GENUFLEXIONES. Carta abierta del Papa a Alfredo Leuco
Antes que nada, debo decir que confieso ante Dios Todopoderoso que he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión. Y si he pecado, ha sido por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. ¡Mea culpa! ¡Mea culpa! Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y al hermano Leuco que interceda por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén. No…