¡Nada sin Cristina!

El lugarteniente de la ministra de Seguridad sabía que intentarían asesinarla, la ministra ordenó borrar su celular y el de sus secretarios porque podían probarlo. La familia del ministro de Economía financió a quienes promovían de todas las maneras posibles que se la matara. Y el infame poder judicial que padecemos pretende lapidarla con supuestas «tres toneladas de pruebas» que no tienen más entidad que una pompa de jabón. O menos.

El disco rígido de la computadora por lo que hago Pájaro Rojo tuvo una muerte súbita, motivo por el cual hace varios días que el sitio no estuvo en el aire. En el ínterin han sucedido cosas importantes, entre ellas la ignominiosa –por jueces y fiscales, tan probos como los del film Saló de Pier Paolo Pasolini– condena y proscripción de Cristina.

Y, también, la decisión neroniana del presidente cipayo de privar a Cristina de su jubilación y su pensión como viuda de un Presidente, lo que, tiempo al tiempo, muy posiblemente será revertido aún por esta Corte Suprema porque, como le explicó el propio Milei a un animoso Jonatán Viale, se trata de derechos adquiridos que no es  posible eliminar retroactivamente.

En este contexto, las críticas que tenemos hacia algunos de los allegados a Cristina tan sectarios como chupamedias pierden relevancia: Cristina es la indiscutible líder del movimiento nacional, además de presidenta del principal partido del país. Si tal cual  personaje de su entorno no nos gusta, hay que tener presente que al lado de Perón estaba López Rega, y que aún así muchos consideramos que fue un grave error torpedear el «pacto social» propuesto por Perón con el apoyo de la  CGE (Gelbard) y la CGT (Rucci). Para no hablar de cosas peores.

El gobierno anarcolibertario, con estas acciones: el retiro de bustos de Néstor Kirchner; el cambio de nombres del gasoducto Néstor Kirchner y el CCK y el anunciado retiro de las imágenes de Evita de los ex ministerios primero de Obra Públicas y desde hace mucho de Desarrollo Social, reconvertidos ahora en el actual Ministerio de Capital Humano, pone al general Eduardo Lonardi –que encabezó el movimiento que depuso a Juan Perón con la consigna «Ni vencedores ni vencidos»–  en las filas del execrado nacionalismo católico. y se emparenta con la reacción liberal conservadora de Pedro Aramburu y el almirante Isaac Rojas, quienes fusilaron, persiguieron y hasta prohibieron que se mencionara a Perón, Evita, el partido y su escudo, las marchas Los muchachos peronistas y Evita Capitana, etc, etc. De lo que surgió que se llamara a Perón, «El Hombre», «El Potro», Juan o como recordó María Elema Walsh, «el que te jedi».

No aprenden más: Volverá a pasar exactamente lo mismo que antes: quizá no volvamos a cantar Cristina o muerte, como lo hicimos con Perón, pero si podemos decir con absoluta certeza lo que también decíamos respecto al General: Nada sin Cristina. Y pronostica que el CCK se seguirá llamando así del mismo modo que nunca prendió llamar al estadio Obras con el nombre de una gaseosa. Y es que aún que estuviéramos amenazados de muerte seguiríamos hablado de «Esa mujer», «Cris» o «la Yegua».

Milei insulta a troche y moche. Llama «ratas» a diputados que después, genuflexos,  le rinden pleitesía, y de «hijos de puta»,  a quienes «andan asesinando gente» (sic), sin referirse (¡vade retro satán!) a quienes están perpetrando un genocidio de manual en Gaza, Palestina, verdugos a quienes Milei, judío sionista imaginario, idolatra.

Aunque coincido con la respuesta de Adrián Murano, no trataré a Milei de hdp porque no me consta que su madre haya sido prostituta (aunque si que dejó que su marido abusara de él, de lo que estamos pagando las consecuencias). Y porque Milei es algo mucho peor: perverso, malvado, racista, cipayo y vendepatria.

Él y sus mandantes nos han declarado la guerra, y todos los que se hacen los distraídos, son cómplices del desguace de la Nación  argentina y la destrucción de los lazos de cohesión solidarios de su sociedad. Traidores a la patria.

No hay más camino que reconocer y defender a Cristina, y rogar y tratar de  ofrecer alternativas para que no se equivoque. Nada, absolutamente nada se puede hacer bien dándole la espalda a Cristina.

Algún día lograremos que jueces y fiscales sean elegidos por el voto popular como en Bolivia y México. ¡Qué envidia!. Y si nos empeñamos, quizá consigamos que la población enaltezca la decisión de echar a los invasores británicos a comienzos del siglo XIX y que todo el mundo sepa que se conmemora el 20 de Noviembre, Día de la Soberanía Nacional en recuerdo del combate de la Vuelta de Obligado. Y celebre su victoriosa secuela en Punta Quebracho, seis meses y medio después, el 4 de junio de 1846. y consecuentemente, consigamos el repudio generalizado a quienes entregan las Malvinas, el litio, el cobre, el gas y todos nuestros recursos naturales.

En cuanto a la muerte súbita del disco rígido de mi compu, es el tercero en menos de un año (los otros dos fueron externos) lo que nos permite abrigar la sospecha de quizá no se haya tratado de un accidente.

Tener enemigos, nos enaltece.