MEDIOS HEGEMÓNICOS blindan a Patricia Bullshit, ignorando sus repetidas metidas de pata

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POR HUGO MULEIRO

El anuncio de Patricia Bullshit de un blindaje financiero internacional en caso de llegar al gobierno, en una repetición del modelo que empujó al desastre de la gestión de Fernando de la Rúa, obtuvo una protección notable de los medios que trabajan por la derrota electoral del peronismo, dedicándole palabras suaves, como las simpáticas “desliz”, “tropiezo” y “traspié”.

La réplica del contrincante interno de la coalición derechista forzó a una cobertura mínima y pasajera, en tanto varios de los autores de los panoramas políticos “de fondo” de Clarín y La Nación optaron directamente por ocultar el tema en sus sesudos análisis de la actualidad.

A pesar de la trascendencia evidente del anuncio de la precandidata, o justamente por ello, ambos diarios excluyeron el tema de sus portadas el miércoles 26.

Como hace con frecuencia con los hechos que no le gustan, Clarín directamente ignoró el tema, en tanto La Nación le dedicó una columnita insignificante en la página 15.

El jueves debieron enmendar a medias. En las tapas, muy por debajo de títulos catastróficos sobre el andar del ministro y candidato oficialista Massa, Clarín quiso responsabilizar a ambos postulantes por igual: “Larreta y Bullrich ahora se pelean por el blindaje de De la Rúa”. Y La Nación: “Larreta cruzó a Bullrich por hablar de blindaje”.

“Duros cruces por el plan para salir del cepo económico”, fue la presentación que eligió Clarín en páginas interiores, es decir un reparto de responsabilidades siempre con el mismo fin, blindar la gravedad de la propuesta y a su autora. La Nación lo presentó al alcalde porteño como culpable del choque, al decir que “buscó capitalizar un traspié” de la Pata. Clarín continuó la línea el viernes: Larreta “redobla la apuesta contra Bullrich”.

Lanata ignoró el tema en su artículo del sábado. Su jefe, Kirschbaum, mencionó en general las “metidas de pata” de Bullrich, pero descubrió en ella el “rasgo distintivo” de “no traicionar su conducta”. Y el columnista dominical Van der Kooy empeoró la manipulación, al decir que ambos precandidatos “trajeron a la escena pública, en medio de la campaña, uno de los recuerdos colectivos aciagos en democracia”. Es decir que intentó repartir culpas por igual, aunque luego concedió que la Pata “suele resbalar” en temas económicos.

Los columnistas de tapa de La Nación del domingo, Rodríguez Yebra y Morales Solá, no quisieron complicaciones: ni siquiera mencionaron la cuestión en esas notas que presumen de darle al lector un panorama completo de lo que deben saber.

Otra coincidencia, en cierta forma más previsible y justificada, se dio en las ediciones del lunes 31, con el paroxismo por la victoria de la derecha en Chubut. “Batacazo” y “triunfo histórico” frente a “20 años de dominio” y “20 años de hegemonía” peronista, son las palabras celebratorias, junto a la foto también idéntica en la que el candidato del PRO aparece con Bullrrich y Larreta pegados a su cuerpo, casi hasta asfixiarlo.

Ambos diarios sumaron otra marca siniestra en la historia de su desempeño contra la democracia y los derechos humanos: el sábado ignoraron en portada el hallazgo de otro nieto por las Abuelas de Plaza de Mayo y no es que les faltara espacio, pues incluyeron títulos tales como el rating de un partido, algo sobre idiomas que habla y no habla una jugadora de fútbol y sobre planes empresariales de Adrián Suar. De hecho, Clarín no incluyó la noticia en toda la edición, mientras La Nación le dedicó tres párrafos en la página 21.

Estrategia parecida, el ocultamiento, para el amigo de Lago Escondido: nada en las portadas y manipulación alevosa en las crónicas sobre los delitos económicos de gran escala de los que está acusado Joe Lewis en Estados Unidos, donde debió pagar una fianza de 300 millones de dólares para no quedar detenido. Clarín mandó la noticia a la página 37, no incluyó el monto de la fianza y, al mencionar las denuncias por el viaje de funcionarios porteños, jueces y fiscales al chalecito del sur, se le olvidó incluir la presencia de sus propios accionistas.

Solidaria, La Nación hizo lo mismo, y dijo que la estancia de Lewis en el sur es objeto de “protestas por el conflicto mapuche”.

Es como para comparecerse con las y los lectores de ambos medios, vista la magnitud de la estafa periodística.

Les sobró espacio, en cambio, para la enésima maniobra en torno de la política sanitaria por la pandemia. Usaron un agradecimiento personal a la ministra Vizzotti por haber podido visitar a su familiar moribundo para instalar la idea de “favorecidos vip”. Para eso, ocultaron que había una recomendación ya publicada por el Ministerio en agosto de 2020 para permitir, bajo cuidados severos, ese tipo de visitas. Cuando quedó a la vista que esa modalidad estaba vigente e incluso circulaba en internet, Clarín encontró la solución: un “experto informático”, sin nombre, dice que hay casos en los que Google “pone cualquier cosa”.

El pronunciamiento de los ministros de Salud de todo el país para respaldar a Vizzotti, incluyendo a los de los gobiernos no peronistas, fue ocultado por La Nación y mencionado en el último párrafo de una nota de Clarín, dos días después de su difusión. En fin, una falsedad más en las páginas en las que suele haber críticas y admoniciones contra la “clase política”, en especial si tiene alguna cercanía a los anhelos populares.

Esa postura es contra todos y todas y no se amilana con las distancias. Clarín puso en tapa la detención del hijo de Gustavo Petro, el presidente colombiano que logró sacar del poder al narcoterrorismo cuyo cabecilla es Álvaro Uribe. La detención fue el sábado temprano, pero llega a la portada recién el lunes para, otra vez, destilar odio. El texto de tapa, en lugar por ejemplo de detallar cargos u otro aspecto relevante, dice que es el hijo que Petro tuvo “en su época de guerrillero”, del M-19.


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Un comentario

  1. Esos dos pasquines son lo que son. Pero los diarios «de izquierda» también omiten información,como lo hicieron respecto de las vacunas venenosas de ARN mensajero y la propaganda que de ellas hizo la prestigiosa médica Vizzotti. También es una vergüenza que algunos sí y otros no tuvieran derecho a ver a sus familiares enfermos. Lamentablemente, todos hablan de lo que les conviene y callan sobre lo que molesta a su ideología.

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