No puedo menos que expresar mi admiración. ¡Que veta de creatividad descubrieron Pedro Rosemblat & Co.! Y pudieron hacerlo porque ellos mismos son muy talentosos (palabra que detesto porque evoca la mercantilización de los deseos, por si alguien lo olvido el talento fue en la antigüedad la principal moneda de plata utilizada en todo el Mediterráneo). Apreciar y disfrutar del torrente de creatividad que se pone en evidencia en cada emisión de “La fábrica de jingles”, tiene razón Pedro, provoca felicidad y robustece la fe en el futuro del pueblo argentino. De la misma manera que hay cosas (ver a partir del minuto 43) que nos hermanan en el rechazo al horror, a la mera posibilidad de que una hija política de los Videla y Etchecolatz que nunca trabajo de otra cosa llegue a la Casa Rosada y presida el Senado. Eso es un verdadero golpe. Al corazón.
