En una dura carta firmada por la mayoría de los obispos de la Iglesia Católica Argentina al gobierno de Mauricio Macri, le solicitan que frene la reforma del Ministerio Público Fiscal y que “no desande” todo lo conquistado por la ex procuradora Alejandra Gils Carbó y en defensa del personal capacitado pro su gestión

Ocho obispos, que cuentan con el apoyo del Papa Francisco, requirieron que se ponderen los logros de Gils Carbó y piden por la explícita continuidad de la Dirección de Acceso a la Justicia (ATAJO), creada en los últimos años, y todas las otras áreas del MPF que trabajan con la comunidad.

Requirieron que la reforma de la Ley del Ministerio Público de la Nación incluya en su letra “la continuidad de los ATAJOS, dado que resultan necesarios en todas las localidades y en especial en los barrios con extrema vulnerabilidad”.

Realizaron distintas presentaciones ante el Senado dirigidas a que no se elimine esta tarea, ya que “importará un claro perjuicio para las personas que viven en los barrios, pues cumple una función esencial, poseyendo clara y vital raigambre”. “Se debe evaluar en el debate parlamentario el acceso a la justicia para la población más vulnerable desde la estructura del MPF y solicitamos se tenga en cuenta la posibilidad de que ATAJO sea mencionada expresamente en la ley, como así también se mantenga intacta su estructura y composición”, reclamaron en la carta a la que accedió El Destape.

La carta lleva las firmas del obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea; el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli; el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo; el obispo de Merlo-Moreno, Fernando Maletti; el obispo de Quilmes, Carlos Tissera; el obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre; el obispo auxiliar de Buenos Aires, Joaquín Sucunza y el obispo auxiliar de Merlo-Moreno, Oscar Miñarro. También acompañaron el pedido los “curas villeros” Toto de Vedia, Pepe Di Paola y Gustavo Carrera y los “curas de opción por los pobres” Paco Olivera, Eduardo de la Serna.

Paralelamente, el Papa Francisco está molesto con las reformas laborales que quiere llevar adelante el gobierno. De allí que en dos semanas será anfitrión de un encuentro con la cúpula del sindicalismo argentino, tanto  de la CGT como de la CTA. El encuentro será el 23 y 24 de este mes -los días en que los jefes gremiales estarán en Roma-, la iniciativa oficial tal vez ya esté en el Congreso, a la espera del debate legislativo.