1ª DE MAYO DE 1974. «Hoy es la Fiesta del Trabajo… unidos en el amor de Dios, al pie de la bandera sacrosanta…»
Solia cantar esta canción (una parte) humorísticamente allá por el 73, cuando teníamos nuestro cuartel general en la UB «La Patria Grande» de México 1405 (Circ. 13, barrio de Montserrat) apenas a una cuadra de la central de la Jotapé de la calle Chile. Me parecía evidente que la letra, que creo que es nada menos que del filo-ustacha Ivanisevich, era una respuesta nacional-fascistoide a otras canciones que exaltaban el Primero de Mayo como fiesta del internacionalismo proletario. Me parecía obvio que nadie podía tomarse demasiado en serio cosas como esa, al igual que la Comunidad Organizada, un libro firmado por Perón que nació ya viejo. Pero daba demasiadas cosas por resueltas y superadas. Vino el 20 de junio en Ezeiza y todo lo demás, y en 1974 me tocó hacer la colimba en La Tablada, por lo que no pude participar en la discusión acerca de si había que ir o no el 1° de Mayo a escupirle el asado (en verdad, el concurso de belleza para elegir a Miss Trabajo 74, una idea de Lopecito) a Perón. Mi posición era que no había que darle bola ni aparecer ni por diez kilómetros a la redonda. ¿Que sentido tenía ir a cantarle: «¿Que pasa general / que está lleno de gorilas / el gobierno popular?» y «No rompan más las bolas / Evita hay una sola»? ¿Qué otra cosa que romper definitivamente con el anciano general podíamos conseguir? Ya sabemos lo que pasó. El exabrupto del general, que perdió los estribos al ver insultada a su esposa. Y la retirada de la plaza, que no fue decidida por la dirección montonera (que tampoco decidiria regresar a la plaza en ocasión del Rodrigazo) sino por sus bases, la jotapé, el pueblo movilizado e indignado por los insultos (estúpidos, imberbes) de Perón. Una tragedia. De la que no participé porque justo en ese momento, apenas terminada la instruccion, hacia guardia en el puesto Pistolas, sobre la calle Somellera. Recuerdo que canturreaba a Vox Dei (Compulsión / de mi vida sin sentido / que se va y no deja rastros / como un pájaro de paso) para alejar de mi mente un pensamiento obsesivo. ¿Dónde estaría mi amorcito? Y sobre todo, ¿con quién? Porque por entonces, he de reconocer, era una versión blonda pereo cecijunta del moro Otelo.