PARADOJAS. ¿Cuál es el verdadero «aluvión zoológico?

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CONTRA MITRE

El aluvión zoológico

POR LUIS ALEN, ex subsecretario de Derechos Humanos de la Nación.

En 1947, al diputado Ernesto Sammartino se le ocurrió describir a los peronistas como “un aluvión zoológico”. La frase, cargada del odio discriminatorio que caracterizó al antiperonismo, quedó grabada como ejemplo de lo peor de un sentimiento antidemocrático. Lo que no impidió que, en 6empos de la embestida de los empresarios agropecuarios contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en las marchas de aquel julio del 2008 uno de los dirigentes de la Mesa de Enlace recordara el exabrupto, y aprovechando que estaba en el Monumento de los Españoles rodeado de lo más rancio de la oligarquía dijo que del otro lado estaba el zoológico, lo que causó risotadas de aprobación.

Si alguno pensaba que con cuarenta años de estabilidad institucional, desde aquel 30 de octubre de 1983 cuando Alfonsín ganó las elecciones que marcaron el fin de la dictadura, ese tipo de agravios había desaparecido, se sentirá desazón al ver que, por el contrario, la campaña electoral actual aumenta y amplifica el número de agresiones discriminatorias que la derecha reserva para cualquier expresión que huela a popular.

Algunos ejemplos. Mientras el desquiciado pelucón se jactaba de tener un puching ball con la cara de Alfonsín, la saltimbanqui derrotada bramaba en sus actos que iba a exterminar al kirchnerismo. No a derrotarlo en los comicios, no a constituirse como una opción superadora. No es necesario explicar para qué sirve un puching ball; exterminar significa, según el diccionario de la Real Academia Española, acabar del todo con algo, matar o eliminar por completo de un lugar un conjunto de seres vivos, desolar, devastar por fuerza de armas, echar fuera de los términos, desterrar.

Claritas las intenciones pues. Como las del jefe de los liber(o)tarios, expresadas mil y una veces respecto de la casta. Cuando el pelucón se reunió con empresarios en Mar del Plata, les explicó que “la casta se compone básicamente de lo que son los políticos corruptos, los  empresarios prebendarios, los sindicalistas que entregan a sus trabajadores, los micrófonos ensobrados que son cómplices y ocultan todos estos negocios y mundos y obviamente los profesionales que son cómplices a los políticos: economistas, abogados y encuestadores». A todos los cuales prometió exterminar. Por lo menos hasta que los resultados de los comicios no fueron los que esperaba. Porque el triunfo de la fórmula de Unión por la Patria desató un vendaval que puso patas para arriba los campamentos de las dos fórmulas que se disputaban el honor de ser los más horribles. Entonces la casta dejó de serlo, el aspirante a padrino salió de las sombras, la terrorista no puso más bombas en los jardines de infantes y el nombre de una de las coaliciones demostró ser de lo más equivocado. No estaban juntos para nada.

Cómo se va devaluando la política argentina, es el primer pensamiento que llega. De los pactos preexistentes que menciona el preámbulo se pasó al de San José de Flores, que acordaron Urquiza y Mitre para que Buenos Aires volviera a la Confederación y se reformara la Constitución hasta el último hecho entre gallos y medianoche. Después del de San José de Flores hubo otros pactos y gente que no pactó: cuando Pellegrini, Roca y Mitre invitaron a Leandro N. Alem, el hijo del mazorquero contestó que él no transaba. Acaso algunos de los que dicen ser sus seguidores actuales lo hayan recordado en estos días, cuando se hizo un pacto tan oscuro como nocturno en Acassuso, ya que nadie parece saber qué se arregló, porque cada uno de los asistentes da una versión distinta.

Con los antecedentes que tienen los tres acuerdistas en materia de apego a la verdad, no se le puede creer a ninguno.

Con la desunión de los cambiemitas y la novedad de que la casta dejó de serlo, hasta algunos de los seguidores del antes aullante y ahora congelado pelucón se sienten confundidos. Una diputada electa por Entre Ríos salió a explicar que se sintió defraudada, que su jefe había bastardeado el trabajo hecho por los liber(o)tarios de su provincia. Pero cuando le preguntaron a quién iba a votar dijo que por supuesto a Milei. Claridad conceptual casi equiparable a la de Luis Juez, que luego de aclarar que no se iba a hacer cargo del pastillero de Milei terminó diciendo que también lo votaría con un argumento que la Tribuna de Doctrina se apresuró a publicar: “Massa es el límite. Es todo lo que está mal. Ahora, no es que me voy a buscar una peluca y empezar a peinar, a hacer el jopo con un vibrador, ni a rugir como un león. Tengo mis límites. He sido muy claro. Dije: ‘No me hubiese tirado de cabeza las primeras 24 horas, hubiésemos tomado unos días’. Pero lo de Massa es complicado. El problema no es el kirchnerismo, es Massa, porque solo Dios sabe lo que es Massa, es peligrosísimo” (30-10-2023: “Elecciones 2023 | La polémica frase que utilizó Luis Juez para pedirle tranquilidad a Javier Milei: ‘Vas a tener 600 mil negros en Plaza de Mayo’”.

Frente al desastre inesperado que significó para la derecha el triunfo de Unión por la Patria en la primera vuelta, y el anuncio de muchos que votaron por otras fórmulas de que, o bien van a votar a Massa o serán ser neutrales –pero haciendo todo lo posible para que no gane Milei–, en los cubiles donde se pergeñan las notas de «La Nación»y los programas de «La Nación+» comenzó a cundir la desesperación. A reacomodar los tantos, fue la orden. Por ejemplo, para Martín Rodríguez Yebra lo que se avecina es la guerra por el liderazgo del peronismo (28-10-2023: “Balotaje Milei-Massa | La fábula del león vegano y el milagro del tigre que se abraza a su próxima presa”. O sea, comencemos a repetir la estrategia del enfrentamiento Alberto-Cristina que tan buenos resultados venía dando.

Joaquín Morales Solá prefirió descubrir que a no todos los radicales les parece que ya no están más juntos por un cambio que no se producirá: Escribió que también hay «radicales con vocación de poder (gobiernan o han gobernado sus provincias) y saben que ningún partido de Juntos por el Cambio llegará otra vez al gobierno nacional por sí solo. O se reagrupan como coalición política o los aguardan muchos años de peregrinaje por el desierto político”. Frase que parece más una advertencia para que no rompan que un sesudo análisis. Morales Solá procura explicar las razones que llevaron al contubernio de la zona norte al padrino y la derrotada. “Más que la desconfianza hacia las actitudes de Milei, que existe en ellos, predomina en la cúpula del PRO la desconfianza hacia la verdadera vocación democrática de Massa. No es un argumento falso de esos líderes cuando señalan que los aterroriza la sola idea de que Massa pueda quedarse en el poder 20 años más”. Ni que los susodichos hayan hecho gala alguna vez de vocación democrá6ca… (29-10-2023: “Ya nada volverá a ser igual”).

A Pablo Sirvén le parece que estamos frente a una “Gran paradoja: Massa hizo todo lo posible para convertir a Milei en un candidato competitivo para dividir el voto opositor y destruir a JXC (lo está logrando) y ahora es Macri el que pegándose a Milei pretende borrar del mapa a Massa” (29-10-2023: “Un electroshock inesperado tras abrir las urnas”.

Mientras tanto, se repiten mecanismos desestabilizantes que parecen recursos desesperados de poderosos que ven desvanecerse sus esperanzas, y repentinamente desaparece el combustible de los surtidores y «La Nación» acude, para explicarlo, al ministro de Macri que en realidad fue el hombre de las petroleras en el gobierno de CEOs que endeudó al país como nunca y fugó más divisas que cualquiera: Juan José Aranguren, a quien presentan como perseguido en 2005 por el gobierno de Néstor Kirchner “por aumentar los precios de los  combustibles e incumplir el congelamiento unilateral que se había establecido”.

Es curioso ver cómo en el afán de descalificar al populismo (es decir, al peronismo) los escribas del pasquín de los Mitre-Saguier terminan por dar las razones que los justifican (30-10-2023: “Juan José Aranguren: qué pasará con la nafta, según el petrolero perseguido por Néstor Kirchner”).

Finalmente, las cosas empiezan a ponerse en su lugar y los discursos dejan en claro cuáles son las intenciones de los protagonistas del contubernio. Como antes lo hiciera el ahora único candidato de la derecha, la saltimbanqui sufre un ataque de sinceridad y brama: “Lo que nos está pasando es el anuncio de la tragedia argentina que el día 19 explota. Está explotando antes, ojalá explote antes, porque a la realidad la gente la tiene que saber” (31-10-2023: “Patricia Bullrich, sobre la situación del país: Ojalá que explote antes del 19 de
noviembreʺ).

Qué rápido que adecuó su discurso al de Milei -que ya había dicho en TN que prefería que estalle todo y que se lleve puesta a la casta- y qué pronto se olvidó de cuando decía que el pelucón era un peligro y lo denunciaba en Tribunales. Memoria frágil, la suya.

Resumiendo. La cosa está muy clara. Por un lado, están los que siempre han sufrido el costo de cuanta crisis se produjo en el país, y también han sido los que con su esfuerzo y su trabajo han contribuido a superarlas; los que esperan que estos cuarenta años cumplidos traigan las respuestas que la democracia todavía les debe, pero que saben que hay que defenderla porque del otro lado están los que los trataron como animales, los que les negaron derechos, los que quieren ir por todo lo que tanto costó conseguir. Los que se ponen de acuerdo para sostener sus privilegios y seguir hundiéndonos, los que si pudieran venderían todo lo que constituye la patria -esa palabra que desprecian- por unas monedas más para engrosar sus fortunas, construidas sobre la desgracia de otros. Los que los llamaron el aluvión zoológico.

Pero fíjense ustedes qué paradoja. Resulta que a esos tipos los mandan un gato, un león y una pata, y hay graves indicios de que los que los votan son unos burros.

¿Dónde está ahora el aluvión zoológico?


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Un comentario

  1. El anarcocapitalismo es el sistema que buscan instalar las multinacionales en Argentina, por ser el más apropiado para gestionar la nueva matriz económica multiextractivista bajo control de intereses cipayo-foráneos ( gas, petróleo, litio, tierras raras, minerales, agua dulce, granos, la tierra misma, etc ) . Enorme riesgo de perder la integridad territorial ( y no hablo de dos Argentinas, sino de 4 o 5 territorios, además de lo que ocurra con el Mar Argentino. En definitiva, un futuro de Paraíso loteado. Cuanto tiempo demandará ? … No veo muchas posibilidades de Defensa, sólo nos salvaría un descalabro geopolítico inmediato. Una sociedad sin sentimiento de Patria que nunca dominó, controló o superó la mentalidad del colectivo inmigrante en extasis de usufructo: »hacerse la América», pasaporte comunitario, cuentas offshore, odio al Estado como integrador social y vertebrador territorial, idealización mítica de los »países serios», etc. Voluntad de colonia.

    Si tenemos una chance más, habrá que trabajar mucho sobre los tibios y traidores que habitan el movimiento »nacional y popular»

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