PANDEMIAS Y VACUNAS. Como tener toda la información en un solo sitio
Deconstruyendo la pandemia
POR WALTER GOOBAR*
Las guerras y las catástrofes naturales revelan las peores miserias, actos de crueldad y cobardía de la que son capaces los seres humanos. Pero también los mayores actos de heroísmo, entrega y solidaridad en las circunstancias más adversas. Nadie me lo ha contado: a lo largo de casi cuatro décadas en los rincones más castigados del Planeta, he sido testigo de esas dos facetas de la condición humana.
Quizás fueron esas experiencias y la sensación de estar reviviendo una de tantas posguerras -que generalmente son tan o más cruentas que las guerras que las engendraron-, lo que en esta interminable pandemia me llevó a publicar diariamente una newsletter o boletín con aquellos artículos, crónicas, documentos imprescindibles para sobrevivir y/o tomar decisiones en pandemia. En este contexto de fakenews, de guerra de laboratorios, de vertiginosos cambios de paradigmas en los que las vacunas y la salud se transformaron en la principal herramienta de la geopolítica, combatir la infodemia, la desinformación, los prejuicios chauvinistas y nacionalistas exacerbados por el miedo y la convivencia diaria con la muerte y la enfermedad, representan todo un desafío, aunque nada comparable al de los médicos, enfermeros y el personal de salud en su conjunto.
Poco a poco, a mi red de suscriptores se fueron sumando periodistas -en muchos casos de medios enfrentados por la grieta, infectólogos buscando y también compartiendo información científica y funcionarios que a diario buscan referencias en experiencias de otras latitudes para tomar decisiones. Y lentamente se fueron sumando médicos de Colombia, funcionarios de México y Paraguay, colegas de Panamá, España y Brasil que aportan a diario una sinergia mágica a la información.
Por sugerencia de mis lectores, la newsletter se convirtió también en un canal informativo de Telegram donde todo aquel que lo desee puede suscribirse de forma gratuita y recibir a lo largo del día, los siete días de la semana este resumen de cómo la pandemia cambia y cambiará nuestras vidas durante bastante tiempo. Si no tomamos la responsabilidad en nuestras manos, el fin de la pandemia será un espejismo porque al igual que las guerras, el final de una, inicia la cuenta regresiva de la próxima.
* Walter Goobar es editor del canal informativo de Telegram “Pandemias y Vacunas” https://t.me/PandemiaYVacunas
Muy interesante!
Me gustaria plantear un caso de inquietante actualidad :
El Caso AstraZeneka en UE.
Hay un intento de desplazarla del mercado construyendo una leyenda negra ?
1) es una vacuna de 4 dólares al costo en un mercado donde se trata de imponer vacunas de 40 dólares o más.
2) es fabricada en un momento post-brexit por un laboratorio inglés ahora externo a la UE.
3) dada la similitud de plataformas se estaba hablando de elaborar una vacuna a partir del trabajo conjunto Oxford-Gamaleya para el mercado UE.
4) a partir de unos pocos casos de efectos adversos que aún no pueden atribuirse a la vacuna, se ha montado una extraña y discutida corrida en varios países a traves de lis ministerios de salud, suspendiendo la campaña con Astrazeneka de manera total o parcial (retirando el lote involucrado).
5) extrañamente los casos son porcentualmente en relacion a la poblacion vacunada similares a los que ocurririan en condiciones de no vacunación, e incluso similares a los que ocurren en poblaciones inoculadas con otras vacunas. Esto último según la revisión que ha efectuado y expuesto Astrazeneka.
Entre la larga lista de los países que suspendieron cauteralmente la vacunación con AstraZeneca, no todos son de la UE.
Que una persona haya muerto, y otros vacunados estén hospitalizados por trombos tras la vacunación, no es poca cosa. Podrían ser millones en la población global vacunada con AstraZeneca, si esos «pocos casos» se extrapolan al total. Es cierto que «aun no pueden atribuirse a la vacuna» (pero qué casualidad que todos presenten EL MISMO efecto, ¿no?) pero CAUTELARMENTE se debe suspender su uso, como pasaría con cualquier fármaco o producto que se sospeche que afecta a la salud humana. Es el protocolo, (salvo si se trata del glifosato, que tiene patente de corso).
Además, los lotes que cada país descartó, son diferentes, lo que hace pensar que no es un problema de lote.
El Instituto Gamaleya habló de una administración conjunta de su vacuna, con la de AstraZeneca, ANTES de que se comenzara la aplicación masiva, y se vieran estos problemas.
En cuanto a lo que dice AstraZéneca, es de manual, dicen lo que tienen que decir: que su vacuna no tiene nada que ver con estos problemas. Y con las estadísticas se puede sostener cualquier cosa, hasta dos posiciones contrarias. Además, en Europa la vacuna de AstraZeneca se está aplicando a población joven, de entre 18 y 55 años. Un grupo en el que porcentualmente tiene que haber mucho menos gente con problemas previos de coagulación.
A lo que hay que prestar atención es a la reacción
de las autoridades europeas ante la alarma de Austria, cuando tuvo personal sanitario hospitalizado tras la vacunación. En un primer momento dijeron «algunos costos tendremos que pagar para parar la pandemia» (y reiniciar nuestros negocios, es lo que olvidaron decir). Luego, gradualmente, se suspendió cautelarmente la vacunación, seguramente por presiones de científicos (que el público desconocerá hasta cuando se desclasifiquen los documentos dentro de quién sabe cuanto tiempo).
No hay ningún motivo para pensar que los Estados europeos quieran prescindir de alguna vacuna, sino al contrario. No hay suficientes dosis, y hasta peligra la segunda dosis para los ya vacunados con la primera; ni siquiera Alemania tiene suficientes vacunas para el plan de este trimestre (y si Alemania no tiene, los demás están peor); a la de AstraZeneca la UE la pagó por adelantado; y por último hay que recordar que la UE está desesperada por «volver a la normalidad».
A la UE no le interesa «imponer una vacuna» porque sabe que no hay un laboratorio que tenga capacidad de producción para todos. El precio tan barato de la de AstraZeneca es porque se le dio dinero público hasta para ampliar las instalaciones y la UE les pagó por adelantado.
En cuánto al precio, varias de las vacunas de China son más caras que la de Pfizer, por dar un ejemplo. Hay de 120 dólares. Las de 40 dólares no son tan caras. Otra cosa, es si es justo el tema de las patentes y el acceso global a la vacuna, pero ese es otro tema.
Muy interesante. Se lo paso a Walter Goobar que sabe mas que yo.