CENSURA. Un caso clarito «La Señal Medios» de Gabriel Fernández
Lo veníamos diciendo. La graciosa concesión de 100 mil millones de pesos (100.000.000.000) a la resucitada SIDE por parte del gobierno que tiene como mantra y jaculatoria el «No hay plata», y el hecho de que se lo haya hecho a imagen y semejanza de la CIA estadounidense y con una nueva pata de intervención en internet & Co. (para colmo, puesta en manos de Israel y los sionistas) auguraba una época de represión y persecuciones no sólo en el espacio real sino también en el virtual.
En eso estábamos, cuando nos llegó el mensaje de Gabriel Fernández, el muy meritorio colega que anima tanto La Señal Medios como Radio Gráfica:
Me cerraron La Señal Medios:
Está todo pago: es censura.
También me censuraron en Facebook.
Escribe Gabriel:
Proporciones
No creo que me hayan censurado una nota en especial. De hecho, la suspensión de la web La Señal Medios se concretó el domingo pasado, cerca del mediodía. Cuando aún no había publicado mi columna «Fuentes Seguras». Pero, además, esa secuencia se presenta en la web de Radio Gráfica, no en la página censurada. Es más; el texto contiene información compleja sobre la situación del Sur continental pero no incluye revelaciones ni diatribas sobre personaje alguno.
La eliminación de la versión Facebook de Fuentes Seguras se realizó poco después de su publicación y está claro que la difusión puede desplegarse por otras vías. Como colofón que ni me tomé el esfuerzo de denunciar: por la noche eliminaron el cartel sencillo –publicado previamente– que sin más contenidos que un título, utilizo habitualmente para anunciar el artículo.
Es decir, hay otro anhelo en los censores. ¿Combatir este modo de encarar el oficio? ¿Limar su llegada a regiones de la militancia nacional? ¿Atemperar su reproducción en otros medios? Todo puede ser, aunque no logro dimensionar los motivos de una embestida a fondo sobre un espacio de comunicación modesto, sobre un periodista como el que escribe, con llegada limitada, relativamente encapsulado ante corporaciones de gran poder difusor.
Soy realista. Para el análisis, donde intento insertar datos veraces y ligazones comprobables, y para el propio trabajo. En este último sentido, no me pienso con influencia profunda y llegada abarcativa. Es decir, la labor aquí planteada no pretende ser una competencia para grandes diarios, webs, canales, radios, redes. Cuando digo algo, ese algo ya fue aplastado muchas veces por los cañones conocidos. Y no percibo que la acción periodística aquí realizada día a día resulte una amenaza para esa hegemonía.
Ojalá fuera así, claro, pero no cuento con las herramientas necesarias para ocupar ese lugar. Entonces ¿cuál es el sentido de una andanada recurrente sobre mi muro y contra mi web? Tengo más preguntas que respuestas, y las dejo con franqueza en este comentario.
……..
Me parece pertinente difundir las que eran las últimas publicaciones de Gabriel:
Esto pasa por seguir usando Facebook y cía. cuando hay alternativas. Si somos tontos no podemos quejarnos de lo que nos pasa.