Nahuel Coca postula que Lanata está embargado por la vergüenza. Yo creo que hace rato la mató, y que si creyera que algún sentimiento parecido comenzara a crecerle en alguna parte, la arrancaria…* JS

LANATA: Su pelea con Zunino evidencia una vergüenza inocultable

POR NAHUEL COCA

Hace unos días, la revista NOTICIAS dedicó su tapa a la nueva vida de Jorge Lanata en Miami, después de haber comprado un departamento de 2,55 millones de dólares, que al momento de escribir estas líneas equivale a casi 40 millones de pesos argentinos. Apenas se conoció la noticia, Lanata salió por algunos medios a decir que lo había adquirido con un crédito, que, adelantó, no ha de pagar.

Resulta curioso que su exilio produzca en el momento de su rotunda victoria, después de haber hecho un aporte decisivo a la ruina electoral del kirchnerismo. La cantidad de operaciones de Lanata y Cía. tuvo su precio para el grupo Clarín, y no sería descabellado que el periodista estrella se haya ganado cada uno de los 39 palos que le costó su departamento, en caso de que no sea cierto lo del crédito. La pregunta del millón, entonces. ¿Por qué se fue a Miami? ¿Por qué no quedarse a ser el Neustadt de Macri? ¿O, en todo caso, ser el referente crítico?

En mi tesis de grado estudié la historia de la revista El Porteño, que es donde Lanata juntó experiencia y armó el equipo para luego animarse a fundar Página/12. Casi todos los entrevistados para la ocasión coincidían en algo: desde los comienzos de su carrera, Lanata siempre fue una persona de pocos escrúpulos, capaz de robar una nota escrita por un colega que servía una larga pena en prisión, cambiarle la firma y publicarla como propia. O de, una vez director de Página 12, ocultar la existencia de desaparecidos en el asalto a La Tablada con tal de no exponer que el diario había sido financiado por Enrique Gorriarán Merlo.

Quizás Lanata se haya asqueado del personaje en el que se convirtió, y se sienta entre arrepentido y avergonzado por la ayuda enorme que le dio a los enemigos del pueblo para hacerse con el resto del poder que les faltaba conquistar. El giro copernicano de su línea editorial a partir de la Ley de Medios no termina de entenderse si no se contempla su cercanía a la muerte y la enorme responsabilidad de ser el único sostén de su familia y al mismo tiempo, un ser biológicamente empecinado en la auto destrucción. Es entendible que un tipo que se ve cercano a la muerte trascienda sus propios límites éticos para dejarle un mejor pasar a los suyos. Eran sus últimos cartuchos, creía, y los disparó contra el kirchnerismo. Para un mercenario, de todas las misiones en el mercado, esa fue la mejor pagá.

¿Y ahora? Con 30 piezas de plata en el banco, sobrevive su peor versión. Lejos de poder mirarse en el espejo, o de mirar a su audiencia a los ojos, se manda a guardar, alto en la torre. Tratando de olvidarse de que trascendió sus propios límites, que ya es mucho decir. Hasta Edi Zunino, su antiguo jefe, lo gasta. Jorge Lanata tiene culpa, pero no de haberse comprado un departamento en Miami. Le pesa haber ayudado a construir el Gólem, y cada peso que le pagaron por ello, operaciones de por medio. Hasta llegó, al final de su carrera, a pagarle a un triple asesino para que frustrara una campaña electoral. NC

*) Coca aún es joven, bien pensado y ha visto entera Breaking bad. Yo no creo, para nada, que Lanata esté arrepentido. Creo que no tiene vuelta posible y que si le surgiera algún sentimiento de ese tipo, lo mataría de inmediato. Me parece evidente que todo lo hace por dinero. Para sostener su tren de vida de bacán. Prefiere correr el riesgo de morir a renunciar a él. Alguna vez fue pobre y está dispuesto a cualquier cosa con tal de no volverlo a ser. JS

¿Qué te pasa, Lanata, por qué estás nervioso…?

Por Edi Zunino*

Jorge Lanata está loco de furia.