LIBROS – DICTADURA. “No nos pudieron”, antología de poesía y prosa de prisioneros mendocinos

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Hoy por la mañana, más rápido que los bomberos, me llegó un ejemplar de No nos pudieron. Resistencia con humor en la dictadura, una obra colectiva de ex presos políticos de la dictadura que editó la editorial cooperativa Acercándonos Ediciones y que ya va por la segunda edición. Aunque apenas lo abrí, me apresuro a dar la noticia. Veo que los autores (Ricardo D’Amico, Guido Actis, Avelino, Reynaldo Puebla, Daniel Pina y Luis Ocaña, así como Luis Uberone -responsable de la tapa y autor también de las ilustraciones interiores-, el diagramador Pedro Torres y el prologuista Sergio Omar Palazzo, secretario general de La Bancaria) tienen en común su condición de mendocinos, ya sea por nacimiento u opción.

Tengo el libro en mis manos con intensa melancolía por la ausencia de mi hermano Luis, un escritor eximio, que escribió muchos y muy buenos poemas y cuentos desde la U-9 de La Plata. Me los enviaba en cartas llenas de su minúscula letra endemoniada a Barcelona, donde yo los pasaba en limpio. Alli compilé un libro llamado De pájaros y paredes del cual Eduardo Galeano le hizo el prólogo (se lo mangueé en la Editorial Granica – Gedisa donde yo trabajaba ahí y él iba de vez en cuando) y también compilé un libro de cuentos cuyo título fue el del cuento más largo, El interlocutor (nombre que, oh casualidad, también tiene el cuento inicial del libro de Daniel Gollán, otro ex preso político, de cuya presentación dimos noticia ayer). Recuerdo que en 1982 lo acompañé (casi casi lo llevé de las narices) a ver al editor Jorge Lafforgue, que le dijo que le tocara un par de detalles y se lo publicaría. Y que a la salida, para mi estupor, me dijo que se consideraba un militante político (montonero) y que su faceta de escritor era secundaria… y se dejó estar. ¡Qué desperdicio!

Para colmo, era tan pero tan desordenado, que muchos años después las copias que yo le había hecho en Barcelona y entregado a él se las robaron del baúl de un auto junto a una compu portátil… y no tenía copias.

En fin, sobrevivieron no sé si dos o tres cuentos que publiqué en El Porteño y dos o tres poesías, de las que me había dedicado dos. Una de ellas había sido publicada en 1982 por Familiares que tenia su sede al lado del café Casablanca, al inicio de la calle Riobamba, frente al anexo del Congreso. La poesía era “Compañera”, que Luis había escrito para un compañero de prisión deseoso de hacerle un regalo a su pareja. Aunque daba una lista de autores, el libro no identificaba que texto pertenecía a cada uno. El libro llegó en Costa Rica al cantautor Adrián Goizueta, quien le puso música. La canción se convirtió en el mayor éxito de su ya larga carrera, que tiene otros muchos éxitos. De eso ya hemos hablado aquí, en Pájaro Rojo. (por ejemplo, aquí, aquí y aquí). En la cárcel, Luis (que nació el mismo día que el comandante Chávez y murió el 8 de Octubre de 2007, fecha en que se recuerda tanto a Perón como al Che) se hizo muy amigo de Fernando “El Manco” Rule, el músico que había pasado por la siniestra D-2 de la policía mendocina (quizá alguna la haya empatado en vesania durante la dictadura, pero estoy seguro de que ninguna la superó) quien a partir de su puesta en libertad se dedicó a denunciar torturas y malos tratos en comisarías y cárceles.

Toda esta digresión sirva como adelanto de algún poema o cuento que subiré luego de internarme en sus páginas. Por ahora, me limito a dar noticia del feliz alumbramiento.

 


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