender lo que realmente no existe.
Por ejemplo, en 2012 el banco Goldman Sachs vendía certificados de oro, asegurando que estaban garantizados por el oro auténtico en sus bóvedas. Sin embargo, como se supo después, allí no había oro, y el banco estaba trabajando sobre la base de un sistema de reserva fraccionaria presumiendo que pocos depositores exigirán recuperar su oro.
Peter Boehringer, fundador y presidente de la Asociación Alemana de Metales Preciosos, opina que es una mala señal. «Hemos presionado mucho al Bundesbank, le hemos enviado un montón de preguntas, así como a otras entidades. Tenemos que saber por qué no está haciendo la auditoría apropiada, por qué no presionan al banco central de su socio, especialmente a la Reserva Federal, para que haga una auditoría adecuada. ¿Por qué no es posible repatriar ese oro? Así que hay un montón de razones y preguntas sin respuesta», dijo a RT Peter Boehringer.
«EE.UU. y la Reserva Federal están monetizando en la actualidad entre un 60-80% de la deuda federal recién emitida, los bonos del Tesoro. Y su compra libre es una mala noticia para la deuda de EE.UU. Evidencia que algo va mal con la calidad del dólar de EE.UU. como moneda de reserva. China e India probablemente consumirán 2.300 toneladas de oro en conjunto este año, lo que supone casi el 100% de la producción mundial», explicó.
La Reserva Federal de Estados Unidos es una de las organizaciones más secretas del mundo. Desde hace muchos años almacena grandes cantidades de oro de diferentes países. Si antes se consideraba como uno de los lugares más seguros para las reservas de varios países, ahora la situación ha cambiado, ya que el oro almacenado allí se está agotando como resultado de su venta, fianza o uso como garantía financiera.
http://actualidad.rt.com/economia/view/103068-fed-negar-devolver-oro-alemania
Exposición del Presidente Evo Morales ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea
(30/06/2013).
Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Presidente Evo Morales logró inquietar a su audiencia cuando dijo:
«Aquí pues yo, Evo Morales, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante.
Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su séptimo mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos.
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Evo Morales, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan ‘MarshallTesuma» para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.
Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…'».