ALICIA CASTRO. Ofensiva israelí para impedir que viaje a Moscú como embajadora
Román Lejtman es un experimentado periodista que hace mucho trabaja indisimuladamente para el gobierno de Israel. Infobae es un medio del que tanto su dueño público, Daniel Hadad como su socio oculto Mario Montoto, presidente de la Cámara de Comercio Argentino-israelí trabajan indisimuladamente para el gobierno de Israel. Este articulo, como podrán apreciar los lectores, carece de fuentes (recién en la ùltima oración menciona a «un miembro del Gabinete que viaja todos los días hasta Olivos» cuando eso no lo hace ningún ministro… y va de suyo que el jefe de Gabinete –si de él se tratara, que no parece– no es un miembro del mismo). Y, por cierto, el asertivo «congeló» no se condice con el prudente «El presidente duda…» de la bajada. Por lo que, en principio, esta nota es, claramente, una operación psicológica de los halcones del sionismo para impedir que Alicia Castro tome posesión de la embajada en Moscú.
Todo lo cual no quiere decir que lo escrito por Lejtman carezca de verosimilitud. Hay en la Cancillería quienes quieren sabotear la llegada de Alicia Castro a la capital de la Federación Rusa, comenzando por su extendido sector partidario de evitar cualquier ruido o fricción con los Estados Unidos. Y no es descabellado pensar que puedan salirse con la suya teniendo en cuenta el penoso antecedente de haberse prosternado ante las presiones de USA-Israel y haber proclamado el supuesto carácter terrorista de Hezbolá (el más numeroso partido que integra la coalición que gobierna Líbano, país con el que Argentina mantiene estrechas relaciones amistosas) y, para colmo del absurdo, que quienes se oponen al sionismo incurren en «antisemitismo» siendo como es que semitas sin discusión son los palestinos humillados y vejados una y mil veces por Israel y no la mayoría de los israelíes gobernantes, del tronco proveniente de Europa, llamado askquenazi, descendientes de los antiguos jázaros (o kázaros) que incluso desde el punto de vista bíblico no son semitas sino descendientes de uno de los dos hermanos de Sem, Jafet . Es lógico que no guste que alcahueterías como esta –como las que se cometen cuando se mira para otro lado ante la creciente militarización de las islas Malvinas y los mares adyacentes y su explotación petrolera e ictícola– se pongan en evidencia. A quienes las cometen no les gusta que se las refrieguen por el morro, cosa a la que es afecta Alicia Castro, orgullosa descendiente de Juan Manuel de Rosas.
Una hipótesis es que la movida busque reflotar la candidatura a ocupar la embajada en Tel Aviv de la tucumana Beatriz Rojkés de Alperovich, que sonaba al comienzo de la andadura del gobierno de Alberto Fernández luego de que la de su marido, el ex gobernador José Jorge Alperovich, fuera descartada a causa de una denuncia por abuso sexual que le hizo una sobrina y colaboradora.
Ahora bien, dicho todo esto, Pájaro Rojo duda que Alicia Castro quiera ser embajadora en Rusia. Porque si lo quisiera, no se hubiera cruzado con su jefe, Felipe Solá. Y hubiera esperado al menos hasta tener un par de conversaciones mas con él y de interiorizarse ¿con ese extraordinario diplomático que es el canciller Sergei Lavrov? de en qué se puede aportar a la Argentina desde Moscú. Nuestra embajada allí no es en ningún sentido un destino menor.
PS: Me llega la información de que Alicia Castro dijo en el Foro de la Internacional Progresista: «Me dicen que no tenemos que cuestionar nada porque sino vuelven los neoliberales. Yo les digo que es todo lo contrario. Tenemos que radicalizarnos para que no vuelvan. Y para que nunca mas nos endeuden hay que reformar la Constitución».
Alberto Fernández congeló a Alicia Castro como embajadora en Rusia por sus críticas a la política exterior
El Presidente duda en enviar a Moscú a la ex sindicalista por sus cuestionamientos públicos y privados a la agenda internacional del Gobierno
Alberto Fernández no quiere ruidos en su política exterior y decidió congelar la designación de Alicia Castro como embajadora de la Argentina en Rusia. Castro no está alineada con la agenda geopolítica del Gobierno, y el jefe de Estado quiere evitar malos entendidos con Vladimir Putin, que es un maestro en aprovechar debilidades políticas y crisis institucionales.
El Presidente no teme al disenso interno en la agenda local, pero cuando se trata de las relaciones diplomáticas sólo cree en la verticalidad y en una sola hoja de ruta para vincular al país con el resto del planeta.
Castro tiene una visión sesgada de la política exterior y aún cree en categorías de análisis que pertenecen a la era de la Guerra Fría. La exsindicalista considera que Nicolás Maduro es un líder democrático y que el régimen populista no es responsable de la crisis social y económica de Venezuela. En este contexto, Castró cuestionó muy fuerte al canciller Felipe Solá por ciertas declaraciones periodísticas.
El Kremlin apoya a Maduro y hace negocios con el régimen populista. La Casa Rosada trata de tener una posición equidistante con Maduro, y está muy lejos de la estrategia de poder que aplica Putin en Venezuela. Podría ocurrir que Castro se pliegue a la estrategia de Moscú en Caracas, soslaye las instrucciones de la Cancillería y provoqué un incidente diplomático entre Argentina y Rusia.
Esta hipótesis de conflicto fue analizada en el Palacio San Martín y Olivos. Y a continuación, Castro quedó congelada a la espera de un anuncio oficial sobre su próximo destino exterior que, en las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, implicó las embajadas en Venezuela y Gran Bretaña.
Los cuestionamientos de Castro repercuten en los medios de comunicación, pero tambien impactan en los celulares de Alberto Fernández y Solá. Hace unos días, cuando el Gobierno respaldó la denuncia de Michelle Bachelet sobre la sistemática violación a los derechos humanos en Venezuela, Castró inundó el WhatsApp del canciller criticando la posición oficial de la Argentina.
Gustavo Beliz es secretario de Asuntos Estratégicos, cuenta con el respeto personal del Presidente y tiene excelentes contactos en la Casa Blanca. Beliz escribió una columna de opinión en la newsletter “Argentina en Foco” que publica Jorge Arguello, embajador en Estados Unidos, y esa mirada del secretario de Asuntos Estratégico significó una sucesión de mensajes de Castro al celular presidencial.
Béliz no escribió nada que no hubiera firmado también Alberto Fernández. Sin embargo, al leer Castro que Beliz sostenía que “Estados Unidos se posiciona una vez más como un socio proactivo para el desarrollo de América Latina”, sintió un espasmo político tan intenso que se tradujo en un ataque virtual al WhatsApp del Presidente.
Alberto Fernández designó a Castro en Rusia por sugerencia de Cristina Fernández de Kirchner. Y Castro responde sin hesitar a las órdenes de la Vicepresidente, que está lejos de la mirada que tienen Beliz y Solá sobre Estados Unidos y Venezuela. Ante una disyuntiva ideológica, Castro en Moscú hubiera cumplido las instrucciones de CFK.
El Presidente aún no retiró el pliego de nombramiento que debe tratar la Cámara de Senadores. Pero la decisión está prácticamente tomada. Alberto Fernández no cree que Castro cuestiona la política exterior por orden de la Vicepresidente. Al contrario: asume que la exembajadora en Venezuela sólo está irritada y actúa en consecuencia.
“No habla por Cristina. Sabe que tiene todos los boletos picados y por eso nos ataca cada vez que pueda. Ahora todo depende de Alberto (Fernández), que tiene problemas un poco más complicados que Castro”, reveló un miembro del Gabinete que viaja todos los días a Olivos.