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VENEZUELA. Entre Corina y sus cipayos y Nicolás Maduro sólo hay una opción: ¡Viva la Venezuela bolivariana!

Lo que viene: acudirán al terrorismo

Hay veces en las que es preciso tomar partido. Nunca estuve en Venezuela, nunca recibí dinero ni una botella de ron de sus autoridades. Me abruma la propaganda antichavista que recibo, incluso por parte de personajes que han sido –a mi juicio arbitrariamente– etiquetados como de izquierda. Veo como el fin de la soberanía nacional y por ende de todas las posibilidades de existencia independiente de la Nación Argentina la pretendida dolarización que impulsa aquí Milei, y con aprensión la virtual, aunque parcial, que está en curso en Venezuela.

Para colmo, pesa sobre las espaldas de mi generación el apoyo de sinceros luchadores por la liberación de los trabajadores a un estalinismo que, a pesar de haber logrado derrotar al nazismo, fue antes y después terriblemente asesino y criminal. Y es que antes no había casi acceso a información veraz y primaba aquello de que  «el enemigo de mi enemigo es mi amigo». Hechas estas salvedades, y con información (si uno se preocupa por obtenerla, en medio de la dominante hojarasca de la pura propaganda) el gobierno de Venezuela o sus partidarios  no han cometido ni el 0,001 de aquellos crímenes. Y quienes se le oponen están liderados por quienes han impulsado guarimbas, asesinatos a mansalva, intentos de golpe de estado y de asesinar al presidente Nicolás Maduro. Corina Machado llegó al extremo de proponer la invasión de su país por los marines de Estados Unidos.  Más traidores, no se concibe. De eso no se vuelve.

Soy de los que creen con fundamentos que a Hugo Chávez lo envenenaron; que le despertaron un cáncer incurable. Y tengo muy presente el bloqueo criminal sobre Venezuela y Cuba. Y no lo minimizo: fue y es tremendo. Y me parece obvio que el poder, ya sea el del «estado profundo» con anclaje en Estados Unidos, o el del hiperrecontrarrico Elon Musk, están dispuestos a TODO, para recuperar el petroleo de Venezuela, el litio de Bolivia, y toda las riquezas apetecibles de nuestro país que el sobaquenas (Lilia Lemoine dixit) de Milei entrega en bandeja con la complicidad de tantos.

Corina Machado y los suyos han perdido, no tienen manera de justificar la balandronada de que obtuvieron más del 70% de los votos, y están llamando ahora mismo a desconocer el resultado de las urnas y a cometer actos terroristas. Los llaman guarimba. Los verán los próximos días.

Entre creerle a ella y su pelele o a Maduro, no tengo dudas. Aunque lo jaquéen, el sistema electoral venezolano es mucho más seguro que el que se utiliza en EE.UU,  Resta, pues, esperar los cómputos definitivos.

Felicito a Nicolás Maduro Moros, y lo instó a limitar la dolarización de su país.  ¡Viva la Venezuela bolivariana!

Dicho lo cual, me parece que merece la pena leer esta nota del periodista venezolano Modesto Emilio Guerrero, biógrafo de Hugo Chávez, quien reside en Buenos Aires:

Misterios de la «masa gris»

El chavismo entre el sonido y la furia

Hay un pueblo silencioso que no sabe por quien votar, dice un sindicalista amigo del autor. Acá se desmenuzan las razones.

El chavismo entre el sonido y la furia

Hace pocos días, un amigo, sindicalista y cuadro político honesto, venezolano, me contó que entre las campañas de Maduro y la de Edmundo González/María Corina Machado, había un pueblo «silencioso» que no sabía por quién votar, atrapado entre ofertas de salida brusca y otra de continuidad abúlica. Mi amigo es un chavista disidente, pero no cayó en la vieja trampa siglo XX de pactar con el patrón para echar al sindicato corrupto y matón.

Casi la mitad de cuadros, dirigentes (algunos exministros) e intelectuales socialistas cayeron en esa trampa para ingenuos, ignorantes o traidores. Él es disidente porque Maduro borró todos los proyectos de Hugo Chávez, además de sus formas democráticas y conducta moral.

Entre dos verdades a medias. Si hace cuatro días nos guiábamos por las encuestas –las serias y las otras–, el ganador era la oposición antichavista. Sobre todo si esa misma dupla y sus aliados externos extorsionan con la idea/mensaje de que Maduro sólo gana con fraude. Igual decían de Hugo Chávez, igual dirían de la Madre Teresa si ella gobernara en Venezuela.

Si nos orientábamos por los dos actos finales, gana la continuidad: las imágenes impedían negar que Maduro reunió una masa varias veces superior al acto opositor en un barrio rico de Caracas. Ambos hechos, los actos finales o las encuestas, no contenían el secreto profundo del voto de hoy.

Ese «secreto» sin misterios estaba contenido en el estruendoso silencio de la «masa gris». Con mayor inteligencia percibió las latencias sociales profundas de este proceso electoral. Un silencio cargado de significantes. Dos investigadores venezolanos muy serios de la opinión publica, Oscar Shemell y Pérez Pirela, publicaron estudios rigurosos que validan la intuición de clase de este luchador amigo.

Primera latencia

Toda elección que no sea directa se basa en cifras emocionales y tendencias subjetivas. No es un acto material, directo. Votar es un acto indirecto, apenas refleja parcialmente lo que piensa el/la votante. Sobre todo refleja lo que siente. Todo voto electoral contiene elementos opuestos y sentimientos confusos. Es un acto alienado.

María Corina y Edmundo ofrecieron un cambio (que en la Venezuela chavista sería inevitablemente brusco). Serían al menos seis años de furia. La pregunta es, si la masa gris de ambos bandos quiere ese tipo de cambio. Todo indica que no. Menos si recordamos que ese mensaje de cambio está acompañado de una memoria inmediata, reciente, fresca: María Corina fue protagonista de la ola violenta armada anti gobierno que asoló al país entre 2013 y 2019. Ella solicitó desde la televisión panameña y de Miami una invasión militar a su país. Ese acto la sepultó en lo moral y en lo civil. La inhabilitó porque equivale a un crimen de Estado.

En la memoria reciente está asociada a las guarimbas, la quema de edificios públicos y otros actos muy atroces, junto a Leopoldo López y otros opositores. Una parte de la masa gris la respeta por ese arrojo y valentía individual: fue ella la que desafió al mismísimo Comandante el día que le interrumpió un discurso y lo instó a debatir. Es cierto que Chávez la convirtió en una mosca («Aguila no caza mosca», le respondió el llanero con respeto y sorna) pero también es cierto que desde ese día ella quedó con una aureola de mujer con ovarios fuertes, valiente, atrevida. Con ese recurso de visibilidad y mucho dinero familiar y externo, quedó como el factótum de la derecha antichavista.

Segunda latencia

Nicolás Maduro hizo su campaña sobre la base de tres acreencias que la oposición no puede mostrar. No necesitaba ofrecer un cambio; le basta con representar (imagen indirecta) lo que tiene. Tres señales positivas sin las cuales ya estaría derrotado.

A) Mantener una inflación estable (debajo de la de Milei) con un crecimiento del 4,2% (muy por encima del desastre argentino). La masa gris no divaga: vive de comprar cada día, no de estadísticas anualizadas o proyecciones a mediano plazo.

B) Mantener la paz social en las calles, ganada tras derrotar las guarimbas y el intento de invasión de 2019.

C) Figurar como el garante del consumo nacional medido en ingresos no salariales y oferta de productos. Ambos beneficios reposan sobre una destrucción del salario medio nacional y de los derechos laborales sin memoria desde 1985.

Pero la masa gris vive de lo cotidiano, no de la historia: este año subió en 25 dólares el ingreso mensual de los 3 millones de pensionados. Los empresarios locales e internacionales como la ENRON, que recibió la concesión hasta 2050 del petróleo, amasaron, en cambio, fortunas incomparables…

Sumado eso a que la emigración de más de la mitad de su juventud (más de 6 millones de 16 a 30 años) dejó una población trabajadora con mayor sentido conservador. Entre los ricos no ocurre este fenómeno. Es algo similar al porqué de Milei, pero al revés: a él lo votaron muchos pobres que sueñan con dólares futuros. A Maduro lo podrían votar pobres que ya recibieron este año, 25 dólares de incremento mensual. En 2023, más de tres millones de empleados públicos conquistaron con huelgas, 130 dólares. Mucho en un país con el salario nacional triturado. Tener más plata y poder comprar, porque los supermercados están repletos, crea una sensación positiva que conduce al absurdo de una esperanza presente de estabilidad. Sensación rodeada de una «paz social» lograda bajo el gobierno.

En la cabeza de la masa gris, la ecuación electoral sugiere el deseo de mantener lo existente. No desea un cambio cargado de esperanzas difusas, con muchas señales de violencia. En Venezuela, la masa laboral que quería una revolución social con Chávez, la dejo de querer con Maduro. Hoy aspira a sobrevivir. Ese fondo subjetivo contiene el sonido y la furia de una masa trabajadora irredenta y resiliente que sustituyó la revolución bolivariana por el sano derecho de sobrevivir.

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4 comentarios

  1. tengo confianza en que no podrán con el pueblo venezolano. los cubanos de bien estamos con el pueblo venezolano, con maduro y con chavez.

  2. «…un estalinismo que, a pesar de haber logrado derrotar al nazismo, fue antes y después terriblemente asesino y criminal», leer esto me hace pensar en lo bien que trabaja la propaganda estadounidense. Lo hacen tan bien, que por lo visto han implantado, y para siempre, sus doxas.
    Stalin era»tan malvado» que a los nazis ucranianos que fueron hechos prisioneros, a los pocos años de finalizada la II Guerra Mundial, LOS INDULTÓ, LOS LIBERÓ y LES PERMITIÓ REGRESAR a sus hogares en Ucrania. Hoy, los rusos debaten mucho sobre lo que llaman «el problema ucraniano» y hay quien dice «la culpa fue de Stalin que los perdonó (a los nazis) y los mandó a casa».
    Stalin eran «tan malvado» que envió toneladas de alimentos a la población alemana cuando el Ejército Rojo tomó Berlin. Alimentos, que no sobraban al pueblo ruso, y fueron enviados a un pueblo que había luchado contra ellos.
    Es cierto, que Kruschev fue quien habló de las purgas de Stalin, en las cuales él mismo tomó parte y jugó al juego de poder de la época. No olvidemos que Kruschev fue destituido , y escribió unas memorias que se publicaron en Occidente. Posiblemente, si las circusntancias hubieran sido otras, Kruschev hubiera sido un antecesor de Gorbachev y hubiera destruido la URSS en los años 60. Por suerte duró mucho más.

  3. quienes serían los stalinistas? ¿?
    coincido con Miquel, las noticias sobre Stalin y ahora sobre Putin y Xixi, las esparce la prensa lamentablemente muy canalla.
    la supuesta dolarización vociferada por el supuesto poseedor del único peronómetro válido, tampoco es muy distinta a nuestro nefasto, eso sí, bimonetarismo.
    habilitado en el ’76, hijo de la guerra monetaria q devino en el «»rodrigazo»» y consolidado con la convertibilidad del omnipresente héroe de la fundación mediterránea y perito en moneda usa para Ecuador, d.f.cavallo. Dejemos q Venezuela resuelva Venezuela.
    Otro si digo, los envenenados fueron , en un congreso de algo en Córdoba, Fidel, Chávez y Néstor. En ese entonces, tmb Lula sufrió cáncer, así como Lugo , ambis tratados en Brasil, y creo q Evo, no se si mas leve o mejor tratado o mas fuerte genéticamente, no se supo, o yo no supe que hubiera sufrido tanto como los tres primeros o los dos dsp mencionados

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