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GUERRA BACTERIOLÓGICA. De cómo EEUU probó armas biológicas en su propia población

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La U.S. Navy puso en la atmósfera una nube de microbios cerca de San Francisco para ver qué pasaba

En septiembre de 1950 un buque estadounidense roció una nube de microbios en el aire cerca de San Francisco. Esta fue la prueba de una nueva arma biológica que afectaría a unos 800.000 habitantes de la ciudad. La gente de San Francisco ni siquiera pudo imaginarlo.

 

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La Armada de los Estados Unidos realizó los experimentos durante siete días, causando, supuestamente, al menos una muerte. Estos fueron los primeros ensayos de un arma biológica a gran escala, que luego se hicieron parte de un ‘programa de pruebas de armas de gérmenes’ que duró los 20 años siguientes —de 1949 a 1969—.

Las pruebas en San Francisco fueron notables por dos razones. Una es por el hecho de que fuera en la fase inicial del programa, y otra es por una rara coincidencia que ocurrió en el hospital de Stanford  unos días después de que la US Navy  realizara los ensayos. El personal del hospital fue tomado por sorpresa con la aparición de un paciente infectado con bacteria la Serratia marcescens, que nunca antes había sido registrada en el hospital y era excepcional en el área. El paciente, Edward Nevin, murió después de que la infección alcanzara su corazón.1053120926

La Serratia marcescens era uno de los dos tipos de bacterias rociadas por el buque de la Armada norteamericana en cerca de la Bahía de San Francisco. Hasta los años 70, los estadounidenses no supieron que habían servido como conejillos de indias para las agencias de su propio gobierno. San Francisco no fue ni el primero ni el último ensayo en que ciudadanos norteamericanos han sido utilizados sin su consentimiento. Uno de los más terribles fue el experimento —en la actualidad bastante bien conocido— en el que los científicos estudiaron los efectos de la sífilis en la población afroamericana. Sin informarles de que estaban enfermos, les dijeron que tenían «sangre mala». Los médicos retuvieron el tratamiento, después de que estuviera disponible, para continuar los estudios de la dolencia pese a sus efectos devastadores que pusieron en peligro las vidas de los pacientes y sus familias.

Otro ejemplo de pruebas sobre la población son los experimentos en el metro de Nueva York, unos de los más estremecedores. Los militares querían ver cuán fácil sería lanzar un arma biológica en el metro neoyorquino y analizar como las bacterias se propagarían por la ciudad. Los ensayos duraron seis días y se utilizó los Bacillus subtilis —entonces conocido como Bacillus globigii— y la ya conocida S. marcescens. Los oficiales responsables por estas pruebas fueron llamados a testificar en el Congreso de Estados Unidos en 1977. En aquel entonces los militares alegaron que «tuvieron que evaluar la vulnerabilidad de EEUU a un ataque biológico». De cualquier modo, resulta que estos militares creían que iban a cuidar a sus compatriotas, mientras de hecho hicieron lo contrario.

«El virus Zika se asemeja a un arma biológica»

El uso de armas biológicas puede aparecer entre las posibles causas de la propagación vertiginosa del virus Zika, declaró el auxiliar del primer ministro y ex jefe sanitario de Rusia, Guennadi Oníschenko. «Se está estudiando, aquellos a quienes les corresponde esa labor ya están investigando todas las variantes, (…) si se diagnostica esa variante, serán tomadas las medidas adecuadas», dijo el experto.

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Guennadi Oníschenko

Onishenko llamó al mismo tiempo a no sacar conclusiones anticipadas y advirtió que el virus en sí tiene origen natural. La víspera la Organización Mundial de Salud (OMS) declaró una emergencia global por el virus zika, detectado a lo largo de casi toda América Central y del Sur, y que también ha empezado a propagarse por Europa. «Esa infección se conoce desde 1948, y permaneció tranquila de alguna manera, pero de pronto comenzó a propagarse», indicó el auxiliar del primer ministro, agregando que Rusia hará todo lo que se encuentra a su alcance para impedir la proliferación de los mosquitos Aedes, transmisores de la plaga, en el país.

El experto recordó que la enfermedad no representa un peligro especial para los adultos, salvo en el caso de mujeres embarazadas, a muchas de las cuales se les diagnostican malformaciones del feto, aunque la OMS por el momento considera que ese hecho no está probado. En el caso de que quede probado que el virus se propagó debido a la intervención del ser humano, que es un ejemplo de la aplicación de armas biológicas, no será la primera vez en la historia de América Latina que un brote de una enfermedad exótica para el continente lo transmiten los mosquitos de la especie Aedes.


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