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SAQUEOS. Un análisis de los ocurrido en 1989 en Rosario permite, entre otras muchas cosas, desenmascarar la farsa de los recientes

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Pues aquellos, que precedieron la entrega adelantada del gobierno de Alfonsín a Menem,  fueron mayoritariamente protagonizados por personas famélicas, y éstos últimos asaltos, en cambio, estuvieron alentados por quienes, hasta las PASO,  formaban parte de la principal oposición. Ahora por regla general los  los incursores desdeñaron los alimentos y priorizaron bienes suntuarios. La diferencia entre aquellos y éstos está que hoy existe una asistencia a las personas vulnerables por parte del Estado (que la oposición minimizar en casi todas las áreas, aunque hipertrofiando los cuerpos represivos) que entonces no existía (la crisis había conseguido suspender mas que ralentizar la ayuda alimentaria, que pronto se reanudaría). Esta es mi conclusión, a contramano de lo que sostenía entonces la prensa hegemónica y el establishment, que se empeñó en describir a «vándalos» y «asaltantes» en el marco de una «guerra», intentando forzar identidades entre los «subversivos» de los años ’70 con los hambreados cuya desesperación estalló en vísperas de los ’90. Me fue fácil llegar a esta conclusión tras la lectura de «Memoria de un naufragio», de la antropóloga Edith Cámpora, quien ha hecho un minucioso escrutinio de lo publicado por dicha prensa y lo contrapuso por lo publicado por medios mucho más equilibrados como el periódico cooperativista Acción, los diarios Página 12 y Nuevo Sur, y las revistas El Porteño y Página 30.

El libro vuelve a poner en primer plano que los reiterados intentos de Patricia Bullshit de anegar Rosario de militares que cumplan funciones policiales en violación a las leyes, ya estaban plenamente presentes entonces… aunque no verbalizados por ella (a quien recuerdo cantando entonces «Que feo es ser gorila / el año que viene (con Menem ya en el poder) se van de la Argentina» sino por otros actores.

Edith Cámpora hizo y compiló entrevistas variadas a los saqueadores, y por supuesto encontró marcadas diferencias entre quienes se abocaron a procurarse alimentos en un estado de extrema necesidad (aunque se tentaran con algún lujo, como llevarse chocolates para los pibes), compartieron lo obtenido con sus vecinos y hasta organizaron ollas populares y aprovechados que iban con automóviles a llevarse electrodomésticos y cajas registradoras, además de alimentos que posteriormente venderían quienes los necesitaban. Y puso de relieve también que hubo patotas policiales que asaltaron domicilios –sobre todo en las villas– en las que sabían o creían que se guardaban elementos saqueados.

El meduloso trabajo de Cámpora (que habría de especializarse  en investigaciones socio-jurídicas sobre causas de lesa humanidad y delitos ligados al narcotráfico –en especial en su ciudad, Rosario– en sintonía con universidades de México y Colombia)  se presentará hoy en la Biblioteca Nacional, donde yo tendré el honor de ser uno de los expositores.


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Un comentario

  1. COMPAÑERO SALINA (SI USTED ME PERMITE), comparto con ustedes el desarrollo de las notas mucha realidad. y mucha diferencia de enfoque con las mentira de la prensa hegemonia.
    Esta ultima en todos sus medios escritos, radios y TV, trabajan periodistas desinformando, pero lo mas importante que hacen es mucha mentira, odio especialmente con CFK. Mucha alevosia existe en estas personas y lo hacen abiertamente, ya ni poder tienen, y se nota a la legua que todo se lo dn porque no capaces de investigar que lo que dicen es realidad.
    CONPAÑERO SALINAS, continuare leyendo, y que usted continue asi, informandonos.
    saludos

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