RELACIONES CARNALES CON ISRAEL: Fútbol, lanchas de guerra y sumisión a los buitres
Una nota llena de información relevante que conviene mantener en primer o segundo plano, pero siempre a mano. Una sola observación: nunca se ha probado que haya una relación directa entre la política entreguista y seguidista de las derechas de Israel y Estados Unidos que practicó Carlos Saúl I y los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. A mi juicio, otros fueron los motivos. Por lo demás estoy de acuerdo con el autor. JS
La visita de la selección argentina a Israel está atravesada por una extorsión política a los jugadores y al técnico. Detrás de un partido amistoso se divisan sobreprecios en compras de embarcaciones, negociados vinculados a la venta de armas y alianzas estratégicas suyo antecedente son los atentados terroristas sangrientos en Buenos Aires de 1992 y 1994.
El vínculo entre la política y el fútbol, en la historia de la Argentina, incluye imágenes amargas atravesadas por dictaduras. Una de ellas se remonta a Antonio Ratín, expulsado injustamente en los cuartos de final de la copa del mundo, en un partido contra Inglaterra, en Wembley en 1966, donde se perdió 1 a 0. En aquella ocasión el capitán, el “Rata”, fue echado por pedirle un traductor al árbitro alemán, Rudolf Kreitlein. Pocos días antes el general Onganía había dado un golpe contra Arturo Illia. El 23 de julio de 1966 Ratín abandonó la cancha y se sentó –desafiante— en la alfombra roja de la reina. Antes que termine el partido se retiró del estadio acariciando despreciativamente el banderín del córner, ataviado con la bandera británica. Apenas 12 años después, se divisan las imágenes de tres genocidas celebrando un gol en forma desaforada, mientras los gritos de miles de desaparecidxs eran ahogados en torturas y asesinatos.
La gira de la selección argentina, previa al mundial de Rusia, obliga a transitar esas ambigüedades que supone un mundial: el equipo de Messi jugará el 9 de junio en Jerusalén, después de una imposición de la diplomacia israelí, orientada a dotar de legitimidad a una ciudad que tiene dos banderas pero que se busca rodearla de una sola.
El gobierno de Trump ha resuelto, en el marco de una decisión arbitraria, trasladar su embajada a una ciudad que según las Naciones Unidas corresponde dividir para que pertenezca a dos Estados: a Israel y a Palestina. La provocación efectuada por el gobierno de Estados Unidos supone un desconocimiento de todas las normativas internacionales, entre ellas la resolución 478
del Consejo de Seguridad de la ONU, que cataloga la anexión como contraria al Derecho internacional.
Apropiaciones simbólicas
La iniciativa por quitarle identidad a Al-Quds –nombre con que denominan a Jerusalén los palestinos— es acompañada por el gobierno de Netanyahu con la ocupación recurrente de nuevas franjas de territorio de Cisjordania, pertenecientes a la Autoridad Nacional Palestina, dirigida por Mahmud Abás. La colonización israelí de Cisjordania se desarrolla de la mano de políticas de negación de derechos civiles de los habitantes árabes. Esta situación de conflicto se ve ahondada por repetidos bombardeos –hacia las ciudades israelíes— de dos grupos gazatíes fundamentalistas (Hamás y la Yihad Islámica) que no reconocen ni a la Autoridad Nacional Palestina ni a Israel. La franja de Gaza es uno de los territorios más densamente poblado del mundo. Viven dos millones de personas y en el último mes miles de sus habitantes se han manifestado contra el traslado de las embajadas, siendo reprimidos brutalmente por las tropas israelíes que provocaron 130 muertos y 3.000 heridos.
Muchos de los jugadores de la selección, y el técnico Jorge Sampaoli, han solicitado ante la AFA que el partido del 9 de junio no se lleve a cabo. La respuesta que obtuvieron fue que la cancelación no podía tomarla la AFA dado que existía un acuerdo intergubernamental (entre Macri y Netanyahu) que “de ningúna manera podía quebrantarse”. Sin embargo el (digno) disgusto de Sampaoli generó el martes pasado una situación de tensión nunca vista entre los dirigentes y el técnico, que concluyó con la reducción de la estadía a dos jornadas, cuando estaba planificada originalmente para el doble de días. Además, los deportistas y el técnico les exigieron a los funcionarios que se garantice la ausencia de políticos israelíes, ni en forma previa ni posterior al partido. Uno de los jugadores, referente del equipo –que pidió confidencialidad –afirmó “es difícil ir a jugar un partido amistoso a un país que acaba de matar a 130 personas, entre ellos 10 pibes”.
El partido del día 9 –que decenas de miles de aficionados al futbol de distintos países reclamaron que no se lleve a cabo— se transmitirá televisivamente a 50 países del mundo. El mensaje subliminal, orientado a instalar la idea de una ciudad totalmente israelí, tramitado con la complicidad del macrismo, está dado en la elección del estadio donde jugarán ambas selecciones. Será justamente en Jerusalén a diferencia de los partidos de los años anteriores, que se desarrollaban en Tel Aviv. El diputado de la Kneset (parlamento unicameral israelí) Yousef Jabareen, miembro de la Lista árabe-judía, envió semanas atrás una carta al embajador argentino en Israel solicitando que la selección de fútbol no juegue en Jerusalén. “Me preocupa mucho que este partido tenga lugar en Jerusalén. Si bien Israel siempre buscó el reconocimiento internacional y la aceptación de Jerusalén como su capital, este reconocimiento no se realizará: Jerusalén fue ocupada en violación de la ley internacional, según lo establecido en numerosas resoluciones de la ONU (…) Celebrar el partido otorga legitimidad y apoyo a las continuas violaciones de los derechos humanos del gobierno israelí, incluido el robo de tierras”, agregó el miembro del Parlamento.
Lo mismo opina Claudio Morresi, ex futbolista y ex Secretario de Deportes: “La única razón por lo que la Selección argentina juegue en Jerusalén es por una presión del gobierno a la AFA. Llevar a Leo Messi y al resto del equipo a una ciudad donde existe un conflicto internacional, solo se entiende por algún negociado del gobierno, que expone a un peligro innecesario al equipo nacional. Si el pueblo israelí quiere ver a la selección argentina lo lógico sería que la lleven a jugar al estadio Ramat Gav de Tel Aviv, que tiene capacidad para 10.000 personas más que el Teddy Kolen de Jerusalén. Según la Asociación de Futbol de Palestina, el campo originario donde se iba a jugar era el Sami Ofen de Haifa y se trasladó al estadio de Jerusalén por presión política. De esta forma se está usando un partido de fútbol como herramienta del gobierno israelí para normalizar la anexión ilegal del ocupado Jerusalén Este. Permitir que la selección argentina sea utilizada en un conflicto internacional es una irresponsabilidad del macrismo”.
Según integrantes de la delegación argentina de la AFA, el partido es el paso previo para mudar la embajada argentina que hasta el día de hoy se encuentra en Tel Aviv. Funcionarios de la cancillería argentina confirmaron la versión y advirtieron que sumarse a este concierto legitimador implica involucrarse claramente en un conflicto ajeno a la realidad de América Latina, un revival de lo efectuado por el menemismo en la década del ’90, situación que motivó sendos atentados terroristas.
El objetivo propagandístico destinado a invisibilizar el vínculo de Palestina con Jerusalén se inició con el traslado de la embajada estadounidense y continuó con el anuncio en el mismo sentido de las delegaciones diplomáticas de Guatemala y Paraguay. Muchos analistas internacionales consideran que el próximo Estado en solicitar el traslado es Argentina. Lo curioso es que las dos mudanzas iniciales –la decidida por Trump y por el jefe de gobierno guatemalteco, Jimmy Morales— fueron financiadas por Sheldon Adelson, el magnate estadounidense conocido como “el rey de Las Vegas”, quien además fue uno de los máximos beneficiados con el pago a los “fondos buitres” efectivizado por Macri en abril de 2016. Adelson, además, ha sido sindicado en 2015 como uno de los oscuros financistas de Alberto Nisman, con depósitos por 280.000 dólares, realizado en Colonia, Uruguay entre 2009 y 2013.
Los aportes de Adelson a Trump y a Morales, que alcanzan la suma de 50 millones de dólares, provienen de las cuantiosas arcas infladas por la magnificencia del macrismo. En 2016, Singer y Adelson –entre otros—fueron beneficiados en casi 5000 millones a pesar de que pocos meses antes la Asamblea de las Naciones Unidas había votado en contra de los fondos buitres y su usura, y al mismo tiempo a favor de las negociaciones sobre deuda soberana encaradas por la Argentina.
Lanchas infladas
El acuerdo suscripto por Macri y Netanyahu supera con creces lo deportivo. Incluye peligrosas alianzas geopolíticas y negociaciones militares. El día 28 de mayo estuvo en Buenos Aires el director general para América Latina y el Caribe de la Cancillería israelí, Modi Ephraim, quien adelantó la continuidad de un vínculo que se profundizó a partir de la llegada a la presidencia del macrismo. El tipo de relaciones encaradas por ambos gobiernos se relaciona básicamente con temas de seguridad y de aparatología bélica, pese a que Israel mantiene espacios de liderazgo internacional en tecnología médica y en investigación científica. Una evidencia del tipo de intercambios fue la llegada a mediados de mayo de las 2 de las 4 lanchas de patrullaje fluvial adquiridas –según la ministra de seguridad Patricia Bullrich— para tareas de guardacostas en el control del narcotráfico, tipo Shaldag MK II, producidas en el astillero Israel Shipyards, equipadas con armamento de guerra (cañones de 25mm y 20 mm) más adecuado a conflictos militares que a control del narcotráfico.
El monto abonado por dichas embarcaciones alcanzó –según la comunicación oficial— los 49 millones de dólares. La empresa naviera Israel Shipyards con la que Patricia Bullrich negoció en noviembre de 2016 fue acusada este año por malversación de fondos y actividades de corrupción por la venta a Nigeria de embarcaciones similares a las compradas por Argentina. Dos integrantes de su directorio, Oded Breier y Samy Katsav, fueron detenidos por la policía israelí los días 18 y 19 de marzo de este año. [1] El valor de las lanchas –de más de 12 millones de dólares cada una— supera llamativamente el valor de otra de similar porte y utilidad ofrecidas por distintos astilleros: Brasil adquirió años atrás cuatro lanchas patrulleras de río de 40 pies para reforzar la vigilancia en el río Amazonas a un valor de 1,8 millones de dólares cada una. [2] En ese mismo marco, la Federación Naval Argentina consideró que por el valor pagado a los astilleros israelíes se podrían producir a nivel local “20 lanchas de la misma estructura y tecnología”. [3]
La declaración de la Federación Naval adquiere una significación más trascendente si se toma en cuenta el vaciamiento sistemático de los astilleros Rio Santiago, dependientes de la gobernación de la provincia de Buenos Aires, cuyo personal sufre una intervención autoritaria dispuesta para desmantelar una de las empresas públicas potencialmente más redituables. Los trabajadores de Río Santiago han denunciado públicamente estas maniobras advirtiendo que uno de los lugres con mayor peligro inmediato de deterioro –por decisión de la intervención resuelta por María Eugenia Vidal— es la escuela técnica que se emplaza dentro del predio, donde se forman los trabajadores necesarios para el astillero. [4] La educación no parece ser un tema de interés para Vidal. [5]
Las relaciones peligrosas entre Macri y Netanyahu se han ido intensificando en los casi tres años de gobierno de Cambiemos. Uno de los primeros encuentros con un primer mandatario, apenas asumió en diciembre de 2015, fue con el líder del Likud, en Davos, en enero de 2016. En mayo de ese año, Waldo Wolff es designado en la Comisión bicameral de seguimiento de temáticas de la seguridad interior. En julio de 2016 se realizó un seminario de ciberseguridad en Buenos Aires al fin del cual la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, declaró: “Respecto a la vigilancia de la web estamos más atrás y necesitamos el apoyo de otros países. Ahora estamos comenzando a trabajar en un centro de inteligencia en ciberdelito y ciberterrorismo, con el objetivo de seguir todas las hipótesis.” En esa misma nota, en un ejercicio de sincericidio, agregó. “También estamos trabajando con la Dirección de Comunicaciones de la Corte (la ex OJOTA, encargada de las escuchas telefónicas) en el establecimiento de protocolos. El otro tema al que nos estamos dedicando fuerte es el de la creación de un protocolo unificado de emergencias. El diputado Waldo Wolff lo está trabajando con expertos de distintos lugares en el mundo, para saber qué hacer y cómo operar para que no se colapsen las comunicaciones y la logística”.
La referencia a Wolff –que meses después (noviembre 2016) acompañaría a Bullrich en la visita a Israel en la que se concretaría la compra de las lanchas—, se constituyó en una incógnita no saldada, debido a que el ex dirigente de la DAIA no fungía de integrante del poder ejecutivo, lo que hacía inentendible su participación en las negociaciones de adquisición de material bélico y, más aún, en la participación de las escuchas telefónicas. De todas formas, para darle coherencia y profundidad a esa seguidilla, el diputado del PRO fue nombrado el último 31 de mayo como presidente de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Órganos y Actividades de Seguridad Interior. Los niveles de seguridad ciudadana habrán aumentado, sin dudas, después de su asunción. Pero lamentablemente Wolff no pudo festejar su nuevo puesto por una contrariedad inesperada: su denuncia contra Leopoldo Moreau por “antisemitismo” —de fines de 2017— no prosperó. Fue desestimada por la Cámara Federal ese mismo jueves. Su permanente utilización de la judeofobia como dispositivo de debate político no tuvo, en este caso, éxito alguno
La visita de Bullrich y Wolff a la IV Conferencia de Internacional Israel HLS & Cybersecurity, realizada en Tel Aviv a fines de 2016 contó con la participación de Rubén Fleischer, Director Nacional de Logística Provincial y Municipal del Ministerio de Seguridad de la Nación. Fleischer es el hijo de un dirigente de la Sociedad Hebraica Argentina, institución de la que proviene Waldo Wolff. Fleischer, además trabaja desde hace veinte años como asesor en temáticas de seguridad y según varios empresarios ha ofrecido su consultoría privada en el mismo periodo en que se desempeña como Director Nacional. Llamativamente su red social Twitter confirma estas informaciones: En su perfil afirma ser Advisor and Entrepreneurship Security Consultant (Consultor y emprendedor de asesores de seguridad). Lo curioso es que desde esa misma red social difunde actividades del Ministerio de Seguridad. [6]
Las relaciones peligrosas –usualmente— solían ser recónditas y disimuladas. Sin embargo, en este caso, el nivel de desparpajo parece ser directamente proporcional a la rigurosidad con que estos actos viles serán juzgados en tiempos venideros.