LO QUE ES IMPOSIBLE SOSLAYAR: ¿Quién mando matar a Cristina?
Hay cosas que confluyen. Como la campaña lanzada por el Peronismo Militante y las notas publicadas por Artemio López en Perfil y Pedro Peretti en Página 12. Compruébenlo y, si les parece, comenten. A mi juicio, quizá haya algún tema tan importante como éste, luego de la posibilidad de una hecatombe nuclear, pero no conozco ninguno en lo doméstico y regional más importante que el intento de asesinato de CFK.
¿Quién mandó matar a Cristina Kirchner?

La consultora Proyección ofrece datos reveladores en un reciente estudio realizado entre el 10 y el 20 de julio a nivel nacional. Son 1.649 casos. Veamos diez puntos centrales:
1. Tendencia: baja la preocupación por la inflación y sube la preocupación por ingresos, tarifas y desempleo
2. Continuidad: dos de cada tres familias tienen dificultades para llegar a fin de mes y solo el 7% puede ahorrar.
3. Alarma: endeudamiento familiar en niveles máximos, el 54% tuvo que pedir dinero prestado para llegar a fin de mes.
4. Estamos mal, ¿pero vamos bien? El 76% ajustó en alimentos, limpieza e higiene, el 63,6% no realizó esparcimiento y el 60,5% no comprará artículos del hogar ni indumentaria.
5. #NoLaVen: solo el 31,5% considera que su economía mejorará este semestre.
6. Paciencia social dividida: el 42% espera hasta el año que viene para ver mejoras económicas, el resto quiere verlas en el corto plazo.
7. La única certeza es la incertidumbre: predomina esa sensación sobre el futuro del país (42%). Pesimismo (25%). Optimismo (33%).
Frente a este panorama, es de esperar que se configure una oposición popular-democrática.
8. En baja: imagen y evaluación de la gestión Milei en el 46%, cae por segundo mes consecutivo.
9. Caen tres dimensiones de su imagen: cumplimiento de promesas, plan de gobierno y credibilidad.
10. Radiografía del Presidente: a favor, actitud y honestidad. En contra, inestabilidad y falta de empatía.
Lenta pero inexorablemente la erosión de la imagen de gestión y la personal de Javier Milei por el rigor del ajuste anticipan la megacrisis socioeconómica que se avecina.
El que #SíLaVe es Mauricio Macri, que se ofrece como alternativa de reconducción cuando la etapa libertaria colapse. Su reciente reaparición nos recordó a aquella comedia francesa del año 2021 Yo te quiero, yo tampoco.
Sabe que, con el cruel ajuste neoliberal, la crisis finalmente llegará y se propone reconducirla.
No le falta lógica a su razonamiento, ni experiencia personal. De ahí que su discurso de reaparición fue “aceitoso”.
Sucede que, como es tradicional en los modelos de ajuste neoliberal, los presidentes que los encarnan ven caer su popularidad a pique y son descartados.
Se le asignan disvalores personales: Menem corrupto, De la Rúa inepto, Macri gradualista, Alberto pusilánime, Milei aún no sabemos, pero lo sospechamos.
Sin embargo, más allá de los mascarones de proa presidenciales, los intereses que estos representan continúan.
Es una regla no escrita que, desde el año 1976, solo se quebró entre los años 2003 y 2015, donde el peronismo kirchnerista interrumpió casi un cuarto de siglo de hegemonía neoliberal, hegemonía que recomenzó en el año 2015 hasta nuestros días.
Con una agenda ya casi mimética a la de LLA –como sucede en todo Occidente, donde las derechas tradicionales se ultraderechizan para gravitar electoralmente–, el “nuevo PRO” se ofrece como alternativa gatopardista, capaz de “cambiar algo” procedimental para que nada cambie en lo estructural.
Faltan aún acomodar algunos melones en la carreta de la derecha poslibertaria: las patas radical y peronista.
Sobran referentes capaces de sumarse a la cruzada.
El radicalismo hace décadas dejo atrás su perfil popular para transformarse en lazarillo de las políticas neoliberales.
El peronismo, tras la muerte de Perón y hasta la llegada de Néstor Kirchner, cuando no protagonizó, acompañó las políticas de ajuste neoliberal y parte de su dirigencia se sumaría a un nuevo polo de derecha neoliberal si ve chances reales de triunfo, cosa que hoy Macri no ofrece.
Adicionalmente, hay nuevos actores, como los gobernadores de la Argentina “productiva”, que podrían reconducir la crisis en una dirección similar a la que ofrece el “nuevo PRO”.
Frente a este panorama, seguramente incompleto, es de esperar que se configure una oposición popular-democrática. No para replicar las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner: es otro el país y más tras los estragos que dejan tres gobiernos neoliberales y el retorno del FMI como principal lastre.
Se debe repetir sí, y estrictamente, al kirchnerismo inaugural, en un sentido preciso: volver a interrumpir el ciclo de hegemonía neoliberal, que al final del mandato de Javier Milei completará 12 años.
La oposición popular-democrática dispone hoy de un activo que no existía en anteriores megacrisis como la que llega: el liderazgo de Cristina Kirchner, cuya centralidad es indiscutida, tanto por amplios sectores populares como quienes, y por eso mismo, quisieron asesinarla.
A propósito, y a casi dos años del tremendo suceso, ¿quién mandó matar a Cristina Kirchner?
¿Quién mandó matar a Cristina ?
POR PEDRO PERETTI
Durante todo el siglo XX y lo que va del XXI hubo en nuestro país tres intentos de magnicidio a líderes políticos populares. Ellos fueron: Juan B Justo, Lisandro de la Torre y CFK. Ninguno de estos hechos se investigó a fondo y todo quedó en el que jaló el gatillo.
Esta lista, obviamente no incluye a referentes sociales, religiosos o gremiales, pero se cuentan por miles los que fueron ejecutados por razones políticas. Como por ejemplo los asesinatos perpetrados por la Triple A. Solo por recordar algunos, como el intelectual Silvio Frondizi, el cura Carlos Mugica o el recordado Rodolfo Ortega Peña; de cuyo crimen se cumplieron 50 años.
En este macabro racconto debemos incluir las masacres de obreros: Semana Trágica, Patagonia Rebelde, la Forestal y de pueblos originarios, como Napalpí. También, el genocidio de militantes popualres perpetrado por la dictadura civico militar, que se ensañó especialmente con dirigentes obreros y comisiones de fábricas. Tampoco podemos olvidar el bombardeo a Plaza de Mayo, las bombas en el subte (1952) o los fusilamientos de José León Suarez (1956). A todos previamente se los estigmatizó, denunció y persiguió hasta el hartazgo, utilizando la justicia y los medios de comunicación masivos de la época.
Lawfare de manual.
Las víctimas se transformaron en verdaderos blancos móviles, para que las fuerzas represivas actuaran con total impunidad. Sean estas regulares o irregulares, las dos variantes juegan en el mismo equipo. A todos los perseguidos se les aplicó las generales de la ley no escrita de la política argentina: si discutes la distribución de la riqueza, desde una posición de fuerza, puedes terminar con un balazo, en la cárcel, o en el exilio.
¡Hola Milagro! ¿seguís presa, no ?
Estas acciones violentas enumeradas, costaron la vida a miles y miles de militantes populares, y ocurrieron siempre (no de casualidad) como ayuda externa para zanjar la puja distributiva en beneficio de la oligarquía. ¡Así cuida la derecha sus intereses! Diálogo, consenso, elecciones, republicanismo, respeto a las libertades individuales… ¡te los debo! Como bien lo graficó el “pensador” libertario agrario, Jose L. Espert: cárcel o balas.
Más claro, echale agua.
Este comportamiento represivo y antidemocrático se pudo repetir a los largo de más de 120 años de historia porque nunca, pero nunca, en Argentina se investigó ni juzgó a los responsables intelectuales de esas matanzas; que tanto ayudaron a la regresiva distribución del ingreso y al recurrente endeudamiento externo. Todo terminó siempre en los que apretaron el gatillo ¡y a seguir saqueando!. Juzgar a los responsables intelectuales e instigadores es determinante, para no tropezar dos veces con la misma piedra.
La derecha siempre recurre a la violencia para garantizar su supervivencia en el poder. Por eso, saber quién mandó a matar a CFK ¡es clave! Ahí se juega buena parte del futuro de la democracia argentina y del bienestar popular.
Volviendo a los que tuvieron el raro “honor” de sufrir atentados individuales, vayamos por orden cronológico. Empecemos con el Dr Juan B Justo: médico brillante, fundador del PS, traductor de El Capital al castellano, con prólogo de Friedrich Engels. ¿casi nada, no? Justo tuvo una gran participación tanto en la huelga agraria de 1912 como en la fundación de la FAA; y fue quien presentó el primer anteproyecto de ley de arrendamiento agrario, para límites a la voracidad de subarrendadores y terratenientes.
La oligarquía no le perdonó nunca “ese detalle” de defender obreros rurales y chacareros. Y le aplicó el remedio que mejor conoce. El 7 de junio de 1916 , a las 2:pm, en Reconquista al 600 (CABA), a plena luz del día y con total impunidad, un individuo le descerrajó cuatro balazos Dos impactaron de lleno y dos erraron. Salvó su vida de milagro. Sesenta días después, en Rosario, por parecidos motivos, matan a Francisco Netri. Amigos: con la renta terrateniente ¡¡¡no se jode!!!
Sigamos con Lisandro de la Torre. Este venía dando una gran batalla parlamentaria en defensa del interés nacional, enfrentando y desenmascarando la estafa de los frigoríficos ingleses y sus socios argentinos. Lo que la historia recuerda como el debate por las carnes. Lisandro, intelectual, brillante orador, de una trayectoria personal intachable, venía ganando ampliamente la simpatía de la opinión pública. Al fraudulento gobierno del Gral Agustín P. Justo se le complicaba. Entonces sucedió lo que sucede a menudo en la Argentina: el comisario retirado Valdez Cora (el Sabag Montiel de esta historia) le descerrajó varios disparos en pleno recinto parlamentario, que en vez de impactar en su humanidad, pegaron en la de su correligionario Enzo Bordabhere, ocasionándole la muerte.
El matador era un hombre vinculado estrechamente al ministro de agricultura Luis Duhau, un gran terrateniente, que la estaba pasando muy mal en la interpelación. Así lo cuenta Lisandro: “Hechos y no suspicacias comprometen la posición del ministro de agricultura.. (…) Este negó, ante la Comisión Especial y ante el juez, conocer al asesino del doctor Bordabehere, y prueban lo contrario testimonios fehacientes”.
Son los Caputo de la vida, negando lo evidente. La historia se repite. Sigue De la Torre: “Pasemos a un segundo falso testimonio grave del ministro de Agricultura. En la declaración que prestó respecto de su caída en el recinto. Inventó un golpe no recibido, favoreciendo así la situación del asesino. Si fuera cierto, como se pretende, que entre el ministro de agricultura y Valdez Cora no existía relación alguna,(…), resulta inexplicable, tanto en él como en su sobrino Duggan, la súbita e irresistible simpatía que les despierta Valdez Cora y los actos que realizan para favorecerlo.”
Es una simpatía similar a la que despiertan Jonatan Morel y Revolución Federal, en Patricia Bullrich, Caputo, Millman y Cia. ¿no?

Sigamos con el orden cronológico. ¿Por qué mandaron a matar a CFK? En su gestión de gobierno está la respuesta. Hay que mirar cuatro ítems principales, a) Los datos de distribución del ingreso. El salario siempre le ganó a la inflación; b) Su lucha nacional e internacional contra los fondos buitres, sector de donde provienen los financistas que ocupan hoy el Palacio de Hacienda, y aparecen vinculados con Revolución Federal; d) Conflicto por las DEX: Igual que en los casos de Justo y De la Torre, con la renta terrateniente no se jode; y c) La defensa de la soberanía nacional (estatizaciones,,ciencia, etc ).
Su presidencia afectó muchos intereses poderosos y eso no gusta a los dueños de todo. Por ahí va la cosa.
Cristina, como Justo y de la Torre, se compró todos los boletos para entrar en la historia de los magnicidios argentos. Pero hay una diferencia no menor entre ellos, y es que CFK era una vicepresidenta en ejercicio. La Plaza de Mayo se llenó inmediatamente de ciudadanos pidiendo el esclarecimiento del atentado. El presidente de la república, que era a su vez presidente del PJ, en vez de asumir el liderazgo para que se aclare el hecho, prefirió que se redactara un comunicado y lo lea una querida artista. No dió la talla o no le interesaba ¡Dios sabrá!
¿Y qué tenían en común, un socialista, un demócrata progresista y una peronista?, Todo lo bueno que da la política, el amor a la patria y al pueblo.. Los tres se habían vuelto molestos para las clases dominantes. Porque expresan en concreto, la defensa del interés nacional y popular frente al imperialismo y la oligarquía.
Si favorecés sus intereses, podés definirte en lo teórico como más te plazca: trotskista–guevarista-peronista-chavista, eso no les molesta. Lo que los vuelve locos es que les hagas pagar impuestos y mejores la calidad de vida de la población. ¡Y los tres estuvieron en esa!
No es cuestión de siglas partidarias que hoy dicen poco, sino de ideas e intereses que se defienden.
La derecha siempre procura vender una versión parcial e interesada de los hechos, para lo cual la desconexión de los mismos y la ignorancia histórica operan como una configuración de sentido; así después se vota con ese ese sentido común impuesto.
La vida, es decir la política, es decir la historia, es una continuidad de sucesos, de luchas de los pueblos por vivir mejor. Si no aprendemos a enlazar en nuestra conciencia lo vivido, si no sacamos ninguna conclusión, estaremos siempre empezando de cero.
Eso es lo que pasa en la Argentina de hoy, donde vuelven los que deberían estar presos. El olvido no es inocuo. Se necesita justicia que castigue a los culpables, para que la historia no se repita.
Salud y cosechas.
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