U-BOOTE. Una búsqueda podría encontrar pecios de submarinos alemanes llegados clandestinamente a las costas argentinas
Tal como expliqué detalladamente en Ultramar Sur, la última operación del Tercer Reich, libro que escribí junto al añorado Carlos De Nápoli,no hay la menor duda de que en el litoral marítimo argentino y cerca de su costa se encuentran los pecios de varios submarinos alemanes (U-Boote) arribados al término de la Segunda Guerra Mundial, cuyas tripulaciones –al contrario que las de los U-530 y U-977, que se entregaron en la Base Naval de Mar del Plata el 10 de julio y el 17 de agosto de 1945– los hundieron–seguramente con explosivos– luego de abandonarlos y desembarcar clandestinamente.
Los timones encontrados son muchos más grandes que los U-Boote habituales (el U-530 era de la clase IX/40 y el U-977 de la más numerosa clase VII-C, un poco más pequeño que aquel, ver ilustración) e incluso que los más modernos de la clase XXI que posiblemente hayan llegado al mar argentino. Sin embargo, una búsqueda seria de pecios a fin de ubicar los correspondientes a esos timones, muy posiblemente pueda ubicar lo de los submarinos hundidos, ya sea sobre el lecho marino o cubiertos por la arena, enteros o fragmentados por explosiones.
La existencia de esos «cadáveres» de submarinos no sólo fue acreditada por un oficial buzo de la Prefectura, Carlos Massey, al cual la Armada le pidió colaboración para relevarlo uno durante la dictadura; también fue creída a pie juntillas por el presidente Menem, que en 1997 le ordenó a la Armada ubicarlos. Se trato de la llamada Operación Calypso, cuyos resultados insólitamente fueron rotulados como «Secreto de Estado», secreto que, incomprensiblemente, se mantiene hasta hoy.
Dicho todo esto, los dejo con la noticia, que se conoció luego de Navidad. Y los invitó a leer seguidamente una nota de Julio Lagos, con quien estoy ideológicamente en las antípodas (fue un claro defensor de la dictadura y no me parece casual que omita mencionarme). Sin embargo, su nota puede ser un aperitivo para que lean a continuación Ultramar Sur, ya que no tengo empacho en decirlo (hace casi medio siglo que no tengo abuela) es la mejor y más completa historia de la operación originalmente planeada para traer a Hitler, Eva Braun y su séquito a la Argentina, operación en cuyo curso los U-Boote hundieron varios buques, incluyendo al crucero brasileño Bahía, con más víctimas que las que registró nuestro crucero General Belgrano.
Resta ahora lograr que se levante el Secreto de Estado sobre las conclusiones de la Operación Calypso.
Los dejo con la noticia:
Expedición buscará un naufragio desconocido tras el hallazgo de dos enigmáticos timones
El museo histórico de La Loberia solicitó al Concejo Deliberante de dicha localidad bonaerense que sean declaradas como Patrimonio Histórico dos antiguas y raras palas de timón encontradas en la playa de Arenas Verdes, cerca del puerto de Quequén.
Por su parte, la Asociación de Amigos del Museo y del Archivo Histórico de Necochea solicitó al Concejo Deliberante de esa ciudad que sea declarada como de interés municipal una expedición que, con tecnología subacuática, tratará de encontrar el casco del navío que habría tenido esos timones, naufragio del que no se han encontrado registros.
El pedido realizado esta semana al Concejo Deliberante de Lobería se hizo en el marco del proyecto “Eslabón Perdido”, propiciado por el museo local, que busca encontrar naves naufragadas desconocidas en un sector del litoral atlántico ubicado al norte de la ciudad de Necochea.
En la solicitud realizada a los ediles, la museóloga Eliana Segovia explicó que se ha realizado un relevamiento de más de 50 naufragios, así como de embarcaciones varadas o desguazadas, y que en ningún caso se pudo demostrar que ambas palas de timón fueran compatibles con esos navíos siniestrados, ni por su tamaño ni por su diseño.
La sorpresiva llegada del U-530 a Mar del Plata el 10 de julio de 1945
Muestras del material con que fueron fabricados esos timones fueron analizadas en laboratorios del Centro Atómico Bariloche, que dictaminó que no se trata de acero naval común, sino de una aleación de base hierro, con componentes menores como aluminio y cromo, entre otros, y partes de acero inoxidable, como el pivote, o tapones Kaupmann, de origen alemán, explicó Segovia.
El ingeniero Hernán Sotelo González, miembro del grupo de investigación, dijo que el diseño de los timones constituye una rareza y que no se pudo encontrar semejanzas en los de barcos moderno ni antiguos.
Por su parte, en su presentación ante el Concejo Deliberante de Necochea, las autoridades del museo local – Fernando Tripiana, Presidente; Carlos Palotta, vocal; y Juan Ratti, Secretario- destacaron los objetivos de la búsqueda, informando que “a nivel nacional la iniciativa ya ha sido puesta en conocimiento del Ministerio de Seguridad del que depende la Prefectura Naval Argentina, fuerza a la que se le ha solicitado apoyo y colaboración”.
El coordinador del proyecto Eslabón Perdido, el periodista Abel Basti, investigador de las actividades nazis en la Argentina, explicó que el rastrillaje a a realizarse se hará mediante un sonar de barrido lateral, ROV (Remotely Operated Vehicle) y buzos. Además, informó que está previsto explorar con un georadar y detectores de metales sectores de las playas de Costa Bonita y Arenas Verdes, donde se encontraron los dos timones.
Cada una de las palas de timón miden 5.07 por 3.42 metros y pesan más de 10 toneladas, según el cálculo de los expertos involucrados en el proyecto Eslabón Perdido.