NISMAN. Apuntes sobre la trastienda política del documental de Justin Webster
Yapa: Entrevista hecha por la AM Puntal de Río Cuarto.
No todo, pero casi todo lo que tenía que decir respecto al caso Nisman a propósito del documental que puede verse por Netflix lo escribí hace tres semanas aquí. Pero no satisfechos con ello, los compañeros de Almagro revista me pidieron una entrevista y no pude negarme porque quien me la pidió le había hecho recientente una entrevista muy linda a Hernán Arbizu que yo republiqué aquí, en Pájaro Rojo, y además De Bonis no sólo es de Almagro sino también de San Lorenzo de Almagro, y el editor es un Spinetta, Franco. Muchas casualidades y debilidades. Demassié pal body. Transcríbola aquí con algunas pequeñas correcciones. JS
Justicia promiscua e impunidad en el caso Nisman: el backstage del documental del que habla el país
POR JULIO DE BONIS / Ilustraciones: Lu Ponteville
A un lustro de la muerte del fiscal Natalio Alberto Nisman, el estreno del documental de Netflix “Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía” reinserta el debate en la escena pública. No sólo eso, el nuevo éxito de la plataforma digital se sumerge de lleno en el Cripto-Estado, los sótanos del poder que describe el politólogo italiano Norberto Bobbio y que son popularmente conocidos como servicios de inteligencia.
Para hablar de estos escabrosos temas que van por debajo de la superficie y tienen una influencia vital en la vida pública, interrumpimos las vacaciones de Juan José Salinas, periodista colaborador en el documental del cual hasta Cristina Fernández de Kirchner está opinando. “Me buscaron porque escribí el libro Caso Nisman, Secretos Inconfesables, y me entrevistaron muchas horas en el centro cultural Caras y Caretas. Producto de que les expliqué detalles del atentado a la AMIA e incluso les regalé mis libros (aquél y La InfAMIA), me pidieron que colaborara.”
Así fue como Salinas brindó sus contactos y consiguió el testimonio estelar del controvertido espía Allan Bogado y varios otros que tenía agendados. “Algunos los usaron y otros no, filmaron mucho más de lo que pusieron. Justin Webster y su ayudante argentino Martín Rocca niegan haber recibido presiones pero a mi me parece evidente que las hubo, de hecho el documental se salva por los testimonios de gente que está en las antípodas de mi pensamiento político, personas que no pueden ser sospechadas de kirchneristas, de apoyar a Cristina Fernández de Kirchner o a su fallecido canciller, Héctor Timerman, ni a la iniciativa del Memorándum de Entendimiento con Irán.”
Tras este pequeño spoiler de su opinión sobre el producto audiovisual final, nos sumergimos en una charla que irá pasando de Nisman a la AMIA, de la AMIA a la Embajada de Israel y de la Embajada al Memorándum, siempre con el hilo conductor del mundo de los espías, que prestan la guía cortaziana para leer estos escándalos tan desordenados y encadenados como el juego de la rayuela.
-¿Estuviste presente en esos testimonios que pensás que pudieran haber dado mayor contundencia al documental?
-No, estuve en el de Bogado y en alguno más, lo que pasa es que sé que grabaron durante muchas horas a Sergio Burstein, que fue quien les habilitó a Héctor Timerman, y no lo usaron. Hubiera sido mucho mejor el documental si lo ponían a Burstein y no al tonto de Luis Czyzewski, que es un empleado de la AMIA y repite lo que le dice quediga la Embajada de Israel. Hubiera sido mucho mejor si salía Laura Alche de Guinsberg y no Diana Malamud, que hace un triste papel porque dice que de movida supo que no se iba a resolver nada… ella es la cabeza visible de Memoria Activa, por lo cual tengo que concluir que a Memoria Activa no le interesa demasiado llegar al fondo de la cuestión. Es como se lo dijo un dirigente de un club judío al cómico Roberto Moldavsky que le preguntó por qué no se avanzaba en el esclarecimiento del atentado a la AMIA: le respondió que era mucho más caro y doloroso averiguar qué había pasado que no averiguarlo. En el tema AMIA no hay ninguna fuerza social, fuera de algunos familiares, que tenga interés en esclarecerlo. Porque han participado traficantes de armas vinculados con el gobierno argentino; la familia política del ex presidente Menem; policías federales que lo ejecutaron; agentes de la SIDE que trabajaban más para servicios de inteligencia extranjeros, el MOSSAD y la CIA, y solo subsidiariamente y no se contradecía con ellos, para el gobierno de turno.Y si agregamos que también estuvieron involucrados agentes israelíes opuestos al gobierno del primer ministro Isacc Rabin… Imaginate: están todos metidos, a nadie le interesa que se esclarezca porque están todos pringados.
-Estas conexiones vos ya las señalás en el atentado a la Embajada de Israel.
-La embajada de Israel es la clave, es un atentado facilísimo de ver cómo fue, creo haberlo descrito casi perfectamente, a pesar de que me olvidé de algún testimonio; en Nisman Secretos Inconfesables, es más fácil que la tabla del dos, cualquiera que lee la información disponible, sin haber investigado todo el expediente judicial, que es mucho más chico y reducido que el de la AMIA, ve que está clarísimo quiénes y cómo pusieron la bomba. Por supuesto hay un gran debate respecto del por qué, pero también está claro que hubo colaboración del propio aparato de seguridad de la embajada en el desvío de la investigación hacia una Ford F100, que nunca nadie vio, que fue un señuelo y encima era de un policía federal.
-En esa misma hipótesis contás indicios fuertes de que los servicios de Israel estaban al tanto porque se modificaron reuniones de último momento, pareciera que para que no estuvieran los principales funcionarios.
-Hay que ser justos, en el atentado a la embajada es evidente que el Mossad no sabía nada; los agentes que llegarona Buenos Aires al igual que el embajador Isaac Shefi llegaron rápidamente a la conclusión de que había que investigar a la familia Yoma y a Monzer Al Kassar, lo propusieron… y los llamaron de Tel Aviv y les ordenaron que se dejaran de jorobar. Y relevaron al embajador y a los agentes del MOSSAD los mandaron de vuelta a casa. Esto está bien explicado en el libro de Gordon Thomas, La Historia Secreta del Mossad. Está documentado, les prohibieron investiga y años después, reabrir el caso. En el atentado a la Embajada de Israel los que intervinieron fueron agentes de la contrainteligencia, del Shin Bet, responsable de la seguridad (bitajom) de la casa. Que esaban furiosos con el primer ministro Isaac Rabin porque éste se proponía llegar a un acuerdo de paz con Siria, con la garantía del consejo de seguridad de la ONU, a cambio de devolverle la meseta del Golán, arrebatada por Israel en la guerra de 1967.
«Los atentados sirvieron para cambiar no sólo el gobierno de Israel, donde nunca más hubo un gobierno laborista, donde a partir del asesinato de Rabin siempre gobernó la derecha, lo mismo pasó con las entidades de la colectividad judía de Buenos Aires. En la época de los atentados la AMIA estaba dirigida por la filial argentina del laborismo israelí, y a partir de entonces siempre fue dirigida por la derecha»
-¿Qué motivos tenían agentes del Shin Bet para colaborar en el atentado?
-La gente del Shin Bet había actuado en los territorios de Cisjordania ocupada y había perdido sus privilegios cuando Rabin arregló con Arafat su regreso desde el exilio en Túnez y que instalara su gobierno en la Muktada, una antigua cárcel de la Cisjordania. Así el Shin Bet había sido reemplazado por la nueva policía palestina entrenada por la CIA. Y veían indignados como estaban por perder el control de las alturas del Golán. Igual, hay que destacar que en lo de la Embajada no participó el Shin Bet como tal, pero si estuvieron involucrados algunos de sus agentes, y es bueno recordar que un año después un fanático sinista religioso muy vinculado al Shin Bet asesino a Rabin. No poder digerirlo hace que tanto muchos judíos progresistas como todos los antikirchneristas no lo quieran ver ni a cañonazos. Pretenden que no haya ningún judío involucrado en el atentado. También es cierto que los policías que pusieron las bombas (en la AMIA hubo dos) fueron muy judeófobis porque la Policía Federal tiene una larga tradición antijudía desde cuando era Policía de la Capital y el joven anarquista Simon Radowitzky mató a su jefe, el coronel Ramón Falcón, que había comandado el asesinato a balazos y sable de obreros anarquistas y socialistas que se desconcentraban de un acto. Durante la dictadura los «grupos e tareas» de la Federal, vale la pena recordar, recibñia una instrucción directamente nazi.
-¿Cuál fue el móvil principal de los atentados?
-El motivo principal, más allá del sabotaje a los planes de paz de Rabin, era un «pagá lo que debés» o «paguen lo que deben», porque banqueros y financistas judíos se habían quedado con dinero producto del lavado de plata muy negra proveniente del tráfico de armas y de drogas. Lo que se llama «mexicaneadas». El caso de la embajada sería fácil de esclarecer si hubiera voluntad política. Ojalá que Justin Webster y Martín Rocca se atrevieran. A mi me gustaría participar, perro nadie me va a pagar para que lo haga, y yo, quiero recordar, me metí en este baile de los atentados porque estuve al servicio de la propia AMIA. Integré un equipo complejo que formé junto a Pedro Brieger y que duró menos que un lirio ya que fue disuelto por orden de Israel, y después dos muchachas (entre ellas Gisela Marziotta, que entonces eran muy joven), quien era el jefe de Documentación del Cels, Daniel Frontalini, y yo, trabajamos para quien Luis Dobniewski, que era el abogado de la AMIA, que era quien pagaba.
-¿El equipo orginal duró tan sólo un mes?
-Un mes y monedas porque Rubén Beraja, que además de banquero era el presidente de la DAIA, le dijo a Alberto Crupnicoff, que era el presidente de la AMIA que nos había contratado, que llamaban a ambos desde Israel, que había que viajar a Israel. Y a su regreso, disolvieron el equipo. Israel nunca quiso investigar, entonces no lo quería mos ver, pero hace mucho que eso es más que evidente. Basta decir que nunca se presentó como querellante en la causa de la voladura de su embajada ni nunca movió un dedo para que se esclareciera cómo había ocurrido. Los atentados sirvieron para cambiar no sólo el gobierno de Israel, donde nunca más hubo un gobierno laborista, donde a partir del asesinato de Rabin siempre gobernó la derecha, lo mismo pasó con las entidades de la colectividad judía de Buenos Aires. En la época de los atentados la AMIA estaba dirigida por la filial argentina del laborismo israelí, y a partir de entonces siempre fue dirigida por la derecha. Y en todo el mundo puede apreciarse la alianza de los evangélicos pentecostales de matriz norteamericana y brasilera con los sionistas más duros. El último congreso de estos evangelistas se hizo recientemente en Jerusalén. Jair Bolsonaro está totalmente influido por los sionistas y los evangelistas y lo mismo pasa con Donald Trump, que tiene un yerno, Jared Kushner ligado a la secta Jabad Lubavitch y ultra sionista.
-O sea que no se puede pensar en los atentados sin mencionar un intríngulis complejo dentro de la comunidad judía.
-Hasta los atentados, la gente progresista, los que estamos en el periodismo y estuvimos en la militancia política desde los catorce años sabemos que la pequeña colectividad judía, a pesar de ser una de las más grandes del mundo, es pequeña. Pero está híper-representada tanto en la militancia política como en el periodismo, pero siempres e trató de judíos laicos y en el pasado eran muy raros los sionistas, e incluso los sionistas de entonces no eran tan de derecha como ahora. Hoy ocurre que los dirigentes de la colectividad judía argentina son grandes fabricantes de judeofobia y lucran de eso. Los atentados sirvieron para que las instituciones judías se rodearan primero de barriles de petróleo llenos de cemento y luego de defensas hechas con cemento armado, como si la amenaza provinira exclusivamente de afuera, sirvieron para recluir a los judíos, especialmente a los pibes judíos, en una especie de gueto, cuando lo fundamental de ambos atentados es que los dos se cometieron aprovechando que ambos edificios se encontraban en refacciones, que en ninguno de los dos hubo camionetas-bomba, y que en ambos hubo bombas que estallaron adentro de los edificios.
-A pesar de lo que señalás todavía se sigue hablando de los coches-bomba.
-Esa es la clave del ocultamiento, ahora bien lo que ocultan esto no son sólo los malos, también hay periodistas progres que lo ocultan porque tienen el culo sucio y entonces fingen demencia. Y los hay que contra toda evidencia dicen que Nisman fue asesinado como si no se hubiera publicado mi libro sino también el de Pablo Duggan que es inobjetable y deja clarísimo que Nisman se suicidó. La Nación y Clarín siguen sosteniendo –mintiendo a sabiendas, sin el menor pudor– que lo asesinaron. Y esa es la posición oficial del Estado argentino gracias a esta justicia de mierda que tenemos, que si no la cambiamos estamos fritos. La crisis es tan grande que en el acto de Nisman –por el quinto aniversario de su muerte– se bajaron la DAIA y la AMIA porque les da vergüenza, es insostenible que a Nisman lo asesinaron. Hasta su ex, la jueza federal Ssandra Arroyo Salgado se bajó de la querella. Entonces, imagínense lo que pudo pasar con las camionetas bombas que jamás existieron, sólo hubo camionetas señuelos para desviar la investigación, esas camionetas señuelos fueron sostenidas contra viento y marea por los destinatarios de la bomba, por ejemplo por Rubén Beraja, un gran encubridor. Quiero recordar que Beraja le encargó a Gabriel Levinas a principios del año 97, que revisara la causa, y Levinas después de revisarla llegó a la conclusión de que no había habido camioneta bomba y escribió un libro, La justicia bajo los escombros, dónde lo explicó. Yo ya sabía que no había habido camioneta gracias a mi socio Carlos De Nápoli, desgraciadamente fallecido, y eso también lo habían dejado entrever Jorge Lanata y Joe Goldaman en su libro Cortinas de humo. Quienes han investigado seriamemte el tema AMIA saben que no hubo coche bomba. Pasa que algunos se hacen los boludos porque les conviene, porque están a sueldo del Grupo Clarín, porque participan de algún club judío aristocrático o porque antes estuvieron involucrados en una maniobra sucia para blanquear los 400 mil dólares de los fondos reservados de la SIDE que se le dieron a Carlos Telleldín para que acusara falsamente a un grupo de policías bonaerenses.
«Todavía hay periodistas que contra toda evidencia dicen que Nisman fue asesinado. Como si no se hubiera publicado mi libro ni el de Pablo Duggan, que es inobjetable y deja clarísimo que Nisman se suicidó. La Nación y Clarín siguen sosteniendo –mintiendo a sabiendas, sin el menor pudor– que fue asesinado. Y esa es todavía la posición oficial del Estado argentino gracias a esta justicia de mierda que tenemos, que si no la cambiamos estamos fritos».
-Existe el concepto de infoteintment, que es esta mezcla de información y entretenimiento, que en el documental pareciera ser bastante criticado, como por ejemplo cuando se muestra el informe que hace Lanata sobre los movimientos de Fein en el apartamento de Nisman, burlándose de ella. Ahora, cuando uno ve los testimonios de los miembros de Gendarmería, sin que haya burlas o sin ser presentados en código de sorna, uno se sorprende porque pareciera estar frente a integrantes de la Armada Brancaleone.
-Uno de los gendarmes dice que Nisman necesitó de ayuda de terceros para matarse, es todo una payasada. Por eso defienden tanto esa pericia los editoriales de La Nación y Clarín. Saben que si se cae, se cae la causa, y todos van a ver que Nisman se suicidó, que era un fiscal corrupto y que en toda una década no hizo nada para clarificar el caso AMIA,. Que, por el contrario, trabajó para encubrir cobrando dinero de la CIA, del Mossad, de sus empleados, y de sospechosos de quedarse con dinero del lavado del narcotráfico como el desaparecido Damián Stefanini. No es casualidad que el juez Claudio Bonadío, que debe investigar de dónde provienen los 666 mil dólares que tenía en la cuenta del banco Merryll Lynch en Nueva York (cuenta que, por cierto, denunció la ex de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado) no lo haya hecho. Lo único que se sabe es que Stefanini le dejó 150 mil dólares antes de desaparecer. Además, Nisman utilizaba un coche gratis de una empresa vinculada con la CIA; había cobrado durante cuatro años a razón de un promedio de seis mil dólares por mes de un diario israelí del señor Adelson, que es cercano a los Fondos Buitres y uno de los grandes sponsors de Netanyahu y de Estados Unidos. Es obvio que el dinero debía provenr de los servicios israelíes. ¿Qué podemos decir? Sigue hablando un tal (gustavo) Perednik, que es el que todo inidca que lo reclutó para esos servicios y dice haber sido su amigo. Nisman no tenía amigos amigos. Tenía fiscales que lo detestaban por haber traicionado y abandonado a los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio de la AMIA. Y que, pese a todo, después de su muerte se presentaron como sus viudas, aunque lo fueran mas bien de Stiuso. Hay un periodista, Hernán Cappiello, que en el documental hace pucheritos y suelta una lágrima cuando le hablan de Nisman. Cappiello es un mentiroso de toda la vida, desde el primer día estuvo con (el ex juez federal Juan José) Galeano mintiendo y lo sigue haciendo hoy. El domimgo en que Nisman se mató, Capiellodecía que Bogado era un súperagente de La Cámpora, con llegada directa a Cristina y tenía corriente con los iraníes. Y resulta que Bogado había sido denunciado por (Horacio) Stiuso como falso agente, jamás había entrado a la Casa Rosada, no conocía a Cristina, nunca había salido del país, y al que veía, Yussuf Jalil, no era un iraní sino un muchacho de Floresta, de la comisión directiva de All Boys, con un hermano del PRO, hijo de libaneses y que todo lo que tenía de persa era que conocía gente de la Embajada de Irán.
Juan José Salinas habla de los casos como un piloto de Fórmula 1, que corre una pista que conoce de memoria hasta en las curvas más peligrosas, donde no titubea en acelerar. Los lectores agradecerán la quietud del párrafo, este cronista en cambio tuvo que agudizar su atención, la lectura atenta de su página pajarorojo.com.ar, donde vierte sus conocimientos, le permitió seguir sus maniobras. A continuación, vendrá un párrafo lapidario, que pinta al fiscal muerto como un hombre de discutible moral.
-Nisman vio que Ronald Noble, el jefe de Interpol, lo trataba públicamente de mentiroso al decir que Timerman nunca le había pedido que se levantaran las alertas rojas, y lo cierto es que no tenía ninguna prueba para ir a interrogar a estos iraníes e inculparlos. Yo años antes decía que Nisman se iba a inmolar a lo bonzo, no le emboqué en el método. Todo en Nisman es un gran bluff, porque se iba todo el tiempo del país con guita del Estado, de sus empleados, con el mayor presupuesto del Poder Judicial, con chicas que les conseguía Stiuso de la agencia de modelos de Leandro Santos, o sea, para hablar mal y pronto, putas caras. Después decía que tenía miedo de que atentaran contra él cuando se iba solo a Marruecos, por ejemplo. Noooo, todo es una ridiculez. Un híper corrupto con una personalidad muy compleja, se había hecho depilación total, se cambiaba el color de los ojos, estuvo ocho años acosando y diciéndole obscenidades a una muchacha, diciéndole por ejemplo que tenía un pene de extraordinaria longitud.
-¿Decís que en estas épocas de fuerte militancia feminista le hubiera caído una denuncia?
-Era un tarado, un tipo que no llega a los cincuenta años, con su presupuesto, que es un gran fiscal y es incapaz de tener una compañera, una relación con una mujer que no sea intermediada por el dinero. No era un tipo que estuviera bien de la cabeza. ¿Quién es amigo de Nisman? Dame uno. Cuando tenía que pedir un arma para suicidarse lo llamó al comisario Ricardo Bogoliuk, el mismo que está preso ahora por el affaire D´Alessio, y como Bogoliuk le dijo que estaba de vacaciones en Mar Del Plata, le cortó el teléfono y se puso en contacto con el jefe de su custodia, que con sentido común le dijo que no le prestaba su pistola. Y entonces lo agarró a Lagomarsino al que le pidió su Bersa 22 y se pegó un corchazo. No hay ninguna duda para quienes conocen la causa, y en el documental esto queda claro porque hay un buen protagonismo de la fiscal Fein, que fue muy vilipendiada y sin ser una experta en casos complejos, trabajó muy bien en líneas generales.
-En todo tu discurso y quienes te leemos, vemos argumentos fuertes sostenidos en hechos bastantes esclarecedores. Sin embargo, hay muchos periodistas que interpretan otras realidades, ¿tu hipótesis es que lo hacen de mala fe o que hay mala praxis investigativa?
-Son mercenarios, Alfredo Leuco, un hombre que viene del Partido Comunista; Lanata, que la iba de progre. Clarín y La Nación son grandes evasores que le deben mucho dinero al Estado, están vinculados con los Fondos Buitre, trabajan para los acreedores, son ricos que no se sienten argentinos, se sienten ciudadanos del mundo como bien te dijo Hernán Arbizu en la nota que le hiciste. Nuestras clases dominantes no se sienten argentinas, odian todo lo que es vernáculo como decía Perón, a los aborígenes, a los cabecitas negras, el folclore, el chamamé, el peronismo, no se pueden definir por ninguna virtud. Son terratenientes y/o especuladores, lo que hace que tengan algunos problemas entre sí. La argentinidad para ellos es comprarse ropa en Cardón y andar con esas bombachas. Viven de rentas y no hay nada más mercenario que un rentista.
-¿Pensás que el documental logra terminar con la grieta interpretativa del caso Nisman y que puede dar un nuevo impulso a investigar la causa AMIA?
-Con la AMIA no soy nada optimista, con Nisman sí, y hay un intermedio que es si logramos que alguien investigue la embajada de Israel porque es fácil de hacer, pero tuvo al fiscal Bancalari que fue lo que Nisman a la AMIA, no se suicidó pero estuvo sentado arriba del expediente muchos años sin dejar que nadie lo viera. Pero entre mi libro, el de Duggan y el gran trabajo de Irina Hauser y Raúl Kollman, ya está liquidado el caso Nisman. Está listo para sentencia.
-Pero si uno ve las redes sociales muchos siguen afirmando que se trató de un asesinato, y Clarín y La Nación dan otra versión de los hechos. Por lo cual, me sigo preguntando si alguna vez se zanjará la discusión.
-En el caso Nisman, la clave está en lo que dijo la nueva ministra de Seguridad, Sabrina Frederic, de revisar la pericia de Gendarmería y llevar las conclusiones a la Justicia. Con eso y la declaración de Ronald Noble, el jefe de Interpol, a quienes los jueces federales que tenemos no le quisieron tomar declaración nunca, se cae la causa.
-Lo de Noble se sabía de antes de la muerte de Nisman.
-Sí, pero no lo llamaron a declarar nunca. Él pidió que lo llamaran y no lo hicieron porque querían joder a Cristina Fernández de Kirchner, pero ahora ya está. Si revisan el peritaje de Gendarmería, los gendarmes que lo hicieron terminan presos y se cae la causa, la clave está ahí. Por eso, con el caso de Nisman soy optimista, la gente que sabe, sabe que se pegó un corchazo, que le iban a saltar todos los chanchullos, las cuentas, que era un traidor a la patria, porque un fiscal no puede trabajar para los servicios extranjeros.En cualquier lugar del mundo vas preso, van presos los agentes israelíes que lo hacen en Estados Unidos, y eso que son países íntimamente aliados. Los países que se tienen un mínimo de respeto no dejan que eso ocurra. Este es un país insólito: Stiuso admitió en el juicio de la AMIA que grabó treinta mil horas de escucha a la Embajada de Irán, sus funcionarios y allegados y que le dio los casetes al Mossad sin quedarse con copia, y nadie lo denunció por haber cometido un delito flagrante.
-Vos conocés a Nisman desde el caso de la Tablada, del que publicaste un libro, ¿cómo fue su actuación en esa causa?
-Cuando fue el asalto a la Tablada, el juez era Gerardo Larrambebere y le cedió una parte de investigación porque Nisman era secretario suyo. Nisman tuvo a su cargo la desaparición de Iván Ruiz y José Díaz, que eran dos incursores que estaban en los incendiados calabozos del cuartel, y cuya enrega a los militares está fotografiada profusamente. Y grabada por la televisión española. Esto lo publiqué en su momento en la revista El Porteño y en el diario Nuvo Sur. Era la primera vez que unas desapariciones estaban absolutamente documentadas. Pero Nisman arregló con el Ejército y sostuvo la versión mentirosa de éste, tal como se comprobó en el jucio que finalizó hace unos pocos meses. Ya de joven era encubridor.
-¿Cómo te pensás que va a quedar Stiuso tras el documental?
-Lo bueno es que queda totalmente desenmascarado, hay un solo misterio en la causa de Nisman y es como se produjo el divorcio entre Nisman y Stiuso, porque es anterior a que Nisman presentara ese borrador mal hecho donde termina denunciando a Cristina y a Timerman, pero está clara una cosa, Stiuso denuncia a Bogado que era un agente suyo que se infiltraba y sale muy mal parado.
-¿Tenés alguna hipótesis sobre por qué se produce el divorcio?
-Creo que cuando Cristina manda a Oscar Parrilli para echar a Stiuso se abre una ardua negociación sobre cómo se retiraba él y su gente, si cobraba dinero, negociaciones que al ser presentada la intempestiva denuncia de Nisman en plena feria judicial de enero (porque estaba preparada para despues, para la campaña electoral para complicar a Scioli en las elecciones) le jodió esa negociación. Y cuando Cristina echa a Stiuso, Nisman cree que al tener los contactos del Mossad y de a CIA, puede procesarla sin su ayuda y lo hace porque lo convencen de que Gils Carbó lo va a rajar piensa tirar esa bomba y vlver a Europa con su hija mayor, dejar que Clarín y La Nación exploten la noticia y hagan el trabajo sucio. Pero Laura Alonso y Patricia Bullrich lo internan, quieren que vaya con su denuncia al Congreso y él no tenía más nada que decir que lo que había dicho en TN. No sabe quién es Bogado, en el documental lo muestran diciendo que no sabía si trabajaba con Stiuso, que no le decía porque estaba furioso porque le había arruinado sus negociaciones con Parrilli. Lo atiende igual Alberto Massino, que era el lugarteniente de Stiuso. Massino le debe haber explicado todo esto. Stiuso en el documental hace agua, no puede explicar por qué no le había informado a Nisman que en septiembre lo había denunciado a Bogado como falso agente de la SIDE. Igual, toda una perogrullada porque Bogado era un agente inorgánico. Que son los más importantes, porque los orgánicos son oficinistas que fichan tarjeta, no trabajan en la calle. Que Stiuso no le avisara a Nisman que había denunciado a Bogado demuestra que estaban distanciados, porque toda la denuncia de Nisman se basaba en que Bogado era un superespía y que tenía grandes relaciones con las primeras líneas de la Casa Rosada e Irán y no era así. Era un infiltrado que tenía conversaciones con Yussuf, con D´Elía, donde había fanfarrones que tenían llegada al gobierno de Irán y fanfarrones que decían que tenían llegada directa a Cristina y esto no era cierto.
Excelente nota, como siempre aclarando todas las cuestiones sin tapujos de ningun tipo.
Ojala que en algún momento se pueda reeditar el libro de Gorriaran y la Tablada, ya que con todo lo vivido estos últimos 30 años hay material de sobra para actualizarlo.
Abrazo grande!