DOSSIER. CHINA SE AVECINA. Wang Yi recargado. Vior, Néstor Restivo, Gabriel Fernández, una lectura imprescindible

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Me parece que estos materiales son imprescindibles para quienes se quieran forjar una idea aproximada de la importancia de mentener relaciones soberanas con la potencia emergente. Tómense el trabajo de escudriñarlos. Todos los comentarios hechos con buena leche son deseados y serán publicados

Un comercio cada vez más rojo

 

DANGDAI

La presencia de China en el comercio exterior latinoamericano es ostensible. El gráfico de la apertura de esta nota, con datos del sitio oficial de estadísticas brasileñas comexstat y de trademap, revela cómo en Brasil cambió radicalmente el destino de las exportaciones de casi todos sus estados.

A inicios de siglo, dominaba ese cuadro Estados Unidos, seguido de Argentina. Hoy casi todo es un mapa rojo.

Lo que más exporta Brasil a China es mineral de hierro, soja, petróleo crudo y carne (rubro donde lidera la vacuna congelada), en ese orden.

En el cuadro de abajo, de las mismas fuentes, se observa cuál es el principal destino exportador de cada país sudamericano. Para cinco de ellos ya es China, cuando hace dos décadas el principal era Estados Unidos (en el caso de Bolivia aparece India, pero es un dato circunstancial por una gran exportación de oro que hubo el año pasado; tradicionalmente son Brasil y Argentina).

En Argentina, en 2022, siguió siendo Brasil. Ese año, nuestro país exportó a su vecino, según datos de Cancillería local, 14,3% del total y siguieron China (9,1%), Estados Unidos (7,5%), Chile (5,6%) e India (5,2%). La Unión Europea como conjunto tuvo 12,3%.

Que lo parió.

Esta nota es del pasado 15 de julio. Conviene repasarla.

Se abre un nuevo consulado en Chengdu, capital de Sichuan

Argentina hace pie en el centro de China

 

Alberto Fernández junto a su par de China, Xi Jinping. (Fuente: NA)
Alberto Fernández junto a su par de China, Xi Jinping.. Imagen: NA

 

POR NÉSTOR RESTIVO / PÁGINA 12

El Gobierno argentino comunicó oficialmente la apertura de un nuevo Consulado en China. Será en Chengdu, capital de Sichuan, y abarcará las jurisdicciones de esa provincia, así como las de Guizhou, Shaanxi y Yunnan y del Municipio de Chongqing.

Es una decisión estratégica de suma importancia y un largo anhelo del embajador Sabino Vaca Narvaja y de anteriores diplomáticos para afianzar y extender la representación argentina en un país que ya es el principal socio económico nacional a la par que Brasil y que, sin embargo, tiene un staff notablemente inferior y subrepresentado con respecto al de otros destinos menos relevantes; por ejemplo, en la vieja Europa, y no solo en sus principales núcleos de desarrollo.

Varios países, incluso latinoamericanos, ya habían abierto delegaciones en Chengdu o Chongqing con el principal objetivo de hacer pie en el territorio mundial de mayor expansión y dinamismo económico y comercial de las últimas décadas. Es un avance, aunque en el Palacio San Martín la vieja guardia –no las generaciones más jóvenes, que entienden mejor el nuevo mundo– guste más del champagne de París, las compras en la Quinta Avenida o el licor de Becherovka de Praga.

Chengdu

Chengdu, y su provincia Sichuan, son la tierra de Deng Xiaoping y el santuario del oso panda, del gran poeta Li Bai y de un cruce fundamental de los caminos terrestres de la Nueva Ruta de la Seda, es decir la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la cual adhiere Argentina. Es sede, también, de empresas ferroviarias, de construcción e infraestructura de las mayores corporaciones de China.  El PBI de Sichuan es el doble que el PBI de Argentina. Su capital, Chengdu es, en una palabra, el corazón de una región históricamente clave en el centro geográfico del gigante asiático.

El decreto 372/2023, del 20 de julio, firmado por el Presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete Agustín Rossi y el canciller Santiago Cafiero dispone diversas normativas para el personal que será enviado al nuevo Consulado, que se suma a los de Beijing junto a la Embajada, al Consulado general y Centro de promoción económica y comercial de Shanghai y a los consulados de Guangdong y Hong Kong.

La normativa reordena la circunscripción consular argentina en China, atendiendo la necesidad que emana del potente centro, sur y occidente chinos que el Gobierno de Xi Jinping desarrolla a paso intenso, y sigue a las propuestas de tal apertura establecida en el canje de notas que ambos países suscribieron en noviembre del año pasado. Todo, en línea con el crecimiento omnidireccional de las relaciones bilaterales.

El siguiente artíìculo fue publicado por la agencia Télam el pasado 20 de mayo

EEUU y CHINA

Un Imperio en busca de la realidad

 

Cuando un importante analista del Ejército de EE.UU. pretende instruir a nuestros países sobre nuestras relaciones con China, da signos de que la potencia hegemónica ha perdido su ubicación

 

POR EDUARDO J. VIOR

En esta columna habitualmente no se analizan textos sino procesos. Sin embargo, cuando los textos emanan de un centro de poder y tienen un estilo prescriptivo, debe suponerse que su mensaje se traducirá en directivas que van a influir sobre la realidad, en este caso la latinoamericana. Por ello es bueno leerlos con atención.

Desde hace algún tiempo muchos analistas internacionales en el continente recibimos sin solicitarlo hasta dos o tres veces por semana los artículos de Robert Evan Ellis, profesor investigador de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, especializado en las relaciones de la región con China y otros actores no occidentales. Desde hace veinte años el profesor Ellis investiga y asesora al Comando Sur del ejército norteamericano sobre las políticas para la contención de la influencia asiática sobre nuestra región. Por eso ha parecido relevante en este caso analizar “Carrera hacia el fondo: China y la lógica autodestructiva de la diplomacia transaccional en las Américas”, que el autor publicara en abril pasado y distribuyó esta semana.

El texto comienza con una constatación: “Para ser claro, creo firmemente que los Estados Unidos pueden hacer mucho más para apoyar el desarrollo económico de la región y la lucha contra la corrupción endémica, (…).” En esta frase inicial se supone, primero, que EE.UU. apoya el desarrollo económico de la región y, segundo, que colabora en la lucha contra la corrupción. Si por desarrollo se entiende un crecimiento autosostenido del PBI que se reproduce equilibradamente en todos los sectores económicos y regiones del país, permitiendo al mismo tiempo la superación de la pobreza extrema y el mejoramiento paulatino de las condiciones de vida de la mayoría de la población, no hay en el siglo y medio de presencia norteamericana en América Latina y el Caribe ninguna evidencia empírica de que ésta haya contribuido a alcanzar estas metas.

Por otra parte, si por corrupción se conciben los pagos indebidos y dádivas de empresas o personas privadas a funcionarios públicos a cambio de decisiones políticas que les sean favorables, debe tenerse en cuenta que todas las investigaciones serias sobre la materia han demostrado que estas transferencias siempre entran por algún lado al sistema bancario o financiero y, como es conocido, algunos de los principales “paraísos fiscales” están en el estado de Delaware o en las Islas Vírgenes norteamericanas.

Pocas líneas más adelante el autor devela el sentido del título de su contribución: “Aunque me frustra el persistente fracaso de Washington para ayudar mejor a la región (…), me preocupa también la lógica errónea, tanto en Washington como en la región, de que la respuesta al ‘avance de China’ es un enfoque fundamentalmente transaccional para que intentemos ‘superar’ la oferta de Pekín.” Que Washington ofrece poco a la región y recibe mucho en forma de remesas de beneficios, tanto legales como ilegales, y de términos de intercambio, es indudable. Que, por consiguiente, entre sus dirigentes cunda la preocupación, cuando ven cuánto ofrece la República Popular, es entendible.

Una visión similar se registraría del lado latinoamericano: “Por su parte, nuestros socios latinoamericanos tienen razón al anteponer sus propios intereses a la competencia entre grandes potencias, pero hacerlo no significa aceptar al pretendiente que ofrece a los que están en el poder un gran proyecto de infraestructuras con beneficios colaterales o un ‘trato de realeza’ en una visita de Estado.” O sea que en ambos lados la perspectiva “transaccional” (me relaciono mejor con quién más me da) resulta justificada. Es interesante que para este autor ningún actor tenga finalidades propias, ni Estados Unidos ni los líderes latinoamericanos. Todos estarían actuando por el mero beneficio inmediato.

No se entiende en este contexto de qué modo el analista arriba a la prescripción de cuál debiera ser la conducta “correcta” de los dirigentes de la región: “La búsqueda del verdadero ‘interés propio’ de América Latina exige que se seleccionen sus interlocutores y los modos de relacionarse con ellos de una manera tal que, teniendo en cuenta la corrupción y las debilidades institucionales de la región, se maximice la probabilidad de que el compromiso genere un verdadero beneficio duradero para el país, al tiempo que se minimice el riesgo de ser atrapados por un socio depredador o de quedar entrampado en un ciclo de dependencia, sin poder denunciar los malos comportamientos del socio.”

En este párrafo es llamativo el conocimiento superior que el columnista se atribuye sobre cuáles serían “los verdaderos intereses propios” de América Latina. En realidad, este afán normativo parece constituir el meollo del artículo. El analista deja su lugar al predicador que indica el camino de la verdad. Es problemático, empero, cuando “el predicador” representa oficiosamente el pensamiento del mayor ejército del mundo.

Todavía se añade el remanido argumento del espionaje: “Desde que la ley de Inteligencia Nacional de China de 2017 obliga a las empresas chinas a entregar información que sea de utilidad para el Estado chino, la huella digital de China cada vez más presente en toda la región hace cada vez más difícil para las empresas que operan allí proteger sus procesos básicos y su propiedad intelectual, como para los funcionarios de los gobiernos latinoamericanos proteger sus asuntos personales y deliberaciones oficiales contra filtraciones.”

Da la impresión de que el autor se está refiriendo a la Agencia Nacional de Inteligencia (NIA, por su nombre en inglés) de EE.UU., a sus empresas de comunicaciones y al espionaje sistemático que realizan innumerables agencias del Estado norteamericano. ¿Existe el espionaje bueno y el espionaje malo o ambos, en manos de potencias extranjeras, atentan contra la soberanía de las naciones y la libertad de sus pueblos?

Al final del artículo aparece el consejo: “Washington necesita desesperadamente hacer más por América Latina y el Caribe, pero más importante es que debe convencer a la región que tome mejores decisiones en su propio interés a largo plazo, y estar preparado para ayudarla en ese camino.”

Descartando la mala intención, el artículo llama la atención por su falta de ubicación: se coloca en una posición magisteril, apostrofando a los líderes regionales, para que sigan el camino correcto, que sería alejarse de China. Reconoce que los Estados Unidos no ofrecen nada comparable a las inversiones de la República Popular, pero advierte contra las malas intenciones de ésta. Desconoce y no asume la larga historia de violencia, corrupción y sometimiento de América Latina y el Caribe a manos de su patria. Es poco creíble, entonces, el dedo acusador hacia Oriente.

Todos los hegemonismos son malos. Sería deseable un orden mundial en el que todas las naciones se traten con respeto y se escuchen mutuamente. Pero que una potencia hegemónica como EE.UU. pierda el sentido de realidad, desconozca la madurez de la identidad latinoamericana y caribeña y pretenda seguir tratándonos como infantes es peligroso, porque desconoce la realidad y, cuando la mayor potencia militar del mundo se aparta de la realidad, sus acciones se tornan irreflexivas y pueden ocasionar un terrible daño. Es malo estar dominado por un Imperio, pero terrible estarlo por un Imperio sin sentido de realidad.

FUENTES SEGURAS

Wang Yi

Diplomacia con características chinas. Cuestión internacional, cuestión social. Derechos: Verdadero y falso. China y EEUU. China y Europa. China en Asia. Las responsabilidades. Lo que viene.

 

POR GABRIEL FERNÁNDEZ / RADIO GRÁFICA*

Si hay una tarea compleja, es la de adentrarse en el pensamiento profundo de un funcionario clave del gobierno de la República Popular China.

Hace tiempo que seguimos el rastro de Wang Yi, actual Director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista y ex canciller del Dragón.

Por su recorrido y sus ideas, se comprende estar ante un estratega de fuste. Sin embargo, como es comprensible, rara vez va más allá de presentar un complemento afiatado a las extensas y hondas consideraciones del presidente Xi Jinping.

La búsqueda rindió sus frutos. Lo cual permite correr el velo de seda y asomarse al Wang Yi que además de seguir el lineamiento gubernamental, participa de su diseño. Sin corcoveos ni distancias, claro, pero sí con una hondura singular, que habla a las claras del razonamiento estatal de la potencia.

Nacido en Beijing, el 19 de octubre de 1953, Wang Yi concretó la base de su formación en la Universidad de Estudios Internacionales de su ciudad natal. A lo largo de este artículo vamos a conocer, junto a sus conceptos, otros rasgos de su trayectoria.

Bueno, pero ¿qué dice este protagonista clave? Vamos de a poco, lector:

 

CARACTERÍSTICAS CHINAS. “En todo el mundo, la evolución de cambios sin precedentes se aceleró debido a la pandemia que no se había visto en un siglo. Fuimos testigos de los disturbios en el Capitolio de Estados Unidos, el Momento de Kabul, el nacionalismo de las vacunas, el resurgimiento de la mentalidad de la Guerra Fría y muchos otros factores. El mundo está entrando en un período de turbulencia y transformación a un ritmo más rápido”. Cómo se sitúa China en ese marco: “Bajo el fuerte liderazgo del Comité Central del Partido Comunista Chino con el Camarada Xi Jinping en su núcleo, hemos completado la construcción de una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos. En el frente diplomático, sacamos fuerza de los 100 años de logros del PCCh, avanzamos a través de competencias y desafíos con coraje y determinación, escribiendo un nuevo capítulo en la diplomacia con características chinas”.

La idea básica de su gestión como canciller fue la de “intensificar la comunicación estratégica con líderes extranjeros para generar consenso y promover la cooperación en todo el mundo, elaborando así el gran plan y formando una fuerte sinergia para construir una Comunidad con un Futuro Compartido para la humanidad”. Por eso se logró afirmar una prioridad, “la cooperación mutuamente beneficiosa con los países en desarrollo de Asia, África, América latina y el Caribe”. La intención de China es “construir una red de asociación global más completa y sólida”. Pero su país entendió que también deben estar incluidas “las empresas”, para lo cual se dispuso “un entorno más favorable a las empresas y una mayor apertura institucional”. Por eso Xi Jinping presentó, dos años atrás, la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG), con miras a construir una sinergia global para acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de modo que ningún país o individuo se quede atrás”.

Según Wang Yi, es preciso plasmar esa cooperación en base a “la justicia en la diplomacia multilateral”. Por eso “alzamos la bandera del multilateralismo, hemos defendido los valores comunes de la humanidad y hemos defendido el sistema internacional con la ONU en su centro y el orden internacional sustentado por el derecho internacional” y a partir de allí, su país impulsa “la configuración de un esquema de acuerdos sobre el clima, el medio ambiente, la salud, el desarrollo digital y las nuevas tecnologías”. Resulta necesaria, dice, “la construcción de una comunidad de vida para el hombre y la naturaleza, y una comunidad de toda la vida en la Tierra, ofreciendo las soluciones y la vitalidad que posee China”. Para eso, “el sistema de gobernanza mundial debe ser reformado”.

Más adelante se transparenta el significado que atribuye al concepto de multilateralidad.

Para asomarse de tal modo al planeta, primero “hemos estado a la altura de nuestro compromiso diplomático con el pueblo. Hemos trabajado activamente para apoyar la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo. Nos hemos adherido a un enfoque centrado en las personas, hemos creado un sistema de protección de los intereses de las personas, de alerta y prevención de riesgos, y una progresiva mejoría en el nivel de vida de la población”. Eso resulta posible, si se “mantiene el liderazgo del Partido, su dirección centralizada y unificada”. Lo cual relaciona la acción interior con la internacional: “El liderazgo del PCCh es la mayor fuerza política de la diplomacia china. Poner a la gente en primer lugar es la fuente de fuerza de la diplomacia de China. Solo cuando fundamentamos los esfuerzos diplomáticos en el servicio al pueblo, podemos resistir todas las pruebas y seguir adelante. Nosotros, en el servicio diplomático, siempre ponemos a la gente al frente y al centro”.

 

 

CUESTIÓN INTERNACIONAL, CUESTIÓN SOCIAL. Wang Yi ocupó varios destinos en el Ministerio de Relaciones Exteriores; empezó su tránsito  en la Sección asiática. En septiembre de 1989, fue enviado a la Embajada china en Japón, donde permaneció durante cinco años. Cuando regresó a China en marzo de 1994, fue ubicado al frente de la Sección Asia de la cartera. Como le vieron condiciones, lo mandaron a seguir estudiando: desde 1997 hasta febrero de 1998, Wang fue becario visitante en el Instituto de Relaciones Exteriores de la Universidad de Georgetown en Washington. No sin práctica continua: enseguida fue promovido a director de la oficina de investigación política. Y más formación, todavía, pues en 1999, estudió relaciones internacionales en la Universidad de Asuntos Exteriores de China. En febrero del año 2001, Wang fue promovido al cargo de Viceministro de Asuntos Exteriores, encargado de Asia (el más joven funcionario). En 2004, fue nombrado embajador en Japón, gestión compleja que culminó en 2007. En 2008 resultó designado Director de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado de la República Popular China.

Las profundidades de la política internacional no deterioraron su énfasis en la cuestión social, a la que presenta como eje: “Defendemos los intereses del pueblo chino y seguimos activamente el principio de la diplomacia centrada en las personas. Mantener una visión global es la aspiración original de la diplomacia china. Mientras busca la felicidad del pueblo chino y el rejuvenecimiento de la nación, el PCCh también se compromete a promover el progreso humano y la armonía mundial. Esta ha sido la aspiración y misión del Partido desde el día de su fundación. Teniendo en cuenta los imperativos tanto nacionales como internacionales, en el servicio diplomático continuaremos trabajando con otros países para fomentar una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”.

Y ratifica: “Mantenerse independiente es una excelente tradición de la diplomacia china”. Más claro: “sea cual fuere la evolución de la situación internacional, seguiremos firmemente una política exterior de paz independiente y nos mantendremos en la senda del desarrollo pacífico. Mientras tanto, apoyaremos firmemente a todos los países, especialmente a los países en desarrollo, en la defensa de su soberanía e independencia y en la exploración de la vía de desarrollo adecuada a sus propias condiciones nacionales”.

Todo esto tiene un sentido que podría denominarse aprendizaje histórico. “Defendernos a nosotros mismos es un carácter distintivo de la diplomacia de China. La diplomacia de China se ha fortalecido en la lucha contra la invasión, el bloqueo, la sanción y la intervención. Representa el espíritu inquebrantable y tenaz de la nación y mantiene una excelente tradición de salvaguardar los intereses nacionales y defender la equidad y la justicia. Es preciso realizar un nuevo viaje hacia el rejuvenecimiento nacional, oponiéndonos firmemente a todas las prácticas hegemónicas y de intimidación”.

 

 

VERDADERO Y FALSO. Estas palabras de Wang Yi fueron publicadas en Xinhua, la agencia de noticias estatal. Fue una de las pocas veces, quizás la única, que aceptó una conversación extensa sobre la panorámica de la política exterior de su país. Durante la misma, expresó convicciones que sugieren vamos por la paz, pero todo tiene su límite. “Algunos elementos en el mundo todavía se consideran superiores y siempre quieren imponer su propia voluntad a los demás. Eliminan reglas y utilizan los derechos humanos, la democracia y otras excusas altisonantes para difamar y contener a China y muchos otros países en desarrollo. No debemos ceder ni dar marcha atrás. En cambio, debemos enfrentarlos de frente y unirnos con la mayoría de los países para defender la equidad y la justicia y hacer lo correcto por la humanidad”.

Al toque, presentó una interesante variación. “El problema no es el multilateralismo. La cuestión es diferenciar entre multilateralismo verdadero y falso”. Sucede que ciertos países, “mientras corean consignas sobre el multilateralismo en la retórica, están construyendo bloques exclusivos en acción. Están intentando devolver al mundo a la confrontación de la Guerra Fría. En respuesta, China ha señalado inequívocamente que los países deben defender y practicar un verdadero multilateralismo. Hemos hecho hincapié en que existe un solo sistema internacional en el mundo, es decir, el sistema internacional con la ONU en su centro. Los países deben defender resueltamente la autoridad y la posición de la ONU, oponerse conjuntamente a la división y la confrontación, permanecer unidos contra los juegos de suma cero y hacer esfuerzos constantes por una mayor democracia en las relaciones internacionales. Esta posición ha sido reconocida y respaldada por la mayoría de los países del mundo”.

De allí que, a su entender, existen “reglas verdaderas y reglas falsas”. Señala Wang que hay “un pequeño número de países que argumentan un “orden basado en reglas”, pero se niegan a aceptar que las reglas se basen en el derecho internacional comúnmente reconocido. Lo que realmente quieren es imponer las “reglas de las pandillas” por ellos y sus aliados en todos los demás países. En respuesta, China indica que solo hay un conjunto de reglas en el mundo, es decir, las normas básicas de las relaciones internacionales respaldadas por la Carta de la ONU”.

A medida que evoluciona la exposición, se aclaran sentidos y responsabilidades. “Lo que está al descubierto es la intención de algunos países de practicar la hegemonía con el pretexto de las reglas. Por eso también hay “derechos humanos verdaderos y derechos humanos falsos”. En concreto, “los Estados Unidos y algunos de sus aliados, a pesar de todos sus propios problemas de derechos humanos, han buscado durante mucho tiempo utilizar ese tema como una herramienta para inmiscuirse en los asuntos internos de otros países y atacar y difamar con acusaciones infundadas” ¿Qué puede hacer China frente a eso? “Es necesario rechazar las acusaciones falsas y dejar que el mundo vea la hipocresía de los autodenominados campeones de los derechos humanos. La justicia está en el corazón de la gente. Los pueblos manifiestan su fuerte oposición a la injerencia en los asuntos internos bajo el pretexto de los derechos humanos”.

Wang siguió a fondo con la propaganda occidental. “Los Estados Unidos han fabricado la falsa narrativa de “democracia contra autoritarismo”. En respuesta, China ha defendido firmemente los valores comunes de la humanidad. Es que también hay verdaderas democracias y falsas democracias”. Filo, contrafilo y punta: “El estado de la democracia en los Estados Unidos, alienta discusiones sobre los estándares y prácticas de la democracia. Nuestros esfuerzos han puesto al descubierto las contradicciones y la escasez de la democracia estadounidense, y la comunidad internacional ha cuestionado ampliamente las intenciones norteamericanas. La democracia es un valor común de la humanidad, sobre el que ningún país tiene derecho a sermonear a otros. En última instancia, depende de la gente de un país decir si su democracia es verdadera y efectiva”.

 

 

CHINA, RUSIA, SEGURIDAD. Nuestro pensador fue designado, el 16 de marzo de 2013, como Ministro de Asuntos Exteriores Ocupó este puesto hasta el 30 de diciembre de 2022, cuando fue sustituido por Qin Gang  y asignado al puesto de Director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partido Comunista. Así, Wang Yi se convirtió en el principal asesor de política exterior del Partido Comunista de China y en el encargado de las relaciones con espacios mundiales allegados al Dragón. Por eso, vamos a los bifes.

“China y Rusia –considera Wang– son países importantes con influencia global. Su coordinación estratégica y cooperación práctica tiene un significado global y juega un papel insustituible. Ya son más de dos décadas de vigencia del Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa entre China y Rusia. El presidente Xi Jinping y el presidente Vladimir Putin anunciaron oficialmente la renovación del Tratado y lo hicieron más relevante en la nueva era. Los dos presidentes se han mantenido en estrecha comunicación estratégica. Guiadas por ellos, las relaciones entre China y Rusia se han vuelto más maduras, estables, resistentes y vibrantes”.

Hay ejemplos previos a la guerra en Ucrania. “En respuesta a la pandemia, China y Rusia han sido un buen ejemplo para el mundo. Con solidaridad y asistencia mutua, los dos países han sido pioneros en la investigación, el desarrollo, la producción y la distribución global de vacunas, y se opusieron conjuntamente a la estigmatización y politización de los problemas relacionados con el coronavirus y su rastreo de orígenes, mostrando a otros miembros de la comunidad internacional que la solidaridad es la forma correcta de actuar” En cuanto a la economía, “su cooperación en todas las dimensiones se desarrolló. El comercio bilateral, los grandes proyectos estratégicos siguen en marcha y la cooperación en materia de innovación científica y tecnológica avanza rápidamente. Esto no solo ha mejorado el bienestar de los dos países y pueblos, sino que también ha creado nuevas oportunidades para la recuperación económica mundial”.

Como el lector de esta secuencia ya sabe, la seguridad es clave. “En cuanto a la estabilidad regional, China y Rusia han proporcionado una salvaguardia sólida. Los dos países han mantenido una coordinación estratégica de alto nivel, han promovido un papel constructivo de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y los BRICS y han fortalecido la coordinación estratégica en cuestiones relacionadas con los puntos críticos. Estos esfuerzos son el pilar fundamental de la estabilidad y la solidaridad regionales entre los países en desarrollo”. Por eso “nos opusimos a la injerencia en los asuntos internos de otros países, las sanciones unilaterales y la jurisdicción de brazo largo”. Wang está convencido que “el hegemonismo no ganará”.

El estratega fue el encargado de presentar el Plan de Paz chino sobre Ucrania a Vladimir Putin. La potencia asiática instó a ambos países a reanudar las negociaciones de paz lo antes posible y advirtió que las armas nucleares no deben usarse en este conflicto. Tras la reunión con el jefe de Estado de la Federación, Wang expresó que “todas las partes deben respaldar a Rusia y Ucrania para trabajar en la misma dirección y reanudar el diálogo directo lo más rápido posible”. En el documento se destaca que “Las armas nucleares no deben usarse y las guerras nucleares nunca deben lucharse. Hay que oponerse a la amenaza o el uso de armas nucleares”. Asimismo, el texto hace énfasis en el deber de proteger a los civiles: “Las partes en conflicto deben respetar estrictamente el derecho humanitario internacional y evitar atacar civiles o instalaciones civiles”.

Los Estados Unidos condenaron inmediatamente el documento a través de Jack Sullivan, l asesor de seguridad nacional del presidente Joseph Biden, quien defendió que la guerra “podría terminar mañana si Rusia deja de atacar Ucrania y retira sus fuerzas”. Las palabras de Sullivan dejaron claro que la guerra no es un dilema para el espacio financiero que comanda la OTAN.

CHINA, ESTADOS UNIDOS. Cabe adentrarse en el vínculo entre China y los Estados Unidos. Al decir de Wang Yi, esta relación “ha experimentado algunos cambios en comparación con el pasado, dado que China está decidida a defender sus derechos y rechazar el hegemonismo y la parte estadounidense se ha dado cuenta de que China no hará ninguna concesión bajo la amenaza de la máxima presión, y que tales prácticas en última instancia dañarán los intereses estadounidenses. Hemos visto declaraciones del líder estadounidense y algunos altos funcionarios de que Estados Unidos no busca una nueva Guerra Fría, no busca cambiar el sistema de China, no apoya la independencia de Taiwán”. Peroen los hechos, apunta, Estados Unidos “continúa provocando problemas en temas relacionados con la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China, causando daños y perjuicios a las relaciones bilaterales. Este es un caso típico de decir una cosa y hacer otra. Esto ha dejado dudas sobre su credibilidad”.

Ahí, apela a tradiciones confucianas que la visión maoísta no ha eliminado. “Según la antigua sabiduría china, una persona sin credibilidad difícilmente podría establecerse en la sociedad. Y esto es aún más cierto para las relaciones entre países. Si la parte estadounidense espera preservar un nivel de credibilidad para sí misma en el mundo, debe igualar sus compromisos con acciones reales y concretas para ganarse la confianza del pueblo chino y de la comunidad internacional”. Por eso “el presidente Xi Jinping ha presentado los tres principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de beneficio mutuo. Estos tres principios resumen la experiencia y las lecciones de las interacciones de medio siglo entre los dos países. Representan el camino correcto a seguir para restaurar un crecimiento sólido y estable de las relaciones entre China y los Estados Unidos. Que eso se convierta en una realidad depende de si la parte estadounidense puede comprender verdadera y completamente tres cosas”.

Al puntualizarlas, retoma la idea de inevitabilidad del proceso histórico. Explica Wang: “En primer lugar, el desarrollo y la revitalización de China es un derecho legítimo de un país soberano y, lo que es más importante, una tendencia inevitable que nadie puede cambiar ni detener. Por lo tanto, sería mejor mantenerse al tanto de esta tendencia general en lugar de ir en su contra. Si los Estados Unidos abandona su obsesión por reprimir y contener a China, las relaciones entre los dos países pueden volver al camino correcto y desarrollarse de manera constante”.

Luego, Wang intentó despejar suspicacias: “En segundo lugar, no importa cuán desarrollada se vuelva China, nunca tomará el viejo camino de algunos países occidentales para buscar la hegemonía global, y no tiene ningún deseo de cambiar, reemplazar o amenazar a otros. MientrasEstados Unidos vea a China como un socio en lugar de un adversario o enemigo, los dos países podrían beneficiarse mutuamente y prosperar juntos”. Y en tercer lugar, “el sistema social y el camino del desarrollo de China representan la opción decidida y la voluntad colectiva de los 1.400 millones de chinos. Respetamos el sistema y el camino de Estados Unidos, pero nunca permitiremos ningún intento de difamar o sabotear el sistema y el camino que hemos elegido”.

En el pensamiento del diplomático, el futuro depende en buena medida de la capacidad de adaptación de los estadounidenses, lo cual implica “abandonar la obsesión por el enfrentamiento ideológico”.

 

 

CHINA, EUROPA. ¿Contra quién se ha lanzado la OTAN? El lector ha sido informado en esta secuencia acerca de uno de los ejes que disparó el avance sobre el Este. Europa se estaba adentrando en la Multipolaridad a través de China, como había anticipado Charles De Gaulle. En diciembre de 2020 este periodista informó sobre el acuerdo menos previsto, el acuerdo más pensado. Wang recuerda: “Ese año se lograron avances en muchas áreas de las relaciones entre China y Europa. El presidente Xi Jinping realizó dos video-conferencias cumbres con líderes franceses y alemanes. El primer ministro Li Keqiang también se comprometió ampliamente con los líderes europeos y la comunidad empresarial. La cooperación económica y comercial entre las dos partes disfrutó de un crecimiento”.

Por entonces, se aguardaba que “el volumen comercial durante 2021 aumentara en un 30 por ciento con respecto al año anterior y superara los 800.000 millones de dólares estadounidenses. Había entrado en vigor el acuerdo China-Unión Europea (UE). Se habían lanzado oficialmente diálogos de alto nivel sobre medio ambiente y clima y en el ámbito digital. El número de servicios de carga del China-Europe Railway Express registró un nuevo récord. Se habían logrado avances en proyectos emblemáticos de la Franja y la Ruta, como el puerto del Pireo y el ferrocarril Budapest-Belgrado”.

Es más. “Las dos partes compartían un amplio consenso sobre temas como la defensa del multilateralismo y la mejora de la gobernanza global, y resultados positivos en la lucha contra el cambio climático y la respuesta conjunta al Covid-19” Enseguida, resurgió el atlantismo de los Estados Unidos: “Notamos que la política europea hacia China pareció sufrir una ‘disonancia cognitiva’. Es difícil comprender que, por un lado, Europa busque construir una asociación estratégica integral con China y, por otro, la define  como ‘un rival sistémico’.

Sigue Wang Yi: «Esta lógica no solo ha socavado las relaciones entre China y Europa, sino que también ha traído confusión a los propios amigos europeos. La diferencia de sistemas no significa que China y Europa tengan que ser rivales. Las dos partes bien podrían respetarse, aprender y complementarse”.

Wang, que conoce los intereses que laten detrás del viraje, se empeña en fundamentar las intenciones de su país. “El Acuerdo Integral de Inversiones China-UE, se trataba de un acuerdo económico y comercial con el nivel más alto de apertura y el umbral de acceso al mercado más bajo para China. Era bueno para China e incluso mejor para Europa. Los obstáculos al acuerdo son obstáculos para el propio desarrollo y dañarán los intereses a largo plazo de los ciudadanos europeos”.

Así están las cosas.

 

CHINA EN ASIA. Ahora bien, una de las especialidades de Wang es Asia, la casa grande del coloso. Ahí, la orquesta suena más afinada. “China ha fortalecido y mejorado sus relaciones con la ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental). Las dos partes se han mantenido juntas en la lucha contra COVID-19. La Asociación Económica Integral Regional (RCEP) está en vigor. China y la ASEAN han intensificado la cooperación en la economía digital, la economía azul y la economía verde. La conectividad se ha acelerado en todos los ámbitos y el ferrocarril China-Laos ha comenzado a funcionar con éxito. La cuestión del Mar de China Meridional se ha gestionado eficazmente en el marco de la Declaración sobre la conducta de las partes en el Mar de China Meridional, y la libertad de navegación y sobrevuelo se ha protegido de conformidad con la ley. En cuestiones de puntos críticos como Afganistán y Myanmar, China se ha mantenido en estrecha coordinación con los países de la región para salvaguardar conjuntamente la estabilidad en esta parte del mundo. Asia sigue siendo una región con la mayor vitalidad y potencial de desarrollo. Esto no ha sido fácil. Es el resultado de años de arduo trabajo solidario de China y los países de la región, y merece ser apreciado”.

LA MADRE DEL BORREGO. Llegados a este punto, se registran nuevos desafíos. Al entender de Wang, existen dos tendencias divergentes: Una es la búsqueda conjunta del desarrollo y la prosperidad mediante la confianza y la cooperación mutuas; la otra es crear división y confrontación mediante la “construcción de muros” y el “desacoplamiento”. Por eso “es importante que los países asiáticos se mantengan claros, firmes en sus posiciones y tomen la decisión correcta que sirva a sus intereses fundamentales a largo plazo. No debemos permitir que ningún país fuera de esta región avive la confrontación de bloques y empuje a Asia hacia una nueva Guerra Fría; no debemos permitir que ningún país fuera de esta región socave la estructura de cooperación regional existente y el proceso de integración y los reemplace por uno de su propio diseño; no debemos permitir que ningún país fuera de esta región provoque una carrera de armamentos en la región o incluso la proliferación de armas nucleares y amenace la seguridad y la estabilidad en Asia”.

Claramente, se refiere al intento anglosajón de construir una OTAN para el Pacífico.

 

OTROS, VARIOS FRENTES:Presentamos cuatro propuestas para construir una  comunidad China-África con un futuro compartido en la nueva era y nueve programas de  cooperación con ese continente. Todo esto marcó un nuevo hito en la historia de las relaciones China-África.

Mientras tanto, las relaciones de China con otros miembros del mundo en desarrollo, incluidos los países de América latina y el Caribe, los países árabes y los países insulares del Pacífico, han logrado importantes avances durante el año, con resultados fructíferos en diversas áreas de cooperación”. Como base, considera importante dejar claro que “China es un miembro incondicional del mundo en desarrollo. Independientemente de cómo evolucione la situación internacional, China apoyará inquebrantablemente al mundo en desarrollo y profundizará la cooperación mutuamente beneficiosa con otros países en desarrollo”.

En concreto: “El voto de China en las Naciones Unidas pertenece al mundo en desarrollo. De cara al futuro, nos centraremos en las siguientes prioridades: respetar el principio de beneficio mutuo para desarrollar conjuntamente un motor de desarrollo, perseguir el bien mayor y los intereses compartidos, promover la coordinación estratégica, aumentar el comercio y la inversión y expandir la cooperación práctica para ayudar a otros países a mejorar la capacidad de desarrollo sostenible y autogenerado. Defender el principio de sinceridad, resultados reales, amistad y buena fe para construir juntos un puente para la amistad. Fortalecer los intercambios y el aprendizaje mutuo en los campos de partidos políticos, la reducción de la pobreza, y el desarrollo de servicios médicos y de salud”.

MOMENTOS CRÍTICOS. Luego, evalúa momentos críticos que deben servir de enseñanza global. En 2021, el mundo entero fue testigo del Momento de Kabul, cuando las fuerzas estadounidenses abandonaron Afganistán a toda prisa. Esta retirada irresponsable ha provocado una grave crisis humanitaria para el pueblo afgano y enormes desafíos de seguridad para la estabilidad regional. Las escenas de caos e incluso de brutalidad impactante en el aeropuerto de Kabul permanecerán en la memoria de la humanidad para siempre como una marca histórica del fracaso de la llamada ´transformación democrática´”.

Al enfrentar los cambios repentinos en Afganistán, China no se quedó sentada, sino que extendió una mano amiga”. De qué modo. “Inmediatamente ofrecimos al pueblo afgano con asistencia humanitaria de emergencia, vacunas, alimentos y suministros para el invierno. El pueblo afgano ha sufrido años de guerra y agitación y no debería tener que soportar más estragos. China facilitó la coordinación internacional para una transición estable. Estos esfuerzos han sido bienvenidos y elogiados por todo Afganistán. Hoy, Afganistán todavía enfrenta serios desafíos en la economía, los medios de vida de las personas, la seguridad y la gobernanza. China continuará aplicando la política de amistad hacia todo el pueblo afgano. Lo apoyamos para construir un gobierno inclusivo, poner fin a las turbulencias, restaurar la estabilidad y reconstruir el país”.

 

 

LAS RESPONSABILIDADES. Wang retoma la cuestión central: “Quiero hacer hincapié en que los principales países tienen responsabilidades especiales e importantes para la paz y la estabilidad mundiales. Al manejar los problemas de los puntos críticos, los grandes países deben defender la justicia, no buscar intereses egoístas; promover la paz, no abusar del uso de la fuerza; fomentar el diálogo, no recurrir a sanciones deliberadas; y respetar las opiniones de los interesados, no imponerse por su peso”. Obvio que la tragedia afgana, aunque importante, no es el eje.

De allí, Wang evoluciona hacia uno de los centros más ardientes del presente internacional: “Hemos trabajado duro para promover la paz y la estabilidad en Medio Oriente, con miras a alentar a los países de la región a escapar de la rivalidad geopolítica entre las grandes potencias y lograr el auto-fortalecimiento a través de la unidad. Hemos alentado la implementación de la solución de dos estados para facilitar un arreglo justo de la cuestión palestina. Hemos empezado a resolver la cuestión siria y apoyamos a Siria para acelerar la reconciliación y la reconstrucción, así como para regresar a la familia árabe (N. del E.; es decir, el regreso a la Liga Árabe, lo que ya se ha conseguido gracias a la presión de China sobre Arabia Saudita y otros regímenes reaccionarios)- 

Mientras “seguimos comprometidos con la paz y la estabilidad en la península de Corea y hemos trabajado para lograr avances sincronizados en el establecimiento de un mecanismo de paz permanente y la desnuclearización de la península.

«Lo que ha sucedido –sigue Wang– demuestra que la creciente fuerza de China aumenta la fuerza por la paz y el aumento de la influencia de China aporta factores más constructivos. China seguirá trabajando con el resto del mundo, desempeñará el papel que le corresponde y hará una mayor contribución a la paz internacional y regional”

¿Cómo sigue esta película? “El concepto más central de nuestra política exterior es poner a las personas al frente y al centro. Su objetivo más importante es superar los desafíos planteados por la pandemia y acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU. El objetivo fundamental es satisfacer las aspiraciones de las personas de todo el mundo a una vida mejor y realizar los valores comunes de la humanidad. A través de la plataforma de la ONU y los canales multilaterales y bilaterales, sinergizaremos aún más las estrategias de cooperación con otras partes y promoveremos la colaboración entre los procesos de desarrollo de varios países, regiones y mecanismos. Profundizaremos la cooperación práctica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU a tiempo”.

Para entender esa mirada hacia adelante, es preciso evaluar objetivamente lo sucedido: “Hace cincuenta años, se restauró la sede legal de la República Popular China en las Naciones Unidas. Fue una victoria que pertenece no solo al pueblo chino, sino también a todas las fuerzas por la paz y la justicia en el mundo. Cincuenta años después, como el país en desarrollo más grande del mundo y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China está desempeñando un papel cada vez más importante en la salvaguardia de la paz mundial y haciendo cada vez más contribuciones al progreso humano”.

Esto ha sido posible, señala, porque “hemos seguido un camino de desarrollo pacífico. China nunca ha librado una sola guerra (N. del E.: aquí Wang se olvida de la breve guerra chino-vietnamita de 1979) y siempre está comprometida con la solución política de los problemas de los puntos críticos. China ha contribuido con más efectivos de mantenimiento de la paz que cualquier otro miembro permanente del Consejo de Seguridad y se ha convertido en el segundo mayor contribuyente financiero de las Naciones Unidas y las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Hemos defendido la equidad y la justicia internacionales”.

Desde allí, insiste en la institucionalidad. En la admisión de normas que su país no redactó y están siendo vulneradas por sus propios realizadores. “China ha defendido las normas básicas de las relaciones internacionales basadas en la Carta de la ONU, ha defendido los derechos de las personas de diferentes países a elegir sus vías de desarrollo y sistemas políticos de acuerdo con sus respectivas condiciones nacionales, y nunca ha dudado en defender a otros países en desarrollo. Hemos implementado una estrategia de apertura en la que todos ganan”. Esto, en contraste con la acción de otros protagonistas. “Ciertos países, que utilizan el multilateralismo como tapadera, en realidad están adoptando medidas unilaterales. Los miembros de la comunidad internacional deben denunciar conjuntamente el falso multilateralismo en diversas formas, defender de manera inequívoca el orden internacional sustentado por el derecho internacional y realizar esfuerzos inquebrantables para promover una mayor democracia en las relaciones.

 

 

LO QUE VIENE. Taiwán y el derecho a la integridad territorial es trascendente para el Dragón. Ahí, adopta una actitud terminante. “Los Estados Unidos son los responsables de las tensiones actuales en el Estrecho de Taiwán. Han  retrocedido en su compromiso contraído cuando estableció relaciones diplomáticas con China, instigaron a las fuerzas de la “independencia de Taiwán” y trataron  de distorsionar y vaciar el principio de una sola China. Esto pondrá a Taiwán en una situación extremadamente precaria y traerá un costo insoportable para los propios Estados Unidos. La reunificación de China es una tendencia imparable. Los intentos de buscar la “independencia de Taiwán” terminarán inevitablemente en un fracaso. No hay otra salida para Taiwán que la reunificación con el continente. Ésta es una tendencia inexorable de la historia y el único resultado práctico y lógico”.

Sin embargo, faltan algunas precisiones sobre “cómo sigue la película”. A ver. “Promoveremos la cooperación de la Franja y la Ruta de alta calidad y salvaguardaremos el funcionamiento estable y fluido de las cadenas industriales y de suministro mundiales. Participaremos activamente en la gobernanza climática global y daremos un mayor ímpetu al esfuerzo interno de China para promover la transición y el desarrollo ecológicos y con bajas emisiones de carbono. Implementaremos más la Asociación Económica Integral Regional y trabajaremos para promover el enlace de China con las naciones del Pacífico. Facilitaremos los acuerdos de libre comercio en el Golfo, aceleraremos las negociaciones de libre comercio entre China, Japón y la República de Corea (del Sur) y exploraremos formas de promover la liberalización y la facilitación del comercio y las inversiones con Europa, África, América latina y el Caribe. Y, no deja de apuntar, “serviremos al pueblo de todo corazón mediante el trabajo diplomático”.

 

Si en otras ocasiones recorrimos el pensar de Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski, Felwine Sarr, Benjamín Bratton, Michael Hudson, Juan Domingo Perón, Alberto Methol Ferré entre otros, este abordaje de la elaboración de Wang Yi contribuye a completar parcialmente el panorama conceptual del sendero multipolar.

Salta a la vista que en el personaje considerado, así como en todos los casos de quienes ejercen funciones de Estado, resulta adecuado efectuar una sutil limpieza de lo que pueda evaluarse promoción de la gestión para arribar al nudo de la filosofía expuesta. La expresión, en este punto, resulta adecuada. Es que a través de las vicisitudes de la política internacional lo que en verdad se debate es  el sentido de la humanidad.

Al aproximarse a la mirada que cada estratega propone, aunque la misma se encuentre enfocada sobre asuntos flamígeros de cada intenso presente, en su trasfondo tiende a recuperar las grandes preguntas que se ha formulado la especie dominante del planeta y ofrece respuestas que configuran un sistema de ideas. Lo que atrapa es que ese ordenamiento cuenta con base material de sustentación y deriva en acciones muy concretas que definen el decurso de casi ocho mil millones de personas.

Es demasiado ostensible que una de las contradicciones esenciales que plantea Wang es la de Cooperación o Competencia. Pero hay más. Preparamos el mate y dejamos andar el pensamiento.

Ha señalado Confucio que aprender sin reflexionar es malgastar energías.

Estamos atisbando lo que seremos.

POSDATA, esta es un nota del mismo autor, del pasado 26 de julio:

Wang Yi, Vuelve

El Parlamento de China anunció este martes que Wang Yi retomó su función al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Se trata de uno de los principales referentes del posicionamiento de ese país ante el mundo, como explicamos en un material específico de nuestras Fuentes Seguras.

Wang reemplaza en el cargo a Qin Gang, quien fue visto en público por última vez a finales de junio. Hay dos versiones básicas acerca de su situación: la más difundida apunta que padece problemas de salud, mientras que con sordina algunos medios indican la existencia de un vínculo afectivo con una reconocida periodista que derivó en una situación impropia para un canciller.

Sin embargo, los medios occidentales están haciendo en estos momentos su apuesta para impactar en la zona que más molesta al coloso asiático: hablan de peleas internas y de lo “impredecible” e “inestable” que se habría vuelto la política exterior del Dragón. Aunque la aseveración carece de asidero, lo cierto es que el silencio oficial –tradicional en los asuntos públicos de ese país– brinda la posibilidad de desplegar hipótesis.

(N.del E.: La más difundida es que Quin Gang se mostró demasiado favorable a conciliar con la administración Biden).

Wang se desempeñó como canciller del gigante durante la última década y en octubre, fue ascendido al politburó del Partido Comunista Chino. Es considerado uno de los pensadores más potentes del tramo en curso. Qin, a su vez, había ejercido como el undécimo embajador de la República Popular China en los Estados Unidos por un periodo de 17 meses.

El 11 de julio el Ministerio citado indicó que Qin Gang, por motivos de salud, no podría asistir a la reunión de cancilleres de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), que se llevó a cabo en Yakarta. Fue en cambio Wang Yi quien viajó a Indonesia. Entre otras actividades, este funcionario efectuó allí intensas reuniones bilaterales destinadas a desmontar la pretensión norteña de construir “una OTAN para el Pacífico”.

Desde entonces, la cartera de Asuntos Exteriores de China no ha proporcionado ninguna información adicional sobre el paradero y el estado de salud de Qin Gang. Como dato de interés, cabe indicar que en la agencia estatal Xinhua, Wang Yi volvió a ocupar un lugar destacado, opinando sobre el Sur global. Asimismo, los medios rusos sinceraron su desconocimiento sobre los motivos de la modificación institucional.

El nuevo aunque histórico canciller es uno de los arquitectos del actual diseño chino en la materia. De su tarea junto al presidente Xi Jinping surgió la Iniciativa de Desarrollo Global, un verdadero desafío a los rumbos atlantistas. Entre otras cosas, Wang Yi ha señalado la necesidad de “intensificar la comunicación estratégica con líderes extranjeros para generar consenso y promover la cooperación en todo el mundo, elaborando así el gran plan y formando una fuerte sinergia para construir una Comunidad con un Futuro Compartido para la humanidad”.

Esta es una buena instancia para zambullirse en su mirada y absorber, sea cual fuera la posición del lector, el sentido filosófico profundo de la potencia que preocupa a las corporaciones financieras y a los Estados por ellas orientados. Aquí está el texto elaborado en esa dirección.

*Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

Ilustraciones. Puestas Xu Bing. Pinturas Sun Xun.

FUENTES SEGURAS. REUNIONES

Henry Kissinger y Xi Jinping. Rusia y Africa. El diagnóstico de Hudson

 

El inesperado encuentro de Henry Kissinger con Xi Jinping. Las razones más hondas del intercambio. El diagnóstico de Michael Hudson sobre el presente. La Cumbre Rusia – Africa, los acuerdos y el sentido de la palabra aislamiento. Pensar, o seguir la corriente.

 

Dedicado a Wim Dierckxsens

POR GABRIEL FERNÁNDEZ

Se ha dicho que la sabiduría consiste en tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista. Y que lo peor es tener miedo. También, que el pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado. Es probable que de la combinación de esas ideas, surja un vector potente. Es posible, además, que contribuya a entender –al menos parcialmente– el período de transformaciones que estamos viviendo.

El panorama internacional evidencia que las corporaciones financieras están poniendo toda la carne al asador. Vienen forzando la marcha al punto de comer las entrañas de los territorios que las contienen y las ayudan en su intento. Como su acción está muy direccionada, los tiempos venideros dependerán de las reacciones estatales que las circunscriban y las reorienten al punto de quebrar el esquema parasitario y pasar a comandar el manejo del dinero según las necesidades humanas.

KISSINGER Y XI JINPING. Mientras las potencias emergentes apuesten a la producción de riquezas materiales resultará imprescindible que establezcan un modelo financiero que brinde sentido y proporción a los bienes primarios, a la industria, al comercio y especialmente a la elaboración de tecnologías ultra desarrolladas. En manos de la institución política por excelencia, relacionada con la base geoeconómica de cada región y asociada con equivalentes, está el imponer rumbo a la actividad planetaria.

Los intentos son visibles, pero la pulseada en movimiento está lejos de ofrecer un resultado nítido. Quizás en un par de décadas estas preocupaciones se hayan disipado; de hecho una parte del futuro depende de la capacidad que la especie construya para trasponer las puertas del tiempo. Pues el futuro puede existir, o no. Eso es lo apasionante del tramo en curso. Como en los grandes partidos de fútbol, todos concurren sin conocer el marcador final, a sabiendas de estar protagonizando un suceso que definirá si juegan en primera o se hunden en el descenso, un tobogán hacia la prehistoria.

Estos factores determinaron la inesperada visita a China del estratega norteamericano Henry Kissinger y su diálogo cara a cara con el presidente Xi Jinping. Ahí está uno de los elementos de enlace entre las fuerzas del ayer –poderosas aún, tanáticas siempre– y las del mañana –delineadas en modo raft, con demasiadas aristas difusas, en la Iniciativa de Desarrollo Global–. Es que mientras al líder asiático lo escuchan con atención los multipolares, el centenario pensador y asesino sostiene un fatigoso intercambio con Davos y todo lo que representa. Incluida la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y las autoridades de los estados desterritorializados.

El interrogante es si ambos pueden influir en las cúspides extremas de cada espacio, tomando en cuenta la variedad de intereses y tácticas que se observan entre los mismos aliados. En ese nivel nadie se cuadra y así como el jefe oriental no puede garantizar cada movimiento de la Federación de Rusia ni de los BRICS, el norteamericano nacido en Fürth, Alemania, debe tener serias dificultades para entablar conversación con los difuminados referentes de un capital financiero cada vez más abstracto y alejado de las consideraciones propias de los organizadores políticos.

El encuentro, así como otros cónclaves desplegados en las semanas recientes, da cuenta de un proceso de cambios indetenible impulsado por la ecuación de la economía mundial –el lector de esta saga recuerda los indicadores que se cruzan hacia arriba y hacia abajo– pero también de la imbricación entre los dos bloques descomunales. En síntesis, el futuro inmediato ofrecerá un nuevo diseño de poder sin por ello dejar de ofrecer una puerta abierta para compañías concentradas que tensionarán con su poder de presión y de fuego para contar con un lugar en la nueva mesa de decisiones. El problema es que las lógicas contrastan y hasta ahora las temperamentales opciones rusas parecen más realistas que el confucianismo.

Cómo es esto.La humanidad necesita que la filosofía planteada en la Iniciativa de Desarrollo Global conduzca, como pretende el Dragón, a un mundo más equilibrado en base a la adecuación de los protagonistas.De allí los conceptos de objetividad y cooperación que inserta continuamente su emisor en cada foro. Sin embargo, la modalidad acumulativa absoluta del mando rentístico cercena el sendero –destruye la puerta–- y se muestra demasiado presta al todo o nada con la perenne amenaza de la agresión nuclear. Agujero negro –muerte- o guerra nuclear –muerte- son las opciones del capital financiero. Como se ve, Kissinger la tiene más difícil que Xi.

El encuentro se registró el jueves 20 de julio. Días después, el estratega Wang Yi volvió al control de la Cancillería.

Hace apenas horas, el pensador Michael Hudson difundió un trabajo con enorme cantidad de aciertos y apenas un puñado de deslices, que cabe considerar. Algunos puntos serán reconocidos por el seguidor de estas Fuentes.

 

 

LOS PLANES DE LA OTAN. Arranca con una descripción básica e innegable. La cumbre de julio de la OTAN en Vilna tuvo la sensación de un funeral, como si acabaran de perder a un miembro de la familia: Ucrania. Para aclarar el fracaso de la OTAN en expulsar a Rusia de Ucrania y mover la OTAN hasta la frontera rusa, sus miembros trataron de revivir sus espíritus movilizando apoyo para la próxima gran pelea: contra China, que ahora se designa como su último enemigo estratégico. Para prepararse para este enfrentamiento, la OTAN anunció el compromiso de extender su presencia militar hasta el Pacífico”.

Por si no se absorbe la gravedad de la aseveración, se indica que “El plan es separar a los aliados militares y socios comerciales de China, sobre todo Rusia, comenzando con la lucha en Ucrania. El presidente Biden ha dicho que esta guerra tendrá un alcance global y tomará muchas décadas a medida que se expande para finalmente aislar y dividir a China”.

A partir de allí, señala las dificultades que los señores del Apocalipsis deben afrontar en este tramo electrizante, dinámico. “Las sanciones impuestas por Estados Unidos contra el comercio con Rusia son un ensayo general para imponer sanciones similares contra China. Pero solo los aliados de la OTAN se han sumado a la lucha. Y en lugar de destrozar la economía de Rusia y ´convertir el rublo en escombros´ como predijo el presidente Biden, las sanciones de la OTAN la han hecho más autosuficiente, aumentando su balanza de pagos y sus reservas monetarias internacionales y, por lo tanto, el tipo de cambio del rublo”.

Completa que “Para colmo, a pesar del fracaso de las sanciones comerciales y financieras para dañar a Rusia y, de hecho, a pesar de los fracasos de la OTAN en Afganistán y Libia, los países de la OTAN se comprometieron a probar las mismas tácticas contra China. La economía mundial se dividirá entre EE. UU. /OTAN / Cinco Ojos. por un lado, y el resto del mundo, la Mayoría Global, por el otro”. La referencia a Cinco Ojos, merece explicarse: es la alianza de inteligencia que integran Australia, Canadá, Nueva Zelanda, el  Reino Unido y los Estados Unidos.

¿Y dónde está el problema? Bueno, “desde un punto de vista económico, el comportamiento de la OTAN desde su preparación militar para atacar los estados del este de Ucrania de habla rusa en febrero de 2022 ha sido un fracaso drástico. El plan de EE. UU. era desangrar a Rusia y dejarla tan económicamente indigente que su población se rebelaría, expulsaría a Vladimir Putin de su cargo y restauraría a un líder neoliberal pro-occidental que apartaría a Rusia de su alianza con China, y luego procedería con la gran guerra de EE. UU.: un plan para movilizar a Europa para imponer sanciones a China”.

 

EL RAYO PERONIZADOR. A partir de allí Hudson parece recibir un rayo peronizador que le brinda la lucidez pertinente para entender. Fíjense: “Lo que hace que sea tan difícil tratar de evaluar hacia dónde se dirigen la OTAN, Europa y Estados Unidos es que la suposición tradicional de que las naciones y las clases actuarán en su propio interés económico no es de ayuda. La lógica tradicional del análisis geopolítico es asumir que los intereses comerciales y financieros dirigen la política de casi todas las naciones. La suposición secundaria es que los funcionarios gubernamentales tienen una comprensión bastante realista de la dinámica económica y política en el trabajo. Por lo tanto, pronosticar el futuro suele ser un ejercicio para explicar estas dinámicas”.

Y “Los líderes europeos patrocinados y financiados por la intromisión estadounidense durante los últimos setenta años han hecho lo que hizo Boris Yeltsin en Rusia en la década de 1990: acordaron sacrificar las economías industriales de Europa y poner fin a lo que había sido su integración comercial y de inversión rentable con Rusia y China”. Desde esta columna se ha caracterizado la resolución como una negativa de esos referentes a convertir su bloque regional en una gran potencia multipolar. Tenían allí un lugar de esplendor por la historia que encarna el Viejo Continente, por los adelantos alcanzados en el tramo previo y por el anhelo euroasiático de relevar el dólar por el euro. Sin conflictos y sin yuanes.

Esa es la clave sobre la cual este narrador ha insistido con fruición. La política es la acción estatal configurada por la aquiescencia popular y la ligazón directa con los intereses geoeconómicos profundos de cada región. Comprender eso es comprender. Cuando una dirigencia desestima esos factores, deriva sin destino y a lo sumo acomoda su tarea en identificación con necesidades externas. Así como apuntamos el fenómeno de la desterritorialización, con estados centrales penetrados por las corporaciones financieras –bancos, armas, drogas–, vale relacionar a sus ejecutores, referentes de origen político que aplican programas de ajuste y transferencia de recursos equivalentes a los conocidos por décadas en el devastado mundo periférico.

¡Los líderes atlantistas se han convertido en liberales argentinos!

El diagnóstico no desestima las genialidades precursoras; se asienta en ellas. El concepto de Carlos Marx en el que se impulsa con justeza (Michael) Hudson tiene vigencia, de hecho allí se observa con nitidez la raíz social del posicionamiento colectivo, y la hondura de Arturo Jauretche también, pues despliega la idea hasta hacerla abarcativa del espacio nacional en su conjunto, incluyendo junto a los trabajadores al resto de los sectores que comparten región, recursos, producción, mercado y futuro.

Todo lo apuntado en párrafos precedentes lleva al economista de Kansas City a formular un pronóstico tajante: “El mundo se está dividiendo en dos bloques: un EE.UU. / OTAN posindustrial frente a la mayoría mundial”.

“Al unirse a la cruzada de Estados Unidos para destruir la economía rusa y promover el cambio de régimen, la negativa de Alemania y otros países europeos a comerciar con Rusia ha destruido la base energética básica de su industria. La destrucción del oleoducto Nord Stream ha sumido a las economías alemana y europea en una depresión que ha provocado quiebras y desempleo generalizados. En lugar del gas ruso, los países de la OTAN ahora deben pagar un precio hasta seis veces más alto por el gas natural licuado (GNL) estadounidense y deben construir nuevas instalaciones portuarias para importar físicamente este gas”. Resulta conveniente indicar que esos datos bien concretos están ausentes en las coberturas periodísticas internacionales.

 

CUÁNTAS PATRIAS. La acción punitiva de la OTAN, con el bloque anglosajón a la cabeza y los Estados Unidos como vanguardia pública, generó un panorama inverso al deseado, ya que en vez de promover una recesión en Rusia que derivara en la caída del gobierno y la desestructuración de la Federación, facilitó un mejor vínculo con China, agilizó el protagonismo ecuánime de los BRICS, emblocó a la Unión Económica Euroasiática, conllevó a la reorientación de la Liga Arabe, profundizó la relación con Africa y modificó el alineamiento de gran parte de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN). Pero eso no es todo, pues algunos detalles son dignos de mención: activó la memoria del pueblo ruso, que cerró filas. El pasado habita en el presente, y muy especialmente la Segunda Guerra Mundial tiene un lugar preferencial en la cultura de esa parte del mundo.

Explica Hudson al respecto: “La industria europea ha sido devastada. Sus economías se han vuelto completa y abyectamente dependientes de Estados Unidos, a un costo mucho mayor para ellas que para sus antiguos socios comerciales. Los exportadores europeos han perdido el mercado ruso y ahora están siguiendo las demandas de EE. UU. de que abandonen el mercado chino. También se rechazarán a su debido tiempo los mercados de la membresía BRICS, que se está expandiendo para incluir países del Cercano Oriente, África y América latina. En lugar de aislar a Rusia y China y hacerlas dependientes del control económico de EE. UU., la diplomacia unipolar de EE. UU. se ha aislado a sí misma y a sus satélites de la OTAN del resto del mundo”.

Dos objeciones sencillas y sin consecuencias. En el texto, el analista sostiene que Europa ha trocado su desarrollo económico en beneficio de la “seguridad nacional” norteamericana. Este cronista piensa que ni eso. Que ese continente se ha adecuado a las tácticas de supervivencia del capital financiero con el argumento de custodiar la seguridad nacional y con tal fin ha desplegado un gigantesco operativo de demonización mediática de Rusia y de China. Luego, Hudson presta atención al “odio” de funcionarios como Annalena Baerbock, la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, contra la potencia asiática. Este cronista supone que ni eso. Aunque varios alemanes saben mucho de racismo, estos dirigentes son arrasados por sus comandos superiores al punto de operar a diestra y siniestra vaciados de preceptos malos, o buenos. Sus comandos superiores exceden holgadamente al pobre Olaf Sholz, que arribó al lugar inadecuado en el momento inexacto.

La acción del bloque que orienta la OTAN y se despliega a inspiración de la cúspide, ha impulsado en todas direcciones una variante neoliberal feroz, la implosión de los estados propios, la anulación de la injerencia gubernamental y el deterioro de los derechos laborales. Es decir, ha dañado los mercados internos norteños. La Unión Europea, rendida, bloquea con un portón de acero cualquier déficit presupuestario que supere el 3% del PBI mientras exige que el porcentaje destinado a la Defensa supere ese número. Eso impide las maniobras destinadas a estimular la recuperación (Trump, Johnson). La inversión armamentística y los subsidios gubernamentales a las deficitarias compañías líderes surgen de la inversión social y productiva.

Europa se ha sumado al régimen de canalización extrema de recursos que hizo descender la industria de las barras y las estrellas mientras engordaba sin deriva práctica la franja financiera que gobierna. Si, que ya la gobierna.

Todo lo planteado genera una sensación extraña, que puede considerarse fruto de una catástrofe comunicacional. El esquema difusor se torna día a día más cerrado, al punto de anular, junto a los datos efectivos, el debate acerca de los pasos presentes de cada protagonista y sobre el sentido mismo de la historia en el mediano plazo. Para ser más claros, vale indicar que las hipótesis fundadas que los más importantes analistas internacionales vierten están pasando a ser identificadas como conspiracionistas o alocadas, mientras los disparates sobre “el aislamiento de Rusia” o “la decadencia china” y “el crecimiento norteamericano”  son enfocados cual fuente de toda verdad. En ese perfil, el giro de medios otrora confiables –por citar uno, emblemático dado su lugar de radicación, mencionemos a DW– ha incrementado la toxicidad de los asertos que esparcen día a día sus sucedáneos dirigidos a públicos masivos.

Frenemos la marcha y abordemos otra ruta.

 

RUSIA, AFRICA. Vamos hacia un continente poco difundido. San Petersburgo fue sede de la II Cumbre Rusia-África. Entre los días 27 y 28 de julio, fue presentada como continuidad de un evento similar celebrado en 2019 con el objetivo de desarrollar el diálogo y la cooperación. Su concreción fue otro estiletazo multipolar al anhelo occidental de perpetuar el colonialismo. Vale considerar el origen de la iniciativa para, también allí, percibir briznas del cambio de época: La idea de crear una plataforma de cooperación ruso-africana fue anunciada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en julio de 2018 durante una reunión de los líderes de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica). El 24 de octubre del año siguiente, una declaración conjunta de Rusia y los Estados africanos estableció el Foro de Asociación Rusia-África con miras a coordinar el desarrollo de sus relaciones. Así, se instituyó a la Cumbre como su órgano supremo, que se convoca una vez cada tres años, e incluye consultas políticas anuales entre los ministros de Relaciones Exteriores.

Las partes acordaron desarrollar la cooperación política, económica, científica, jurídica, climática y de seguridad, y reafirmaron su compromiso de contribuir a la creación de un orden multipolar equitativo. Un total de 43 representantes africanos asistieron a la Cumbre Rusia – Africa 2019 y un número superior -49- a la concretada pocas horas atrás. Este encuentro se convocó bajo el lema “Por la paz, la seguridad y el desarrollo”. ¿De qué hablaron? Los ejes fueron soberanía alimentaria, cereales, alimentos y fertilizantes; economía en panorama y también situaciones puntuales; inversiones infraestructurales; Corredor Internacional Norte – Sur; enlace en las áreas cultural, educativa y científica; seguridad y terrorismo.

Los participantes resolvieron un Plan de Acción sobre Areas Prioritarias de Cooperación hasta 2026. También, se firmaron cinco documentos  que involucran política general, economía, seguridad, espacio exterior e información. Entre las consideraciones del primero de ellos se destaca la importancia de concretar “acciones conjuntas para crear una nueva configuración de relaciones internacionales basada en la cooperación igualitaria, la idea de un mundo multipolar y el cese de los dictados unipolares”. En línea, el cónclave sirvió para hacer más fluidos los vínculos parciales. De hecho se firmaron decenas de documentos bilaterales.

El presidente Putin efectuó una intensa alocución en el plenario de la segunda jornada. Realzó la importancia de la amistad que une a su país con África. Señaló que actualmente “ciertas manifestaciones de colonialismo” siguen vivas y son practicadas por las “antiguas metrópolis, particularmente en las esferas económica, informativa y humanitaria”. Enseguida destacó que “los ideales de libertad, independencia y soberanía” son esenciales cuando se está creando “un nuevo orden mundial multipolar de verdad“, y que “la época de hegemonía de un Estado o un grupo de Estados se está convirtiendo en cosa del pasado. Aunque no sin la resistencia de aquellos que están acostumbrados a su propia exclusividad y monopolio en los asuntos mundiales”.

“Rusia y los Estados africanos abogan juntos por la construcción de una arquitectura nueva, más justa, del orden mundial, juntos defienden el derecho internacional, la carta de la ONU y el papel central de esta organización mundial”, subrayó el presidente, que también manifestó que Moscú y África “procuran coordinar sus enfoques en los temas clave de la agenda internacional. “En muchos de ellos, nuestras posiciones son muy cercanas o completamente coincidentes”.

Putin manifestó que tanto Rusia como los países africanos consideran inaceptables “prácticas ilegales” como “las sanciones unilaterales y las medidas restrictivas, y de hecho punitivas, que perjudican a los países que buscan un rumbo independiente, y crean problemas económicos a escala mundial que obstaculizan el desarrollo”. En línea, sostuvo que comparten “el deseo innato de defender la verdadera soberanía”, así como su pleno derecho a tomar decisiones propias en las esferas política, económica, social y cultural, entre otras. “Ese deseo de independencia y soberanía no significa autoaislamiento, sino que implica apertura, cooperación de Estados y pueblos libres, de Estados iguales en sus derechos”, remarcó.

 

MIS REGLAS. “Obviamente, no podemos estar de acuerdo con la sustitución del derecho internacional por el llamado orden basado en reglas” que establecen algunos países, y que a la vez ellos mismos “distorsionan, cambian, barajan constantemente”, afirmó. “En general, no está claro qué son estas reglas, quién las crea. Está claro que están siendo utilizadas por ciertos países individuales para sus propios intereses egoístas y están cambiando debido a la situación política”, expresó.

En sus declaraciones, Putin lamentó que en muchas regiones de África persistan conflictos gestados por el legado de la era colonial, cuando los países occidentales se dividieron el continente y establecieron su propio poder en él. “También debemos admitir que la situación en muchas regiones de África sigue siendo inestable, los conflictos interétnicos y étnicos no se han resuelto y persisten agudas crisis políticas y socioeconómicas”, dijo el mandatario. Sin embargo, señaló que “el papel político y económico” de África “está creciendo exponencialmente”, y el continente se está convirtiendo en “un nuevo centro de poder. Todos tendrán que contar con esta realidad objetiva”, aseveró. Al mismo tiempo, prometió que Moscú continuará apoyando a los Estados africanos para que construyan su camino.

“De 2020 a 2023, se realizaron 11 acciones humanitarias rusas de manera bilateral en 10 países africanos. Fuimos de los primeros en acudir en ayuda de los Estados del continente durante la pandemia del coronavirus”, recordó, agregando que Rusia proporcionó a África de forma gratuita vacunas, laboratorios médicos móviles e incluso instaló un centro especial para el estudio de infecciones. Asimismo, Moscú también seguirá participando en los esfuerzos para aliviar la carga de la deuda de los países africanos. “Hasta la fecha, el monto total de la deuda que hemos cancelado es de 23.000 millones de dólares. A raíz de las últimas solicitudes de los países africanos, destinaremos más millones para este fin, su desarrollo”, indicó. El punto repercutió mucho más allá de la cumbre.

Rusia está también aumentando el suministro de productos agrícolas al continente africano, incluso a pesar de las restricciones impuestas a su exportación. “Al comprender la importancia de un suministro ininterrumpido de alimentos para el desarrollo socioeconómico y el mantenimiento de la estabilidad política de los Estados africanos, estamos aumentando el suministro de productos agrícolas a África“, explicó el jefe de Estado. Apuntó que en 2022 Moscú envió 11,5 millones de toneladas de granos a los países africanos, mientras que en los primeros seis meses de este año ya se suministraron casi 10 millones de toneladas. De aquí en adelante, Rusia continuará adoptando un enfoque responsable para el suministro de productos agrícolas, incluida la continuación de la donación de cereales y otros productos a los países necesitados, señaló Putin.

“Suministraremos nuestro grano y otros alimentos, incluso de forma gratuita, así como en el marco del programa de alimentos de la ONU”, aseguró.  Por otro lado, el presidente enfatizó que el volumen comercial entre Rusia y los países africanos tiene espacio para crecer, y que su nivel actual está “lejos del límite”. En su opinión, “un aumento en el volumen comercial ruso-africano y su diversificación se verá facilitado por una transición más enérgica en los cálculos a las monedas nacionales y el establecimiento de nuevas cadenas de transporte y logística”.

Todo un programa de beneficios compartidos.Semejante perspectiva, que ya se está concretando, despertó inquina en aquellos que perciben su dimensión e intentan desmantelar o al menos frenar un proceso afincado en lo más hondo de las necesidades africanas. La mayor parte de las delegaciones presentes denunciaron haber sido presionadas por los Estados Unidos y Francia para que boicoteen el encuentro, abandonen la cumbre o inserten contradicciones en su desarrollo. En vez de aceptar las sugerencias occidentales, presentaron un detalle de esas tensiones ante el gobierno ruso y la Unión Africana, lo cual originó una conferencia especial del portavoz presidencial Dmitri Peskov, quien afirmó que “prácticamente todos los países africanos han sido sometidos a presiones sin precedentes por parte de Estados Unidos”. Peskov añadió que “la Embajada de Francia tampoco estuvo con los brazos cruzados” y consideró que estas intervenciones “merecen ser condenadas”.

Sin rubor, la CNN tituló “Un Putin aislado busca el apoyo africano en medio de la furia del Kremlin por la escasa participación en la cumbre”.

Cuántas cosas para un encabezado.

África en el globo (imagen referencial) - Sputnik Mundo, 1920, 17.05.2023

 

BUENA PRESENCIA. Unos mates pueden acompasar el pensamiento después absorber tanta información. ¿No le gusta este raro invierno? Bueno, el cambio climático existe, aunque no por los motivos de quienes dicen combatirlo.

Qué curioso. Los avances científico técnicos y el desarrollo industrial han pasado a ser factores a sofrenar por un poder que configura, cada vez más, una carga sobre los hombros de la humanidad.

Claro que para enfrentarlos necesita disfrazarlos; investirlos con esos trajes que pueden verse en las diabladas de Oruro. Presentarlos como dañinos para el medio ambiente. Amenazas para el devenir planetario.

Esas campañas, como otras, quedan bien. Sus adherentes sienten estar colaborando con la salvación del mundo, mientras lo hunden.

Se ubican a la izquierda, juzgan. Y brindan clima favorable a la censura.

Huyamos juntos, lector, de las cosas que quedan bien.

……

  • Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal

 

 


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