ISRAEL – UCRANIA. Cortocicuitos en la relación entre dos aliados de Estados Unidos
POR MOHAMED AGUIRRE
1.
El enfrentamiento diplomático entre Israel contra Ucrania (reitero: el diplomático) se inició inmediatamente después del ataque de las Brigadas Ezzeldin Al-Qassam contra los kibutz del sur de Israel.
Zelenski quiso de inmediato trasladarse a Tel Aviv para mostrar su solidaridad con el estado de Israel.
Para ello la cancillería ucraniana solicitó el permiso correspondiente (que es de uso quasi-obligatorio en los usos y costumbres entre la practica diplomática entre los países occidentales) ante su par israelí.
La respuesta israelí se demoró ex profeso una semana y fue lapidaria:
“no es el momento adecuado”.
FUENTES: Diario Yedioth Ahronoth de Tel Aviv – 16 de octubre de 2023 (en hebreo: ידיעות אחרונות – 16 באוקטובר), Canal de TV I 24News de Jaffa y Tel Aviv (misma fecha)
2.
Esta respuesta diplomática no amigable guardaba absolutamente consonancia con la postura oficial del estado de Israel respecto a la que año y medio antes ya había asumido el gobierno israelí de Netanyahu en relación con la emigración masiva de refugiados ucranianos de resultas de la invasión rusa a gran escala contra Ucrania producida el 24 de febrero de 2022.
En efecto, en una fecha tan temprana como la del 7 de marzo de ese año (esto es, inmediatamente después de 11 días de la invasión) la Ministra de Interior de Israel Ayelet Shaked (foto), en el parlamento israelí (Knéset) declaró:
“Más del 90% de los ucranianos que están llegando a nuestro estado no son judíos. Esto no puede continuar así. Israel es un estado exclusivamente para los que son judíos. Los ucranianos no judíos deben saber que tienen otros 192 países disponibles en el resto del mundo para refugiarse”.
FUENTES: Diario Walla de Tel Aviv – 7 de marzo de 2022, (וואלה! – 7 במרץ 2022) del grupo mediático Haaretz (הָאָרֶץ)
3.
Los 15.000 refugiados ucranianos no judíos (salvo pocas excepciones todos eran niños, ancianos y mujeres) decidieron no darse por aludidos, porque por su calidad de refugiados de conflicto militar y conforme la normativa del derecho internacional y disposiciones expresas en la materia de distintas resoluciones de las Naciones Unidas, tenían derecho al acceso a alojamiento temporal gratuito en hoteles, seguro médico básico y suministros como ropa y alimentos.
La respuesta del gobierno del estado de Israel ante este hecho se demoró cuatro meses.
Pero a principios de agosto de ese año 2022 y a través de su ministro de Finanzas Bezalel Smotrich (foto junto al premier Bibi Netabyahu), Israel suprimió a los ucranianos no judíos (violando el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas) las ayudas en materia de alojamiento temporal gratuito en hoteles, seguro médico básico y suministros de alimentos y ropa.
El 11 de agosto el embajador ucraniano Yevgeny Korneichuk en Tel Aviv protestó mediante carta diplomática presentada ante la cancillería israelí el maltrato que se había decidido aplicar a los ciudadanos ucranianos no judíos.
El gobierno de Netanyahu del estado de Israel dobló su apuesta: amenazó con expulsar del país al embajador ucraniano y llamó a su embajador en Kiev a consultas.
La cancillería ucraniana respondió ante ello amenazando con invalidar el sistema de entrada sin visado en Ucrania para los ciudadanos israelíes. Especialmente a los peregrinos israelíes judíos que visitarían en Ucrania el santuario Umán en Rosh Hashaná (el Año Nuevo judío) en el mes de septiembre.
Esto obligó a Netanhyahu a llamar telefónicamente por primera vez desde la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania el 7 de septiembre de 2022 a Zelenski para desescalar la crisis diplomática entre ambos países.
De resultas de la cual, la peregrinación de los israelíes judíos pudo efectuarse al santuario ucraniano. Gesto que no fue correspondido por el gobierno del estado Israel que a mediados de octubre de 2022 comenzó a deportar de manera masiva a los refugiados ucranianos no judíos hacia Ucrania.
FUENTES: de acceso personal: cables de nuestra embajada argentina en Tel Aviv e informes de nuestra Cancillería a nuestro Poder Ejecutivo.
4.
La ruptura final de hecho (nunca formalmente) entre ambas cancillerías se produjo un año después de resultas de la masacre perpetrada en el Hospital Bautista Al-Ahli.
Tras los informes brindados inicialmente por las IDF y el gobierno israelí y el posterior (48 horas post de la masacre) informe de la televisión qatarí de Al Jazzera que demostraría que el misil no había sido disparado desde la Franja de Gaza la postura asumida por la Cancillería de Ucrania fue evaluada por la cancillería israelí como “la gota que rebalsó el vaso” dado que su contraparte ucraniana no asumió como propia la postura oficial de Israel.
El comunicado ucraniano decía:
“El MFA (Ministerio de Asuntos Exteriores) de Ucrania con las víctimas en el Hospital Al Ahli en la Franja de Gaza”
“En medio de informes sobre una gran cantidad de víctimas en el Hospital Al Ahli en la Franja de Gaza, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania enfatiza la inadmisibilidad bajo cualquier circunstancia de ataques realizados por cualquiera de las partes en instalaciones médicas u otros objetos civiles de infraestructura crítica”.
“Pedimos una investigación integral internacional independiente a las partes en conflicto de esta tragedia y traer a los perpetradores ante la justicia”.
“También pedimos a las partes en el conflicto armado para que cumplan estrictamente las reglas de la guerra y respeten las normas del derecho internacional humanitario”.
“Ahora es de vital importancia evitar un mayor aumento en el número de víctimas civiles en ambos lados del conflicto, tanto en Israel como en Palestina”.
“Reafirmamos que el proceso de paz del Medio Oriente debe permanecer en el núcleo de cualquier esfuerzo destinado a restaurar la estabilidad y la seguridad regionales, así como la implementación del principio de la “solución de dos estados” para Israel y Palestina”.
5.
El resto de la historia es más reciente:
Israel solo acepta hoy refugiados ucranianos que sean judíos.
Ocho meses después de iniciada la guerra en Gaza sigue sin ser “el momento adecuado” de una visita de Zelenski a Israel
Las multimillonarias inversiones de los oligarcas rusos (judíos o no) siguen a salvo en Israel de cualquier intento occidental por confiscarlos.
El sistema de alerta temprana e intercepción misilística rusa sita en Tartús (Siria) –como ha acontecido desde la injerencia rusa en Siria en 2015– no solo nunca interceptó ningún ataque de la aviación israelí contra el Líbano y Siria, sino que hay sobradas pruebas de que jamás alertó a las milicias pro-iraníes y a los gobiernos de ambos países de los ataques aéreos que se avecinaban.
Quizás las inversiones rusas en Israel y la inacción rusa ante los ataques israelíes contra el Líbano y Siria expliquen en parte el desapego en la práctica de Israel hacia Ucrania.
Esta nota es pro Occidental en la guerra de Ucrania, bajo el disfraz de ser crítica con Israel, y precisamente en un tema en que el autor no tiene razón.
El autor critica al gobierno de Israel porque no se ha alineado abiertamente con Kiev en la guerra que libra contra Rusia en nombre de EEUU y la OTAN. Ahora bien, la prensa israelí está totalmente al servicio de la narrativa atlantista en la guerra de Ucrania.
El autor habla de «invasión rusa a gran escala contra Ucrania». Una invasión a gran escala fue la de EEUU a Irak en 2003. Y no es porque lo haya hecho una coalición liderada por los estadounidenses, sino por la magnitud de las fuerzas y la crudeza de los ataques (¿quién no recuerda el terrible bombardeo sobre Bagdad?)
La entrada rusa al Donbass (cuyas milicias populares estaban separadas de las fuezas de Kiev por una línea de demarcación oficialmente reconocida desde la guerra civil ucraniana de 2014, hecho que se oculta al público) implementando una operación militar en apoyo de las repúblicas autoproclamadas (que hacía 8 años que imploraban la ayuda de Moscú ante el incumplimiento de Kiev de los acuerdos de Minsk) no puede ser llamada invasión, por la dimensión de los efectivos y por la estrategia. Si Rusia hubiera lanzado «una invasión masiva» el 24 de febrero, desde el día 25 Ucrania estaría en la Edad de Piedra. (Que es lo que haría EEUU, si por ejemplo, México, quisiera que una alianza hostil los estadounidenses, instalara armas nucleares a minutos de sus principales ciudades).
El autor habla de «injerencia rusa en Siria en 2015». De este comentario, se deduce que el tal Mohamed Aguirre debe ser simpatizante de alguno de los 72 grupos de terroristas yihadistas o de alguna de las varias potencias occidentales, que atacaron la República Árabe de Siria. No fue ninguna injerencia, el gobierno legítimo de Siria pidió ayuda a Moscú.
Tema de los refugiados ucranianos en Israel. Seamos honestos, los refugiados ucranianos deberían pedir asilo a los países de la coalición occidental cuya guerra por poderes contra Rusia, lleva a cabo el gobierno de Kiev (EEUU, Canadá, Reino Unido, la UE). Eso sí, si son varones, en Occidente corren el riesgo de que se los entreguen a Zelenksy (como hace Polonia, por ejemplo) porque como es bien sabido tienen que luchar «hasta el último ucraniano» defendiendo los intereses extranjeros.
Los ciudadanos ucranianos judíos huyeron de Ucrania hace tiempo, cuando vieron que los nazis ucranianos quemaron a gente viva dentro de un sindicato.
El autor defiende el robo de bienes rusos o a los ciudadanos rusos. (Parece que en esto no le importa el derecho internacional que sí invoca cuando le conviene). Y protesta porque según él, hay » multimillonarias inversiones de los oligarcas rusos (judíos o no)», que «siguen a salvo en Israel de cualquier intento occidental por confiscarlos».
Y el colmo llega cuando el autor se queja de que el sistema de alerta de misiles de la base rusa en Tartús (Siria) «no sólo nunca interceptó ningún ataque de la aviación israelí contra el Líbano y Siria, sino que hay sobradas pruebas de que jamás alertó a las milicias pro-iraníes y a los gobiernos de ambos países de los ataques aéreos que se avecinaban». Aguirre no puede saber a quienes y sobre qué alerta la inteligencia rusa, son demasiado buenos sus servicios como para que se sepa. Así que habla por hablar.
Además, ¿no dice el autor que Rusia cometió una «injerencia» en Siria?, entonces, como es que pretende que tenga «injerencia» en Líbano y en toda la región. En fin, esta nota es un despropósito tras otro. Parece un trabajo de un estudiante de secundaria. No está al nivel que nos tiene acostumbrados Pájaro Rojo.