AMIA-NISMAN. La jueza Sandra Arroyo, íntima de Stiuso, y el caso de las escuchas
Ayer, en «Minuto Uno», Gustavo Sylvstre comenzó el programa anunciando que la jueza Sandra Arroyo se dispone a hacer el viernes una jugada (tan poco sería como la narrada en el post anterior, pero que seguramente obtendrá todavía mayor cobertura): recusar a la fiscal Fein y pedirle a la Corte Suprema (dijo Sylvestre que ya había hablado con Lorenzetti) que la causa por la todavía «muerte dudosa» de su ex pase so pretexto de váyase a saber qué («¿gravedad institucional»?) a la justicia federal, lo que es manifiestamente ilegal.
Cuando me tocó intervenir (cuando tenga el video del programa lo subiré) dije, para que me entendieran las más amplias audiencias, que «la jueza Sandra Arroyo ES Stiuso«, con la esperanza de que también se entendiera que semejante payasada es una devolución del despido del ex jefe de Operaciones de la SIDE y de la denuncia que efectuó el gobierno nacional contra él por un masivo contrabando agravado de aparatos electrónicos, medicinales y váyase a saber qué mas.
Sandra Arroyo fue puesta al frente del juzgado que había dejado vacante el juez Marquevich, removido por presión de Clarín por haber procesado a Laura Ermestina Herrera de Noble por la apropiación absolutamente ilegal de dos niños, presumiblemente hijos de desaparecidos… Esa causa quedó en manos de la jueza Arroyo, estrechísima aliada de Stiuso, y allí murió. Por cierto, Clarín (lean la edición de hoy) y algún columnista La Nación siguen tratando a Stiuso con reverencia, como si fuera una eminencia, tanto por esa delicada circunstancia como, es de sospechar, «Jaime» tiene agarrados de los testículos a algún columnista de la centenaria «tribuna de doctrina» a causa de su afición a orearlos dónde aquel, previsoramente, había plantado cámaras.
Hace unos minutos, El Blog del ingeniero (Néstor Sbariggi), publicó un intercambio de tuits con Iván Velázquez, el ex agente de la inteligencia militar, de la SIDE y de la PSA, prófugo en Uruguay porque está procesado por la jueza Arroyo como miembro de una asociación ilícita liderada por el ex secretario de Inteligencia Juan Bautista «El Tata» Yofre. Velázquez aduce que Arroyo expurgó de la banda a Stiuso, que era uno de los jefes, y lo metió a él, que nada que ver.