MACRI EN LA ROSADA: Custodiado y asesorado por expertos

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No sólo regresaron los carros hidrantes: también hay francotiradores en  la azotea / Macri al gobierno, Magnetto al poder / Rasputín es un abogado de Clarín.  

Ayer, en la manifestación de Plaza Congreso, un  compañero me comentó de que la terraza de la Casa Rosada había francotiradores cuando sde produjo la manifestación espontánea en defensa de la Ley de Medios. Y hoy me mandó una foto que lo acredita.

La conducta de Macri se explica en esta nota de Martín Granovsky, Ser jefe, publicada ayer en Página/ 12. La Nación explicó ayer quien está detrás de esta y otras decisiones brutales del presidente: Pepín Rodríguez Simón, un abogado de Magnetto. La nota de La Nación se basó en una anterior de Lapolíticaonline.  A continuación, las tres notas:

Ser jefe

Por Martín Granovsky / Página 12

La idea se le ocurrió a un miembro del gabinete nada menos que en diciembre de 2001. El presidente Fernando de la Rúa tenía que ser un jefe. Un Jefe con mayúsculas. Y los jefes mandan. A los jefes, por ejemplo, no les importan tonterías que al resto de los mortales sí. Para eso son jefes. La mortalidad ajena, sin ir más lejos.

Imbuido de su jefatura plena, De la Rúa tomó dos decisiones sin vacilar. Una fue por comisión. Ordenó reprimir en Plaza de Mayo y todo el microcentro. Otra fue por omisión. No dijo cuáles debían ser los límites de la represión. Así fue que la Policía Federal mató. Mientras, otras policías mataban fuera de la Capital.

Más allá de que en términos penales la Justicia le pruebe o no a De la Rúa que cometió delito, políticamente no hay dudas de qué ocurrió y por qué. Porque incluso en esos momentos de confusión siempre hay mentes más lúcidas que alcanzan a ver cuál es el abanico de posibilidades que se abre y sacar la conclusión de que, por si acaso, conviene no tentar al demonio. Hubo por lo menos dos. Dentro del gobierno el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini no estuvo de acuerdo con que, para ser jefe, hubiera que ser temerario. Intuyó que podría ser muy peligroso. Fuera del gobierno el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, también entrevió que reprimir de cualquier modo en Plaza de Mayo también podría ser un camino de ida.

La decisión de Mauricio Macri de mandar a la Corte Suprema dos jueces en comisión ya provocó polémicas. La más seria es constitucional y política. Como saben los lectores de este diario, sólo el Poder Ejecutivo, el PRO y una parte de sus aliados en Cambiemos, entre ellos Ernesto Sanz y Elisa Carrió, respaldaron que el Presidente no convocara a sesiones extraordinarias ni utilizara el decreto 222, que permite la opinión sobre un candidato y el examen previo de sus antecedentes por parte de la sociedad entera. En 2003 la candidatura de Raúl Zaffaroni para la Corte fue una interesante experiencia de discusión. Desde que Macri comisionó a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz para el tribunal supremo, uno de los argumentos a favor es que Macri ni los conoce. Suena a poco. Zaffaroni había sido un duro crítico del gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner. No se definían a sí mismos como kirchneristas ni Ricardo Lorenzetti ni Elena Highton ni Carmen Argibay. Al margen del currículum vitae de Rosenkrantz y Rosatti o de sus ideas políticas, lo cierto es que llegan a la Corte en medio de una crítica política o legal que va desde miembros de Cambiemos como Ricardo Gil Lavedra hasta dirigentes del Frente para la Victoria como Héctor Recalde, pasando por opositores hasta ahora amigables como Sergio Massa y Margarita Stolbizer. Y llegan sin el debate que precedió la designación de Zaffaroni, Lorenzetti, Argibay y Highton.

Imposible saber a ciencia cierta por qué, en el fondo, Macri decidió lo que decidió. Pero si lo hizo para demostrar que es un jefe de veras, será mejor recordar que las sobreactuaciones siempre acaban mal. El 19 y el 20 de diciembre de 2001 hubo 36 muertos.

“Pepín” Rodríguez Simón, el cerebro jurídico de Macri detrás de la jugada de la Corte

Es el encargado de las jugadas más polémicas. El Presidente está fascinado y le dará un cargo en la Rosada.

Mauricio Macri ingresó anoche al salón principal del hotel Sheraton donde se realizó la cena por el aniversario de Adepa acompañado de su abogado preferido, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón. Fue un contundente gesto de respaldo total al cerebro de la jugada de completar la Corte Suprema con jueces designados por decreto.

El polémico “Pepín” Rodríguez Simón fue el ideólogo de la maniobra, que como adelantó LPO tiene como objetivo recortar el poder total de Ricardo Lorenzetti en la Corte. La movida incluso generó resistencias en el equipo presidencial, pero Macri decidió confiar en el más temerario de sus asesores, quien la semana pasada también ideó la cautelar que determinó que el mandato de Cristina Kirchner terminaba el 9 de diciembre a las 23.59 horas.

Macri está fascinado con “Pepín”. El encanto responde a una cuestión muy sencilla: cada vez que tiene un problema complejo de resolver, se lo soluciona. Lo hace con sus métodos, jugadas al límite como la designación de jueces por decreto, que le provocó a Macri la primera crisis con sus socios radicales. El poco afecto de Rodríguez Simón por las formas hace que muchos en el gobierno lo señalen como el más kirchnerista de los macristas.

Rodríguez Simón se hizo amigo de Macri a través a José Torello, el jefe de asesores del Presidente y apoderado del PRO. Torello y Rodríguez Simón pertenecen a la línea histórica del PRO Compromiso Para el Cambio (CPC), con amplia influencia en el área judicial, donde choca con Daniel “Tano” Angelici. También Pablo Clusellas, el secretario de Legal y Técnica, integra ese grupo.

Pepín Rodríguez junto a Mauricio Devoto, Jaime Durán Barba y José Torello

El grupo del CPC conforma el verdadero equipo judicial de Macri. Están, incluso, por encima del ministro de Justicia, Germán Garavano, que tiene un perfil mucho más institucional y menos político que los amigos de Macri. A la hora de los conflictos serios, el jefe de Estado prefiere escuchar a sus operadores judiciales, más acostumbrados al barro de la política y a las disputas con el poder real. Esto ya empezó a frustrar a Garavano, que huele que su influencia será limitada.

De hecho, el ministro de Justicia chocó con la idea de Rodríguez Simón. Más institucionalista, Garavano propuso ampliar la Corte a nueve miembros y ofrecerle lugares al kirchnerismo, al radicalismo y al massismo. Pero “Pepín” le advirtió a Macri que eso agravaría el problema y la Corte quedaría atomizada, lo que haría más complejo aún lograr acuerdos.

Además, le dijo que no alcanzaba con un nombre, que necesitaría dos nuevos cortesanos. Es que en el PRO saben que en la Justicia se definirán muchas de las medidas que Macri tome en los primeros cien días, sobre todo aquellas de carácter económico como la quita en los contratos de dólar futuro. Como blanqueó Ernesto Sanz, Macri no puede sufrir “un fallo de la Corte en contra”.

Desembarco en la Rosada

Después de sus “éxitos” con la cautelar del traspaso y la designación de jueces por decreto, Macri tiene pensado crearle un cargo en la Presidencia para tenerlo cerca en el día a día. Sería una especie de Carlos Zannini en las sombras. Su desembarco se concretaría en breve.

 

Para eso, Rodríguez Simón tendrá que renunciar a su banca en el parlamento del Mercosur, donde asumió esta semana tras ir segundo en la lista de Cambiemos. Su ingreso en esa nómina fue leído como una jugada de Macri para aliviar a su amigo del procesamiento judicial que pesa en su contra por la actuación de la ex Unidad de Control de Espacios Públicos de la Ciudad (UCEP), acusada de operativos violentos contra indigentes. “Pepín” fue el creador y administrador de esa oficina, disuelta tras la sucesión de denuncias.

Pero ese no fue el único escándalo de Rodríguez Simón durante su paso por el gobierno porteño. En 2008, siendo jefe de gabinete del ministerio de Espacio Público renunció a su cargo denunciando coimas en la Legislatura para aprobar la ley de publicidad en la vía pública, una denuncia que salpicó a integrantes del propio macrismo.

Rodríguez Simón, además, es un abogado muy cercano al Grupo Clarín, a quien defendió fervorosamente durante la pelea con el Gobierno por la Ley de Medios, integrando el equipo jurídico. Incluso, “Pepín” escribió un libro de casi 600 páginas defendiendo la posición del multimedio, a quien todavía asesora. Además, habría sido quien acercó a Clarín el estudio jurídico Wortman Jofre, encargado tiempo atrás de la insólita denuncia contra periodistas kirchneristas, entre otras maniobras.

“Pepín” también es famoso en el PRO por regentear junto a Torello un extravagante club nocturno de San Telmo que funciona como búnker del CPC. Conocido como “Fundación Pericles”, al club se ingresa con contraseña para disfrutar de la barra con bebidas alcohólicas, la pista de baile con un caño en el medio y los boxes reservados con cortinas. “Pericles” también es el nombre que “Pepín” eligió para su cuenta de Twitter.

Pepín Simón, el mentor de los decretos más audaces del macrismo

LA NACION Jueves 17 de diciembre de 2015

 

Mientras el gobierno de Mauricio Macri anunciaba el lunes a la tarde el polémico decreto 83, por el cual nombró dos jueces de la Corte Suprema en comisión, el ideólogo de la medida, el abogado Fabián Jorge Rodríguez Simón, apodado “Pepín”, estaba en ese mismo momento jurando en Montevideo como diputado del Parlasur junto a Mariana Zuvic, a quien acompañó como segundo candidato de la lista de Cambiemos y junto a quien renunció a los fueros.

Si bien no se graduó en el Colegio Newman, “Pepín” Rodríguez Simón pertenece al núcleo duro de Macri, es respetado y escuchado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y goza de fuerte influencia en los tribunales.

Además, tiene gran ascendencia sobre el entorno de amigos íntimos del Presidente del Newman: el empresario Nicolás Caputo; el secretario legal y técnico, Pablo Clusellas, y el asesor presidencial José Torello.

Fue justamente Torello, su padrino político, quien lo incorporó a la política en 2008, cuando desembarcó en el Ministerio de Espacio Público, que estaba a cargo de Juan Pablo Piccardo. “Pepín es brillante, laburador y muy eficiente”, comentaron a LA NACION en el entorno del primer mandatario.

No obstante, los más moderados en el macrismo lo consideran un fundamentalista y un operador judicial en las sombras. Y le atribuyen haber cometido un serio error político al haber nombrado en comisión a los abogados Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz hasta que el Senado pueda aprobar sus pliegos.

Si bien es legal y está previsto en el artículo 99 de la Constitución, temen que sea criticable su aplicación, inoportuna, poco legítima, y que resulte en un desgaste del capital político acumulado en los primeros tres días hábiles de gestión con anuncios positivos y le deje servido un elemento de crítica fácil a la oposición.

El nombre de “Pepín” Rodríguez Simón cobra ahora relevancia política, porque en los próximos 90 días, hasta el comienzo de las sesiones ordinarias del Congreso, el 1° de marzo, Macri tomará muchas medidas por decreto de necesidad y urgencia.

Entre ellas, podrían incluirse la modificación del organigrama de la Afsca y la Aftic dentro del Ministerio de Comunicación de Oscar Aguad, para desplazar a sus titulares Martín Sabbatella y Norberto Berner; algunas reformas en el Ministerio Público para buscar la remoción de la procuradora Alejandra Gils Carbó, o la instrumentación del nuevo Código Procesal Penal. Todos asuntos sensibles y conflictivos.

No se descartan, además, reducciones de subsidios y aumentos de tarifas en gas y luz; cuestiones vinculadas con la salida del cepo y con la negociación con los holdouts, entre otras. Por eso, serán clave los próximos pasos de “Pepín” Rodríguez Simón.

Según pudo saber LA NACION, se trata del más audaz del equipo, mantiene siempre posturas directas y más radicalizadas que el resto, aunque fundamentadas. Es de los que consideran que las medidas fuertes hay que adoptarlas de un plumazo y sin anestesia. Suele tener discusiones con los ministros más moderados.

No sólo impulsó la designación de jueces de la Corte en comisión, sino que, junto a Torello, “Pepín” firmó la acción declarativa que provocó el fallo de la jueza María Servini de Cubría, el martes 8 de diciembre, que fijó el final del mandato de Cristina Kirchner el miércoles 9 a las 23.59. Le arrancó así a la ex presidenta la advertencia de que a las 12 de la noche se convertiría en calabaza.

“Rosatti y Rosenkrantz son dos «(Carlos) Fayt», son inatacables. Es el costo de tener una Corte con cinco miembros e independientes. Había que completarla y marcar la cancha de entrada. Es legal y constitucional. La idea es de Juan Bautista Alberdi y se la copió a (el ex presidente norteamericano) Thomas Jefferson”, dijo un alto operador macrista.

Es lo mismo que dice la cuenta de Twitter de “Pepín” Rodríguez Simon @PericlesCABA. “La idea del nombramiento en comisión de los jueces fue de Alberdi. Que la tomó de Jefferson. Y en 1994 la reforma constitucional mantuvo la idea”, tuiteó anteayer “Pepín”. Luego recomendó lecturas para respaldar abiertamente su decisión.

Rodríguez Simón es abogado del Grupo Clarín, para el cual planteó muchas cautelares contra la constitucionalidad de la ley de medios audiovisuales.

 

 


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2 comentarios

  1. Muchos nombramientos que están siendo efectuados por esta administración podrían ser fácilmente impugnados aplicando el concepto de CONFLICTO DE INTERESES.

    a)
    La Ley Nº 25.188 trata el tema de los conflictos de intereses en su
    capítulo V, que titula “Incompatibilidades y Conflicto de intereses”.
    b)
    Nattero, Patricio.
    Conflictos de intereses: disyuntivas entre lo público y lo privado y
    prevención de la corrupción / Patricio Nattero; Néstor Baragli; Pedro Martín Bardi; con colaboración de Nouzeilles Roxana. – 1a ed. – Buenos Aires: Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación: PNUD Argentina, 2009
    112 pp.; 22×16 cm.

    ME EXTRAÑA SOBREMANERA QUE NADIE AÚN LO HAYA PLANTEADO.

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