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AMIA – ENCUBRIMIENTO / 2. Cristina dijo que El Gringo Soria le admitió que Galeano no soportaría un careo con Lifschitz «ni 5 minutos».

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Poco a poco comienzan a llegar más datos acerca de la exposición de Cristina ayer, en la 60º audiencia del juicio por el desvío de las investigaciones por la demolición de la AMIA hacia la vía muerta de acusar a falsos culpables, encubriendo a los asesinos. Confirma que Cristina cree o por razones tácticas considera que le conviene hacer como que cree  (puesto que ponerlo en entredicho haría recrudecer la inquina despertada en los servicios de inteligencia de Israel y los Estados Unidos) la hipótesis «Heidi» lanzada a rodar por la Policía Federal a través de Claudio Lifschitz (que posiblemente lo haya hecho, aclaro, de buena fe), esto es que la SIDE de Stiuso tenía bajo su mira a un grupo de terroristas iraníes y sabía por eso que éstos pensaban atentar contra la mutual judía, pero que los perdieron, los iraníes volaron la AMIA y a eso se debió el encubrimiento que ejecutaron la SIDE, el juez, los fiscales, los dirigentes de la colectividad judía (como el imputado Beraja), la Policía Federal (como los imputados Palacios y Castañeda) y los servicios secretos israelíes. ¿Mucho, no? La verdad, como muchos lectores de Pájaro Rojo saben, es mucho peor, comenzando porque es rigurosamente verdad una de las cosas que Stiuso argumentó cuando se realizó el juicio de la AMIA, hace más de una década: que la Trafic que supuestamente habría servido de vehículo-bomba siempre estuvo bajo el control de (un grupo de) la Policía Federal. // A continuación transcribo la minuta sobre la declaración de Cristina que difundió Memoria Activa. Lo único que me llamó la atención fue el diálogo que Cristina dijo haber tenido con el infortunado gobernador electo de Río Negro (que nunca asumió) Carlos Soria. Además de ser el presidente del segundo tramo de la Comisión Bicameral en reemplazo de Melchor Cruchaga, El Gringo Soria era un «tapado» de la SIDE. Hasta el punto de que poco después, cuando Duhalde fuera nombrado presidente interino por el Congreso, pasó a ser el jefe del organismo. Cristina dijo que le preguntó si pensaba que Galeano podría soportar un careo con Lifschitz y que Soria le respondió «Ni cinco minutos».

Hoy a las 18 Cristina estará en un homenaje a toda las víctimas árabes y judías del terrorismo en el Centro Cultural Caras y Caretas. Lo organiza el Llamamiento Argentino Judío en el Centro Cultural Caras y Caretas, en la calle Venezuela al trescientos, detrás del convento de Santo Domingo, en el barrio de Montserrat. JS

5 de diciembre de 2016 – Audiencia N°66

Declaró CFK y denunció irregularidades en la causa

 

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«Jaime» Stiuso declarando en el juicio de la AMIA, hace más de una década. Insistió en que la Trafic siempre estuvo bajo control de federales.
Declaró hoy como testigo en el juicio por encubrimiento, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su citación se relaciona con su trabajo en la Comisión Bicameral Especial de Seguimiento de la Investigación de los Atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, el cual se desarrolló entre 1996 y 2001.
Al comienzo de su relato, a preguntas de la fiscal Sabrina Namer, Cristina Fernández brindó detalles acerca del funcionamiento de la Comisión y mencionó al resto de los integrantes, Carlos Soria (presidente), Melchor Cruchaga, Juan Pablo Cafiero y Marcelo Stubrin.
También aclaró que se trataba solamente de un seguimiento de la investigación y que, en esa línea, citaban a testigos, al juez, concurrían a reuniones con la SIDE y realizaban recomendaciones.
Esa supuesta neutralidad que debían mantener, sin embargo, según CFK, no se cumplió ya que, más allá de los informes que ella presentó en disidencia, el resto de los legisladores se mantuvieron en línea con el juzgado: «La Comisión se apartó de su objetivo de seguimiento y tendría que haber tenido una actitud más neutral. No teníamos que apoyar al juez sino a la verdad».
Además, destacó que dentro del seno de la Comisión tenían la preocupación de que “no se cayera la causa con cualquier crítica que ellos podían hacer”.
En este sentido, CFK relató cómo de forma progresiva las irregularidades en la causa fueron surgiendo y confirmándose en diversas instancias.

Reuniones con el juez

Según pudo recordar la testigo, en el marco de la Comisión, se llevaron a cabo tres encuentros con Juan José Galeano, quien tenía a su cargo la causa AMIA.
El último fue en el año 2000 en una sala de los tribunales de Comodoro Py. «Habían colocado una inmensa cantidad de expedientes que se suponía era la totalidad de la causa. Yo agarré uno de esos expedientes, lo abrí y tenía fojas y fojas y fojas de fotografías tomadas desde todos los ángulos de talleres mecánicos y nada más. Me pareció que se había hecho un trabajo para llenar hojas», expresó.
También dijo que esa reunión «parecía una puesta en escena para impresionarnos por el volumen de la causa».
Otro de los temas que se tocó en ese encuentro y que, recordó Fernández, hizo enojar a Galeano al punto de que «se levantó y salió», fue su pregunta respecto al llamado que Munir Menem le hizo al entonces juez durante los allanamientos al empresario allegado a la familia del ex presidente, Kanoore Edul.
«Galeano me respondió que no recordaba si Munir Menem lo había llamado o no y yo contesté que podía no acordarse del horario del llamado pero no de si ocurrió o no, considerando que tenía a su cargo la causa más importante de su vida, del atentado más importante del país y además era la única causa que llevaba su juzgado».

La declaración de Lifschitz

La información acerca del llamado de Munir Menem a Galeano, según CFK, se obtuvo a partir de la declaración testimonial que le tomaron los legisladores a Claudio Lifschitz, secretario del juzgado quien denunció irregularidades en la causa.
Sobre esa entrevista, la testigo aclaró que el relato de Lifschitz «pareció verosímil y preciso respecto a lo que ocurría en el expediente». Además, contó que ni bien concluyó ese encuentro, le preguntó a Carlos Soria -quien tenía más relación con Galeano- si el entonces juez «aguantaba un careo con Lifschitz», a lo que Soria contestó «Ni cinco minutos».
Esta declaración, además, llevó a CFK a «confirmar lo que ya eran sospechas sobre cómo estaba dirigida la investigación», lo cual planteó -según dijo- diferencias al interior de la Bicameral. Esto se vio reflejado en el último informe de la Comisión, en el cual Cristina Fernández expresó su disidencia con el resto de los legisladores y habló de «dudas y claroscuros en la investigación de Galeano».

Sobre la dirigencia comunitaria

Cristina Fernández contó que en el seno de la Comisión se mantenían con regularidad entrevistas con los familiares y los dirigentes comunitarios.
«Algunos familiares, especialmente de Memoria Activa, eran muy críticos de la investigación y de los dirigentes de la colectividad», dijo y agregó que se reunió con Laura Ginsberg y Diana Malamud, de Memoria Activa, quienes “estaban alejados de la dirigencia comunitaria, los cuestionaban y desconfiaban de la investigación de Galeano. Además, decían que no les daban acceso al expediente”.
Esas denuncias de los familiares, según declaró la ex presidenta, se fueron confirmando: «Era monolítico el apoyo de la DAIA y la AMIA al juez Galeano y a los fiscales», dijo categórica.
Frente a eso, la abogada del ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja, le pidió mayor precisión: «Monolítico me refiero a que AMIA y DAIA apoyaban a rajatabla la investigación de Galeano. Una defensa cerrada a considerar que pudiera existir desvíos o errores. Era indiscutible la causa y no se admitían cuestionamientos».
Además, tanto la querella de AMIA/DAIA como la defensa de Beraja -en una demostración más de que tienen los mismos intereses y ¿los mismos jefes?- le preguntaron si había tenido conocimiento del libro «La Denuncia», presentado por la dirigencia comunitaria con 20 irregularidades que pedían investigar.
Ante un esfuerzo de memoria, la testigo le dijo a la abogada de Berja que esas denuncias, en todo caso, iban dirigidas a los organismos de inteligencia y seguridad, de cuyo accionar eran críticos también en la Comisión desde hace rato, «pero nada decían sobre la investigación de Galeano».
Y por último le aclaró a la defensa de Beraja: «Es muy poco importante lo que yo piense de AMIA y DAIA, que no estuvieron a la altura. No lo digo solamente yo. Lo dicen los familiares. Eso es lo importante».

La SIDE

Con las irregularidades que iban surgiendo, como la quema de papeles, pinchaduras de teléfono, desaparición de casetes, causas depósito (causas inventadas para realizar pinchaduras telefónicas de otras causas), CFK dijo haber tenido la sensación de que «los organismos de inteligencia habían detectado con anterioridad al atentado que éste se iba a producir y luego pareció que eso se quiso ocultar».
Además, cuando el abogado de Hugo Anzorreguy, titular de la SIDE durante la investigación, le preguntó acerca de si era posible que la cabeza del organismo no supiera todo lo que ocurría internamente, Cristina Fernández contestó que sí. Pero aclaró: «Hay autonomía pero en el caso de la AMIA, llama la atención que (Anzorreguy) no supiera».
Los abogados de Memoria Activa le mostraron también el informe de la Comisión de 1997, el cual Fernández firmó en disidencia. Allí escribió que Hugo Anzorreguy se mostró reticente a informar sobre los fondos de la SIDE. Cuando le preguntaron por las razones de esa mención, la testigo dijo que ocurrió en el contexto de rumores acerca del pago a Carlos Telleldín con fondos de Inteligencia.

El planteo de Menem

La defensa del ex presidente Carlos Menem, Omar Daer, preguntó acerca de cuestiones que escapaban a la labor de CFK en la Comisión Bicameral, como información que hubiera adquirido durante su mandato como presidenta. Pero el Tribunal Oral Federal 2 no admitió la pregunta ya que su criterio para todas las partes fue mantener preguntas que apuntaran al trabajo en la Comisión.
Ante la negativa, Daer argumentó que si la testigo fue presidenta de la Nación, el Tribunal debiera cambiar su criterio por la importancia de lo que pudiera aportar.
Si bien a la querella de Memoria Activa le interesa cualquier información que Cristina Fernández pudiera aportar, consideramos que el argumento planteado por la defensa de Menem resulta hipócrita, ya que fue el ex presidente quien, teniendo el derecho y la posibilidad de hablar y decir lo que sabe acerca del atentado, se negó a hacerlo alegando cuestiones de “seguridad nacional”.

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