ALEGRÍA EN LA LUCHA. Por qué nos quieren tristes según Deleuze y Jauretche
Buscar en todo el potencial emancipador y huir del discurso impotente de la tristeza.
La alegría es política
“La tristeza, los afectos tristes son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en sus esclavos. Los poderes tienen más necesidad de angustiarnos que de reprimirnos. No es fácil ser un hombre libre: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan o desarrollan un máximo de afirmación. Convertir el cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la conciencia”.
.
Gilles Deleuze.
“Nada grande se puede hacer con la tristeza. Desde la ciencia al deporte, desde la creación de la riqueza a la moral patriótica, el tono está dado por el optimismo o por el pesimismo. Nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos y los pueblos deprimidos no vencen ni en la cancha de fútbol, ni en el laboratorio, ni en el ejemplo moral, ni en las disputas económicas… Por eso, venimos a combatir alegremente. Seguros de nuestro destino y sabiéndonos vencedores, a corto o a largo plazo”.
Arturo Jauretche
Confrontado con las figuras citadas más arriba, soy nadie (sobre todo Jauretche, al que admiro tanto) y, por lo tanto, puedo estar equivocado.
Pero debo ser sincero. No estoy totalmente de acuerdo. La famosa «grieta», que mencionan con su manual para engañarnos, confundirnos y hacer creer a muchos incautos que no es bueno discutir, resistir, enfrentar, que debemos ir «todos juntos», aunque estemos totalmente en contra de lo que quieren hacer.
Las políticas de estos gobiernos no son simplemente antipopulares, estas políticas matan. Si producen desocupación,si se frena la ciencia y la investigación, si se deteriora la educación y el sistema de salud pública. Si muchos no pueden educarse, ni alimentarse bien ni comprar remedios, nos vamos transformando en un país pobre, atrasado, mal educado, con mala salud, sin progresos, en suma, en un país sin autonomía, débil, más fácilmente controlable y sometible. Un buen objetivo geopolítico, de sencilla observación para cualquiera.
Esto es una guerra y ¿quién va alegre a una guerra por más justa que diga?
Es cierto que se siente alegría con la conquista de derechos…¿Y como hay que sentirse cuando te los quitan, uno a uno?
Tal vez es cierto que la tristeza no ayuda pero sentirse alegre es medio para el psicólogo. Y no es lo mismo la tristeza que la bronca.