Plataforma 2012 Vs. Carta Abierta. Roberto Gargarella repudia una nota de Página 12
Lo manda Caíto (quien, como puede apreciarse, no es K aunque haya alguna vez haya militado en la JP) a quien pertenecen los siguientes comentarios en azul. Por mi parte, solo uno: Roberto Gargarella se las toma con la ignota Sol, pero hay que destacar que en la nota consta que ella informó, pero no quien la escribió., Y que no es imposible que entre una cosa (el informe) y la otra (su redacción) pueda haber una brecha, acaso un abismo.
Gargarella tiene razón en este post respecto del contenido de la nota de Página K de hoy: desde el título de la nota («Pelea entre un grupo de intelectuales críticos al gobierno») y desde el comentario incluido ya en el primer párrafo de la misma, se observa la intención de resaltar más las diferencias que hicieron notar públicamente algunos de los firmantes del documento (4 de ellos), que el analizar el sentido, la proyección de la aparición en la política de este colectivo de intelectuales (artistas, escritores, sociólogos, etc.) críticos al gobierno y, fundamentalmente, el contenido de documento que, no hay que pasar por alto, fue firmado incluso por quienes mostraron sus diferencias con Sarlo (ej. Saccomano).
Pero no es nada que llame la atención. Todos los medios (k y no k) hacen más o menos lo mismo. Lo hizo La Nación con el título (en su página web) del reportaje a Feinmann. Son picardías de los medios militantes.
La Nación le dió manija a esta carta porque sus dueños y editores están convencidos que cualquier oposición a este gobierno, aún aquella ubicada en sus antípodas ideológicas, los va a beneficiar. Por el contrario, Página K la ninguneó, dándole más manija a las disidencias personales entre 4 de sus firmantes que al hecho de la formación (incipiente) de este nuevo colectivo de intelectuales ) y al contenido del documento, porque su misión es salir a defender al gobierno ante cualquier cuestionamiento.
Sobre este grupo de gente que firmó esta carta, no se cual será su futuro. No se si tienen pensado conformarse como un colectivo con cierto grado de permanencia, si piensan que pueden (y deben) ocupar un espacio vacante en la discusión política e intelectual en la Argentina del 54% y extenderse o si juntarse o firmar el documento fue una idea para «ver que pasa»; para generar algún debate que pueda romper, aunque sea por unos pocos días, la monocorde hegemonía kirchnerista. Y después diluirse.
Es muy probable que la aprobación de la cuestionada Ley Antiterrorista, votada sin fisuras por los bloques K, que rompió con la línea que venía llevando el discurso oficial (pro-derechos humanos) – y que fue criticada incluso por sectores y personalidades del propio kirchnerismo- y la existencia de una serie de muertes, producto de la represión ejercida contra algunos reclamos sociales por parte de administraciones provinciales alineadas con el Gobierno Nacional (que no merecieron el repudio de éste) generaron el contexto político que disparó la preocupación de este grupo de gente y decidió la firma de este documento.
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Publicado por Roberto Gargarella en el blog seminariogargarella.blogspot.com
Mala fe
Una plataforma inestable
Un grupo de intelectuales y artistas dio a conocer el miércoles, a través de un blog, un documento llamado «Plataforma para la recuperación del pensamiento crítico», en el que se cuestionan varios aspectos de la política del Gobierno y el rol de los «intelectuales oficialistas». Beatriz Sarlo, el escritor Guillermo Saccomanno, el jurista Roberto Gargarella y la socióloga Maristella Svampa fueron algunos de los que lo firmaron. El documento fue reproducido ayer en algunos medios de comunicación y circuló por redes sociales bajo el nombre de «Plataforma 2012». Fue presentado como «la contracara de Carta Abierta». Pero la discusión sobre el rol de la intelectualidad duró poco y, ayer por la tarde, Saccomanno difundió una carta anunciando que tanto él como la socióloga Norma Giarracca habían decidido retirar su firma debido a la presencia de Sarlo entre los firmantes (ver aparte). «Sentimos que hubo una manipulación de los medios hegemónicos», expresó la socióloga.
Clarín presentó al grupo como «una contracara para Carta Abierta» y La Nación como «un frente alternativo a Carta Abierta». El conflicto, según Giarracca, surgió del hecho de que la mayoría de los firmantes no sabía que Sarlo iba a acompañar la Plataforma. «Hay personas y medios de comunicación que tienen una carga simbólica. Nosotros no sabíamos que se le había pedido la firma a Beatriz Sarlo», agregó. Si bien los chispazos se desencadenaron a raíz de ese problema, la heterogeneidad ideológica de quienes conformaron el grupo también fue un factor que intervino en la renuncia de algunos integrantes. «Tenemos tradiciones distintas. Las personas que tenemos raíces nacionales y populares tenemos disidencias con algunas políticas del gobierno de Kirchner, pero no somos gorilas», explicó Giarracca en ese sentido.
La psiquiatra y activista de los derechos humanos Diana Kordon fue quien convocó a Sarlo a acompañar la Plataforma. Desde su punto de vista, no se habían establecido acuerdos acerca de los límites del documento. «Cualquiera puede estar o no estar. Firmar o no firmar. No hay ningún problema al respecto, hay absoluta libertad», afirmó con relación a cómo se reunieron las firmas, y aclaró: «El documento es el elemento que nos une, y tenemos el criterio de que ésta sea una construcción horizontal donde nadie es vocero de nadie».
Para Gargarella, la carta de Sa-ccomanno «tiene que ver con una historia personal de enfrentamientos entre ellos, pero Plataforma 2012 tiene que ver con un espacio de encuentro de personas que no piensan todo necesariamente igual». El jurista consideró que, más allá del entredicho de ayer, es importante hacer visibles «algunas acciones y omisiones muy fuertes que tienen que ver con esta administración, y la Ley Antiterrorista metaforiza, en ese sentido, algo muy importante para todos los que están en el grupo».
La Ley Antiterrorista sancionada hace algunas semanas es uno de los ejes del documento. «Hoy la homogeneidad discursiva empieza a estar atravesada por algunas filtraciones que la erosionan: el relato épico ha iniciado un proceso de desenmascaramiento. La asociación entre derecho de huelga y extorsión o chantaje o la justificación de la sanción de la Ley Antiterrorista serían expresiones paradigmáticas de este fenómeno», afirman los intelectuales en la Plataforma. Otro punto puesto en cuestión es la política gubernamental de cara a las empresas mineras, petroleras, cerealeras, en paralelo con un «relato oficial» que lo ubicaría como opuesto a las corporaciones. También se evocan en la Plataforma los nombres de varias personas que fueron asesinadas por las policías provinciales o por otros grupos que contaron con su complicidad a lo largo de este año. Según Giarracca, esos puntos siguen siendo una base de consenso de cara a la construcción colectiva de un pensamiento crítico. «Es un espacio necesario, pero creo que la manera de construirlo tambien dice algo sobre el espacio. Me paso la vida estudiando la formación de un ‘nosotros’ y esto va a contrapelo de todo lo que he escrito a lo largo de los últimos años», explicó la socióloga.
Informe: Sol Prieto.