ARMENIA – AZERBAIJÁN. EEUU estaría fogoneando los combates para desestabilizar a Rusia
El Presidente de la Unión Cultural Armenia, sobre el conflicto Armenia-Azerbaiyán:
“Deseo que cese el fuego inmediatamente y se vuelvan a sentar en una mesa de negociaciones para solucionar el conflicto pacíficamente”
POR VÍCTOR TERNOVSKY / CAPAC
Las cifras de militares de Armenia y Azerbaiyán abatidos mutuamente en la actual escalada que les enfrenta por el estatus del territorio en disputa de Nagorno Karabaj son contradictorias: oscilan entre varias decenas y algunos centenares. Lo que sí es cierto es que la situación está a punto de salirse de control, un escenario deseado por algunos.
Lo dijo el especialista en asuntos de Oriente Medio Adrián Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia con sede en Argentina, quien advirtió de que se corre el riesgo de una escalada militar desenfrenada, “porque hay muchos actores en el juego, hay muchos proyectos para esa región de planeta”.
Enfatizó que no se trata de un conflicto meramente armenio-azerbaiyano, ya que “se regionalizó” e involucra a muchas naciones de la zona, donde se destaca la participación de Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, hace unos días hasta usó la tribuna de la Asamblea General de la ONU para calificar a Armenia como “el principal obstáculo para la paz duradera y la estabilidad en el sur del Cáucaso”.
Apuntó que el conflicto involucra además a actores extrarregionales, sobre todo EEUU, un país que, al igual que Turquía, está molesto por la pérdida de sus “posiciones en esa región”, a donde Rusia está trayendo la paz, entre otras medidas, propiciando el diálogo entre las facciones opositoras y el Gobierno de Bashar Asad en Siria.
En este contexto, no descartó que la escalada entre Bakú y Ereván pueda estar dirigida contra Moscú, donde el objetivo es “llevar la guerra a lo que para Rusia es un territorio estratégico” y sensible para la seguridad en el flanco sur del gigante euroasiático.
Algo que parece empezar a entender también el actual Gobierno de Armenia, que desde su asunción en 2018 “coqueteó permanentemente” con EEUU, sin darse cuenta de que constituye para la potencia norteamericana única y exclusivamente un instrumento en su estrategia regional, a la que calificó como “subversiva y terrorista”, dado que radica en “destruir países, dividir países, enemistar a pueblos, y con eso asegurar su presencia, la venta de armas, el saqueo de las riquezas naturales y materiales”.
De hecho, el premier armenio Nikol Pashinian llamó telefónicamente al presidente Vladímir Putin, coincidiendo ambas partes en la “importancia de hacer todos los esfuerzos necesarios para impedir una ulterior escalada del enfrentamiento, y principalmente, parar las acciones militares”.
“El futuro y el porvenir de Armenia depende, primero, de las decisiones que tome soberanamente su pueblo, y además, de su alianza indestructible con Rusia, que siempre nos ha acompañado, nos ha apoyado y nos ha defendido. La mayoría de los armenios lo tiene claro, algo que no ocurre en el caso de algunos gobernantes que parecen comenzar a comprender que sus juegos políticos ponen en peligro la existencia misma de todo un país y de todo un pueblo”, subrayó Adrián Lomlomdjian.
Finalmente, expresó su deseo de que “cese el fuego inmediatamente, se restablezca la paz, y se vuelva a sentar en una mesa de negociaciones para solucionar el conflicto pacíficamente”.
No niego que EEUU aproveche cada oportunidad para meter pie en las ex repúblicas soviéticas y desde LA es al primer lobo al que le ven el pelo. Y esa idea les ayuda a comprender la situación. Pero en este caso el análisis es equivocado.
Se trata de otra potencia muchísimo más peligrosa, astuta, con conocimiento y experiencia en la región, con botas sobre el terreno, y con el delirio de reconstruir un imperio: el imperio otomano. Se trata del gobernante turco, Erdogan, a cuyo lado los presidentes de EEUU son aprendices.
Erdogan es un tipo que capaz de desestabilizar Europa (invasión de refugiados, invasión de aguas territoriales de Grecia, y de Chipre, apropiación de yacimientos de hidrocarburos, en lo cual tiene experiencia, recuerden cómo le robo petróleo a Siria. Turquía aún está vendiendo aceite de oliva siria envasada con etiquetas falsas), desestabilización de Oriente Medio (intervención en la guerra de Siria, donde a pesar de que Putin lo amenazó con que sería «su Stalingrado», Erdogan siguió y sigue haciendo más o menos lo que le daba la gana y burlándose de los acuerdos que firmó con Rusia), desestabilización del norte de África (intervención en la guerra de Libia, rediseño de la soberanía sobre aguas territoriales del Mediterráneo que perjudica a Egipto; etc).
EEUU salió derrotado de Vietnam, y no pudo con Cuba, por poner algunos ejemplos.Pero Turquía no sale derrotada de allí donde se mete, y tiene sólo el 25% de la población de EEUU, y ni de lejos tiene sus medios económicos, pero está diseñando un imperio. Y encima pocos se dan cuenta de lo que está haciendo, pocos tienen conciencia de que en este momento es uno de los Estados más peligrosos del mundo.
Y ahora ha metido la zarpa en el Cáucaso.
Sólo hay que recordar que con anterioridad a la reactivación de este conficto, Erdogan se fue a incendiar los ánimos en una gira por Azerbaiyán, hace unos meses. Y ni bien estalló el conflicto dijo; «ahora no den consejos, han tenido 30 años para arreglarlo, y no lo hicieron». Y dejó clara su idea de cómo se debía «arreglar» el conflicto: que Nagorno Karabaj sea incorporada a Azerbaiyán.
No son «30 años de disputas», como dice Erdogan, sino un conflicto de más de 100 años. Ya entonces Azerbaiyán pidió ayuda al imperio otomano ( del cual Turquía es lo que queda) para hacerse con este territorio de mayoría armenia.
Durante la existencia de la URSS, hubo un encaje territorial, pero tras la disolución de la URSS, el problema reapareció como era de esperar, no hace falta ningún EEUU. Y hubo una guerra por ello entre 1991 y 1994.
Desde la guerra de 1991, ese territorio es una república independiente, la República de Artsaj. A la cual ahora está bombardeando Azerbaiyán.
Me parece muy raro que este señor Lomlomdjian que se presenta como » especialista en asuntos de Oriente Medio y presidente de la Unión Cultural Armenia» no explique nada de esto y sólo se le ocurra acusar a los propios armenios (en definitiva eso es lo que hace),diciendo que su presidente «había coqueteado con EEUU». Eso es irrelevante,además, aunque todo el país hubiera decidido convertirse, en zombis, por decir algo, Azerbaiyán no tiene derecho a bombardear enclaves armenios, y mucho menos Turquía a enviar mercenarios como está haciendo. Está enviando a lo que queda de los grupos mercenarios que en Siria lucharon contra el gobierno de Damasco.
Eso es lo que tendría que denunciar este señor Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia. No entiendo por qué no lo hace.