FUNCIONARIOS AMARILLOS: Coaching descontracturante para gente obsesionada con mantenerse en el poder
Lean el post de Abel B., Una experiencia enriquecedora, con Rodríguez Larreta (foto) Pero antes, sugiero, lean la nota original de Perfil. Yo no pude evitar un sonrisa irónica, pero presten atención a lo que dijeron los actores contratados: que los funcionarios amarillos están obsesionados con mantener el poder (se nota que no creen que sus privilegios vayan a durar mucho). Dario Lopérfido y Hernán Lombardi, que tienen un pasado político, no estaban mentalmente allí. Para el resto, queda en pie la pregunta de Abel, que podríamos retraducir asi: «¿Son o se hacen?» JS
Por si son tan vagonetas como para no haberse metido en el blog de Abel B., Pensando en voz alta, les dejo aqui el texto de marras:

No acostumbro a subir en el blog material de Perfil. Tiene notas provocativas, pero se lo dejo a mi amigo Artemio, que provoca publica allí.
Pero esto sentí que debía subirlo al blog. No es que el asunto me produzca rechazo, como podría suceder con alguien más austero, como el Papa Francisco. O a alguien menos tolerante, como el Arzobispo Aguer. No. Son técnicas interesantes, y una amiga mía las maneja para mejorar el rendimiento en las empresas. Hasta puedo creer que es enriquecedor como experiencia, como dicen. Sólo tengo una curiosidad, casi de antropólogo: Este funcionariado, que proviene de las actuales clases acomodadas ¿lo toma en serio? O es un símbolo de status, como apuntaría Veblen?
“No, Horacio, no mandes más cosas por WhatsApp, ya casi no se usa… Ahora se usa Telegram. ¡¿Qué?! ¡¿Todavía usás Blackberry?! ¡Ese teléfono ya fue! ¡Dale, modernizate, tu equipo te lo va a agradecer!”. El planteo al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no fue de un ciudadano porteño sino de uno de los integrantes de Improcrash, un grupo de improvisadores teatrales que entrenaron durante toda una mañana al gabinete porteño en la Usina del Arte. El encuentro se suma a otras charlas motivacionales y entrenamientos que el gobierno de Cambiemos impone a sus funcionarios, y que incluyen desde seminarios en felicidad hasta espacios de meditación dentro de los ministerios.
Pero en la reunión del 13 de mayo pasado, donde estaban todos los miembros del gabinete más sus secretarios y jefes de área –se habían reunido allí para la presentación de la nueva marca de la Ciudad, Vamos Buenos Aires–, los actores Paula Farías, Rodrigo Bello y Luciano Barreda los expusieron a sus técnicas de improvisación desde el escenario para, según contaron a PERFIL, “ayudarlos a mejorar sus procesos creativos y de gestión”. El tema que más obsesionó a los integrantes de la platea fue cómo mantener el liderazgo y el poder.
“Les explicamos cómo trabajamos la improvisación a partir de valores como escuchar, confiar, aceptar y estar predispuesto al error, que puede servir como oportunidad de cambio. También hablamos de cómo romper estructuras de liderazgo tradicional haciendo eje en un liderazgo horizontal, donde todos opinan, aportan ideas y son escuchados, desde el portero hasta el jefe de Gobierno”, dice Farías a PERFIL. Trabajaron con datos previos de cada funcionario, para sacarlos de su zona de confort: “Sabíamos, por ejemplo, que para Rodríguez Larreta la ansiedad es un valor. Entonces, hicimos un ejercicio para que viera que se puede ser efectivo y creativo sin que te gane la ansiedad”, cuenta Barreda.
Convocados por el profesor de la Universidad Di Tella, Andrés Hatum, con quien habían trabajado antes, llegaron a la reunión de los funcionarios con el desafío de “hacerlos romper la solemnidad sin caer en el ridículo, y aprovechar los imprevistos”, agrega Bello. En las butacas de la primera fila se ubicaron los ministros que Improcrash tomó “de punto” en su entrenamiento. Del vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, el grupo destaca su histrionismo: “Abría la puerta, recibía a la gente. Sabe moverse bien, actúa rápido. Vino a vernos al sábado siguiente con su familia y amigos”, relata. Algo que, según los actores, es compartido por el ministro de Modernización, Andy Freire: “Tiene carisma y escenario, dos dotes que ahora se le exigen al político”, agrega Barreda.
En cambio, a Darío Lopérfido se lo notó más “ausente”. Los actores del grupo lo propusieron para que fuera centro de improvisaciones. El ministro de Cultura, en tanto, eligió casi no despegar la vista de su celular. “Se nota que le falta descontracturarse. Es muy esquemático. Estaba como en otra, casi despatarrado en su butaca”, cuentan. Al ministro de Seguridad, Martín Ocampo, lo trataron “casi de patovica: improvisamos si él nos dejaba o no entrar a un boliche”, cuenta Bello. Según contaron desde el Gobierno, la reunión fue bien recibida: “Fue parecida a uno de los típicos retiros donde se alinean los equipos de trabajo. Fue una experiencia diferente, enriquecedora para todos”, afirmó uno de los asistentes a la jornada.
Es llamativo que con tanta dedicación al entusiasmo,valores,felicidad y motivación, no consigan despertar en la ciudadanía ni un ápice de ninguno de estos ítems,y por el contrario,se disperse una sensación cada vez más pesada de agobio y desesperanza,cuando no desesperación,de la mano de estos sátrapas del cinismo más despiadado.