LIBROS – Código Stiuso, de Gerardo Young
Gerardo Young ya lo había hecho: su libro «SIDE: La Argentina secreta» (Planeta, 2006) fue el debut editorial del periodista de Clarín en este tema y su salto a la fama como investigador. No era para menos. Young se había metido en el laberinto del conejo y Alicia era nada menos que un petiso con cara de culo al que todos los hombres poderosos de la Argentina temían como a la peste.
Esa historia de la SIDE era el primer intento por describir los orígenes y el funcionamiento de uno de los aparatos más oscuros del Estado nacional. Y fue también la primera vez que alguien echó luz sobre un personaje más oscuro que la institución que lo avalaba, y ese personaje no era otro que Antonio Horacio Stiuso, Aldo Stiles, Jaime, Jaimito. El Director de Operaciones de la SIDE hasta el 5 de enero del corriente. Los lectores de PR ya conocen la historia.
Antes de su primer libro, la historia de la SIDE y de las internas de «La Casa» desde la llegada de Alfonsín a esta parte era desconocida. Después, durante casi diez años, Young siguió escribiendo sobre estos temas, aunque con cuentagotas. Pero a la historia que Young contó en su primer libro le faltaba un desenlace: hasta ese momento, era un gran nudo, una serie de personajes y situaciones abiertas, sin final. La galleta de hilos empezó a deshacerse hace unos dos años, con el proyecto de acuerdo de entendimiento con la República Islámica de Irán y la ruptura de Cristina con la SI, a partir de la candidatura de Sergio Massa en 2013 que su amigo personal, Francisco «Paco» Larcher, número 2 de la SI, no adelantó a la Presidenta.
Estos dos hechos llevaron a una ruptura interna dentro del Estado que en la práctica significó una guerra abierta entre dos poderes, el ejecutivo y el judicial: Jaime era el nexo entre la justicia federal y el poder político, y a través del operador Javier Fernández la Presidenta tenía algún control sobre las causas por corrupción contra ella y su gobierno, dice Young. La hostilidad que vienen expresando los jueces a cargo de las causas sensibles al gobierno (casi todos, menos Rafecas, según Young) se explica en la previa influencia que tenía la SI sobre sus espacios de poder, gestionando favores a cambio de tiempo y medidas de bajo impacto en el avance de estas causas.
Las consecuencias de esta guerra no se terminan de conocer todavía: posiblemente no tenga otro episodio hasta las elecciones presidenciales o sus PASO. Conociendo las reales chances que tiene de llegar a la presidencia, antes de partir al exilio, Horacio Stiuso se reunió con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, algo que Horacio Verbitsky había contado a fin de año y que Young confirma en su libro. ¿Qué pueden intercambiar Scioli y Stiuso, más que impunidad? Poco después, el gobierno lo denunció penalmente, por delitos comunes como lavado de dinero, que sí permiten la extradición con alertas rojas de Interpol. Sería más difícil sobrevivir para el ex espía, aunque cuenta con muchos fondos para financiar su exilio y una gran cobertura entre las agencias de inteligencia yankees.
Todo parece indicar que Stiuso estaría en Estados Unidos, a donde lo siguieron sus dos hijas mayores. La mayor de sus tres hijas era empleada desde hacía muchos años en el juzgado de la amiga de su padre, la jueza Servini de Cubría. Ya nada ataría al espía con el país, más que los secretos que de él conserva.
El suicidio del fiscal Alberto Nisman (Young no discute esta hipótesis, y reconoce que no hay elementos para pensar otra cosa) conmocionó a un país que no sabía a ciencia cierta quién era aquel fiscal ni cuál era su función, quién era Stiuso y cuál su relación con aquel, ni la trama de asociaciones ilícitas alrededor de ellos. Con Nisman, se desplomaron también las relaciones de poder históricas entre la Justicia y el Gobierno que, como pasa entre poderes que no deberían cruzarse, ocurrían en las sombras, en las cloacas, entre gallos y medianoche.
La historia completa de la SIDE, esta historia con introducción, nudo y desenlace, puede encontrarse en el último libro de Gerardo «Tato» Young, El Código Stiuso, presentado recientemente. En un país cada día más acostumbrado a la sobre exposición de la intimidad, el relato alrededor de un Jaime Stiuso, tan secreto que una foto generó el exilio de un ministro, resulta tan intrigante como leer una novela de misterio, con el agregado que deja saberse lector de una historia real. Esa otra Argentina, que no sale en los diarios porque también los opera, está en este gordo y acabado libro, cuya lectura recomendamos con entusiasmo. NC