PARTICIPACIÓN ACCIONARIA. El Estado debe tenerla en las grandes empresas a las que subsidia (Lecciones del verdadero peligro chino)

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Nos referíamos esta mañana al doloroso absurdo de que las grandes empresas que eluden el pago de impuestos fugando sus ganancias hacia guaridas fiscales, reciban del Estado nacional dinero para pagar la mitad de los sueldos a sus trabajadores (y ceos) mientras le quitan a éstos el 25% de los mismos, con lo que solo abonan el 25% restante. Además de Techint y Clarín, un ejemplo sangrante es de Ledesma, la empresa que es dueña de medio Jujuy, encabezada por el octogenario Carlos Pedro Blaquier, corresponsable impune de «El apagón de Ledesma», la detención entre medianoche y gallos de casi trescientos trabajadores, con el doloroso saldo de la desaparición de una treintena de ellos, ademas del intendente Luis Aredes.

Por whatssap me llegó el siguiente texto de una fuente confiable de la izquierda clasista: «Como se dio a conocer en los últimos días, el ingenio propiedad de la familia Blaquier se sumó al grupo Clarín, Viacom y Techint como otra de las empresas que recibirán subsidios por parte del estado para mantener sus actividades. Mediante un comunicado oficial que se difundió entre los trabajadores, Ledesma S.A.A.I. dio a conocer su inscripción en el “Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” (ATP) creado por el decreto 332/2020 que usa los fondos de la ANSES para pagar hasta un 50% de los salarios. Esto incluso cuando el Ingenio viene trabajando por ser una actividad esencial de producción de azúcar y alcohol. El ritmo de producción se mantuvo en estos dos meses, contando con todo el personal en sus puestos de trabajo en fábrica, campo y talleres, incluso cuando buena parte de él podría haber acatado la cuarentena o al menos, reorganizar la tarea de modo tal de evitar aglomeraciones.

«Ledesma viene de un constante ajuste a fin de rescatar sus ganancias ante la crisis. En 2019 hubo despidos periódicos que sumaron más de 50 en su planta azucarera. A fines del mismo año cerraron su planta de papeles encapados en la provincia de San Luis y dejaron sin trabajo a más de 90 operarios. Desde hace un mes, están demorando el ingreso de personal temporario y tercerizado que siempre es contratado a partir del 2do trimestre del año. Recientemente, redujeron un 30% de los salarios a los trabajadores papeleros mediante un convenio canalla firmado con el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Celulosa de la Provincia de Jujuy. En estos últimos días, además, se dio a conocer la negativa de los directivos de la empresa a la apertura de la paritaria 2020 de los trabajadores azucareros con la simple excusa de la pandemia».

Ante esta situación, es pertinente citar un tuit de la diputada Fernanda Vallejos:

Alarma la ignorancia de algunos actores que han tenido -y en algunos casos tienen- altas responsabilidades institucionales en nuestro país. No conozco casos de países de nuestra región que estén capitalizando empresas en el marco de la pandemia. Sí las economías europeas y EEUU.

«El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, ha anunciado que el Gobierno está preparado para tomar participaciones en las empresas para compensar el impacto del coronavirus. Alemania ya tomó este tipo de medidas en la crisis de 2008…»

«No dudaré en usar todos los medios disponibles para proteger a las grandes empresas francesas», ha afirmado Le Maire, el ministro de finanzas francés. «Eso puede hacerse mediante recapitalización, puede hacerse comprando acciones».

«La Comisión Europea está a punto de aprobar una norma que permitirá a sus Estados recapitalizar a sus empresas». «Es un cambio radical respecto del proyecto original que se circunscribía a garantizar liquidez, conceder subsidios salariales…»

Es alarmante porque algunos o algunas han sido o fueron legisladoras o legisladores, pero demuestran su desconocimiento de la legislación y, más en general, del funcionamiento del sistema económico, confundiendo la capitalización de empresas con «expropiación». Cuánta ignorancia!

En el mismo sentido, llama la atención la incoherencia de otros que se llaman a sí mismos defensores del libre mercado y del sistema capitalista, pero ignoran mecanismos básicos sobre cómo funciona el sistema, o de qué significa la capitalización de empresas.

Veo que tampoco cuentan con la capacidad de discernimiento que permite diferenciar entre PYMES y grandes grupos económicos cotizantes en Bolsa, siendo que, cuando me referí a la capitalización de empresas, expresa y exclusivamente, me referí a estos últimos.

Por último, tampoco conocen, evidentemente, sobre asuntos que son de público y notorio conocimiento, como que, por ejemplo, el Estado argentino ya posee participación accionaria en muchas de las grandes empresas, en muchos casos con % importantes.👇

Esto, además, no es exclusivo de la Argentina. Por ejemplo, Alemania es accionista de Volkswagen, Francia de Renault y Air France, Estados Unidos de Chrysler y General Motors, Italia de Finmeccanica,  España de Hispasat y el Reino Unido del Lloyds Bank.

Sería muy constructivo que la dirigencia tome cursos de economía y finanzas, y que se mantenga bien informada sobre la realidad de nuestro propio país y del mundo. Construir un país serio, exige de nosotros el esfuerzo de contar con fundamentos y conocimiento a la hora de opinar.

Y, por supuesto, superar exitosamente esta y cualquier crisis, y encaminarnos en un sendero de desarrollo sustentable, demanda de la dirigencia un elemento sustantivo: honestidad intelectual.

La prisa y cuidado de Alemania, Francia, etc. por blindar a sus grandes compañías a cambio de integrar su directorio (con derecho a veto respecto a posibles adquisiciones hostiles) está directamente relacionada con el peligro cierto y acuciante que si salen a cotizar en el mercado bursátil, empresas chinas se las zampen.

Es por lo mismo que Donald Trump y sus colaboradores están tan histéricos. Al parecer muchas de las transnacionales de origen estadounidense radicadas en China cuyas acciones cayeron en picada con la pandemia fueron adquiridas por empresas locales controladas por el Estado.

Como le está pasando, por ejemplo a la hasta ahora diz que noruega «low cost» Norwegian AB, conocida por su rápida expansión, ya estaba al borde de la quiebra a raíz del accidente de unos de sus muchos Boeing arrendados en Etiopía en marzo del año pasado, la pandemia la noqueó, y que a pesar de haber conseguido del gobierno de Oslo una ayuda de 300 millones de dólares (Noruega no integra el club del euro y  conserva su propia moneda, la corona) comenzó a recorrer un camino que más temprano que tarde parece la conducirá a quedar bajo el control de capitales chinos.

El ciudadano noruego que era o figuraba como dueño de 95% de las acciones se quedó con solo el 2% luego de que los acreedores aceptar resarcirse con el 93% de las mismas, quedando como dueños de la empresa. El mayor o uno de los mayores acreedores, que se quedó con el 12,67% del paquete accionario fue BOC Aviaton Ltd, controlada por Sky Splendor Limited (Cielo Esplendoroso) que a su vez es controlada por Bank of China Investment Limited, subsidiario del del Banco de China Limitado, que a su vez es parte de la empresa Central Huijin Investment Ltd., parte de China Investment Corporation cuyo propietario es el estado Chino.

Por supuesto, la caída en la cotización de las filiales de muchas empresas nacionales y transnacionales radicadas en nuestro país y las que tienen sede en el exterior, como Techint y el Grupo Clarín, son susceptibles de ser obligadas a entregar parte de sus acciones al Estado a cambio de la ayuda que este les prodiga.

Se trata, en principio, de tener la decisión política de avanzar en esa dirección, tal como lo hicieron en su momento el peronismo original y su legítimo continuador, el kirchnerismo.

En estas últimas horas, la propuesta de la diputada Vallejos concitó adhesiones:

El presidente de la Unión Industrial de Santa Fe, Javier Martìn, opinó que la capitalización de las empresas: «Es la medida que hay que tomar en un contexto de crisis». Y el presidente de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas, Matías Cremonte, también respaldó la iniciativa de la diputada.

Todas las encuestas muestran un apoyo abrumadoramente mayoritariamente a la nacionalización de los depósitos bancarios (la que fue derogada por la dictadura genocida) y la estatización de los servicios públicos. Es por eso que se desesperan por instalar otros temas en la agenda pública. Como las absurdar acusaciones al médico Ramón Carrillo, un prócer de la asistencia pública de calidad, gratuita y universal.


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