CORDOBA. Pobladores pobres derriban «el muro de la vergüenza» con el apoyo de la Iglesia
Organizaciones sociales, vecinos, comunidades originarias y cooperativas cordobesas sumaron a sus militantesy derribaron el muro construido en torno a un gigantesco barrio privado para aislarlo de los pobladores pobres que habían llegado antes a ocupar esos terrenos fiscales. La Iglesia de Córdoba, mas a tono con los tiempos de Francisco que con la herencia de Raul Primatesta, pidió por esos marginados que conviven con los basurales de los ricos.
Crisis habitacional y residuos que contaminan
POR SILVIA VALERGA
“Con los ladrillos de sus muros, construiremos nuestra esperanza”, dejaron escrito las organizaciones sociales que derribaron el muro levantado en torno a un barrio privado levantado sobre un terreno habitado por familias humildes.
Luego de la realización del Tercer Encuentro Provincial de Luchas por la Tierra, un grupo de manifestantes tiró abajo una pared del emprendimiento inmobiliario más grande de la provincia, llamado “Manantiales”, que construyó el consorcio desarrollista EDISUR sobre terrenos fiscales.
Según las organizaciones “este muro es ilegal ya que está hecho en terrenos del Estado Nacional” y “es discriminatorio y atenta contra el derecho de libre circulación de las personas”.
Alrededor de 150 representantes de ocupaciones, asambleas, villas, cooperativas y comunidades originarias de distintos puntos de la provincia, se reunieron el sábado 19 por la mañana para compartir sus experiencias, los problemas y las soluciones que aprendieron.
“Tender puentes solidarios entre cada uno de los procesos, una mano compañera, un consejo desde la experiencia ya vivida para enfrentar los desafíos, es hasta ahora la forma que encontramos para hacerle frente a un sistema que nos propone cada vez más exclusión, explotación, expropiación y muerte”, explicó un delegado de cooperativa.
basura “Nos reunimos todos los años porque nuestras problemáticas son diversas, pero la lucha es una sola: familias sin tierras para vivir en la ciudad, pequeños productores sin tierra para producir en el campo, represión y hostigamiento policial en todos los territorios recuperados, falta de agua y conexiones seguras de electricidad en muchísimos barrios, tierras y alimentos envenenados, desalojos ilegales y muros que nos ocultan de la gente de “bien”; son realidades de todas nosotras”, señaló una delegada de villas.
“Sabemos quiénes son los responsables, cuáles son sus formas y quiénes son sus cómplices Los nombramos en voz alta durante toda la jornada: el desarrollo inmobiliario y el negocio agro-sojero, el despojo y la explotación, el Estado y su falsa justicia. Entonces decidimos ir a decirles, contarles que existimos, que resistimos, que -aunque del otro lado del muro- acá estamos”, dijo una delegada de asamblea.
Las Siete Alcantarrillas conserva su nombre desde cuando estuvo habitado por familias pobres que fueron desalojadas de sus precarias viviendas, con el pretexto de que eran tierras inhabitables. Pero después se convirtieron en habitables para los que pueden pagar una casa o departamento en Manantiales.
La basura cerca de los pobres
Por otra parte, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba manifestó que “es doloroso constatar que, a lo largo de todo este tiempo, los sectores más pobres y vulnerables han tenido que soportar como “vecinos” a los residuos de la sociedad”.
Los habitantes de la Villa Parque Santa Ana llevan años soportando el humo de la quema de los residuos sólidos urbanos y ahora montaron un acampe, como en otras ocasiones, con cortes de ruta para demostrar su oposición.
En una carta dirigida al Gobernador y a los intendentes, en reclamo por el predio destinado al enterramiento y tratamiento de residuos, que lleva adelante la Corporación Intercomunal para la GestiónSustentable de los Residuos del Area Metropolitana de Córdoba (Cormecor), la Pastoral Social les pide que piensen en el “bien común” y propone la separación domiciliaria de los residuos, reciclado, valorización energética y eliminación en vertedero controlado.
Alrededor de 200 vecinos de Villa Parque Santa Ana se manifestaron ruidosamente en la noche del 4 de noviembre en la rotonda de la plaza España, en la ciudad de Córdoba, para visibilizar su oposición a la intención de la corporación Cormecor de instalar una planta de tratamiento de residuos en un campo expropiado por la Provincia, en cercanías de la ruta 36, para llevar allí los residuos de 20 municipios del área metropolitana.
“Buscamos que la gente se entere por qué no queremos un basural a metros de nuestros hogares; se inundará todo y se contaminarán agua, suelo y aire”, planteó el vecino Andrés Méndez. Criticó que el impacto ambiental “no se hizo como debería ser” y no se ejecutó estudios de la napa freática.
Participaron en la protesta vecinos de Santa Ana, Campos del Virrey, La Melinca y Mi Valle. Dieron vueltas a pie por la rotonda con barbijos, carteles, remeras y disfraces que aludían a la muerte y la contaminación ambiental.