AMIA. Murió Alito Tfeli, el médico de Menem denunciado como partícipe necesario del atentado
A fines de los ’90 denuncié ante el juez Juan José Galeano en un extenso escrito a Alejandro «Alito» Tfeli, médico del presidente Carlos Menem -quien le había conferido rango de secretario de Estado- como presunto organizador del atentado a la AMIA, acusación que también fundamenté en una sesión secreta de la Comisión Bicamental de Seguimiento de las Investigaciones de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA a la que para mi desgracia no concurrió la entonces diputada nacional Cristina Fernández de Kirchner, el más inquieto de sus miembros. Al término de esa reunión, el presidente de la comisión, Carlos Soria (un hombre tan vinculado a los servicios que terminaría siendo secretario de Inteligencia de Duhlade) le dijo a Crónica que atento a la gravedad de mis denuncias, la comisión volvería a citarme. Previsiblemente nunca lo hizo.
Alito Tfeli dijo públicamente que era objeto de persecución porque se lo relacionaba con el antiguo secretario general de Hezbolá, el jeque (sheik) Sobhi Tufaili, señor feudal del Valle de la Bekaá, a quien la CIA y legisladores norteamericanos relacionaban con el ataque a la AMIA. Al respecto, y aunque admitió que originalmente ambos apellidos eran el mismo, Tfeli negó ser primo del llamado «jeque rojo» y argumentó que mientras Tufaili era libanés, su padre era sirio (en realidad, un asunto de muy pocos kilómetros), lo que sirvió de cortina de humo para ocultar que mi denuncia nada tenía que ver con ese presunto parentesco, ni con sus relaciones con el traficante sirio Monzer al Kassar, sospechado de haber sido el instigador de los ataques, sino con un hecho puntual: Tfeli intervino para que la entonces municipalidad de la ciudad de Buenos Aires le diera la tenencia precaria de un terreno supuestamente baldío sobrante de la construcciòn de la autopista de Ezeiza ubicado en la calle Constitución 2657-59 a una señora pobre de la colectividad árabe con un hijo enfermo que estaba siendo atendido en el Hospital Garrahan (dentro del supuesto baldío había una construcción precaria) pero poco antes del atentado le pidió a dicha señora que se fuera de paseo con sus hijos por unas semanas, dejando el lugar expedito a un par de lúmpenes que a su vez -so pretexto de construir una platea que sirviera de base para una casa prefabricada que nunca se hizo- le permitieron el ingreso a quienes armaron un volquete con doble piso relleno de explosivos que fue depositado frente a la puerta de la AMIA minutos antes de su voladura.
Tfeli pidió y obtuvo del entonces embajador de Israel, Ithzak (Isaac) Avirán un «certificado de inocencia» :una nota, firmada por el embajador, que daba fe de que Israel no lo investigaba ni lo había investigado en relación al atentado.
Zulema Yoma acusó a Tfeli de haber profanado y sustituido los restos de su hijo, y me mostró un video impresionante que parecía certificar que, efectivamente, se los había manipulado para provocar una descomposición inusualmente rápida.
No sabía que Tfeli hubiera muerto cuando hoy cerca de las 16 fui entrevistado por Radio Belgrano a propósito del tema Nisman-AMIA. Dije entonces que el atentado había sido contratado a técnicos en explosivos locales desde el entorno de Menem, y ante preguntas del entrevistador señalé el papel que le cupo a Tfeli en el atentado, siendo interrumpido por mi entrevistador que me dio la infausta noticia (esperaba que alguna vez fuera citado a indagatoria, no le deseo la muerte a nadie).
Al parecer, la perfecta armonía entre Carlos Menem y Tfeli había sufrido alguna interferencia en los últimos tiempos. Al menos el ex presidente declaró ante la justicia que Tfeli le retiró a su hijo agonizante el respirador cuando todavía estaba vivo dando así satisfacción a Zulema..
Acaso ahora, con Tfeli muerto, Menem, que amenaza con contar terribles secretos relativos a los países a los que él, ciscándose en las leyes, les permitió inmiscuirse en la investigación de la AMIA (es decir, a Estados Unidos e Israel), quizá esté dispuesto a descargar responsabilidades sobre muerto.
Porque hay un hecho irrefutable: Menem temía tanto a Al Kassar como a su socio Sobhi Tufaili. Del primero dijo que era un alto agente de la CIA para quien había hecho muchas operaciones y en enero de 1988, cuando ya estaba embarcado en el avión que habría de llevarlo a la cumbre de Davos (Suiza), al enterarse que tropas combinadas de la corriente principal de Hezbolá (cuyo secretario general era y es Hassán Nasralá) y el ejército regular libanés habían ahogado una revuelta liderada por Tufaili, a quien habían expulsado de la ciudad de Baalbek y obligado a refugiarse en las montañas, al parecer herido, ordenó alterar el recorrido y volar a Beirut, dónde se entrevistó en el parlamento libanés con los legisladores de Hezbolá, a quienes les pidió perdón por no haber desmentido las acusaciones levantadas contra ellos por Estados Unidos e Israel.
Todo esto está en los diarios y en los despachos de las agencias extranjeras (particularmente los de Xinhuá, la agencia estatal china) pero está archicomprobado que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Aqui, la madre del borrego. Y aqui la noticia de la muerte de Tfeli tal como la dio Clarín:
Falleció Alejandro Tfeli, el médico personal de Carlos Menem
Había formado parte del círculo íntimo del ex presidente, a quien operó en 1993. Falleció esta madrugada

El médico Alejandro «Alito» Tfeli, uno de los hombres claves de la presidencia de Carlos Menem, murió esta madrugada en el porteño Sanatorio Otamendi afectado por un cáncer de pulmón. La despedida de sus restos quedó programada este mediodía en el cementerio privado de Pilar.
La figura de Tfeli adquirió repercusión pública durante los noventa por su rol como médico personal de Menem durante los dos mandatos que tuvo como Presidente de la Nación, desde 1989 hasta 1999. Luego, una vez terminado ese período, lo siguió atendiendo de manera privada.
La relación entre el médico y el dirigente peronista no se restringió únicamente al cuidado de la salud. Ambos cosecharon una relación íntima, el especialista formó parte del círculo más cercano del ex mandatario.
Junto al cardiólogo Jorge Belardi y el neurólogo Lei Guarda, Alito tuvo en sus manos la intervención quirúrgica que se hizo Menem en el año 1993, cuando lo sorprendió en la Quinta de Olivos una enfermedad cardiovascular. Se le había obstruido la arteria carotida derecha, una dolencia muy similar a la que tuvo el ex presidente Néstor Kirchner en 2010 y por la cual también fue operado.
En el ámbito médico, Tfeli era reconocido por su carrera como cirujano y urólogo. También se especializó en trasplantes de órganos, en particular, los de riñones. Su interés en la materia lo llevó a formar parte de la creación del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), el ente que se encarga de controlar y coordinar la donación de órganos.