LILIA LEMOINE: La sombra erótica y mas amable del energúmeno que destruye la nación

Sobre la naturaleza de la relación entre el Presidente y esta bella mujer hay mucha literatura en las redes,  pero no hace falta internarse en un mar de interesadas suposiciones: Al describir con pinceladas  de artista lo que está a la vista y es muy difícil sino imposible de refutar, el amenazado Patán Ragendorfer logra arrancar sonrisas en medio de tanta tragedia. Por cierto, la bella Lilia, estigmatizada como rubia tarada, es la faceta más bella y presentable de una runfla mixta de psiquiátricos, perversos y subnormales. Lo pueden comprobar con el video que va al final.  Ella y Karina La Muda son, sin duda y por los motivos que sean, las personas que más quieren al topo que encaramado en la cima de la nación se vanagloria de estar destruyéndola. Porque no hay nación que pueda constituirse sin estado. ¿Es tan difícil de entender?

Volviendo a Lemoine. Sus aventuras hasta parecerían graciosas si no fuera por tanto despropósito: mientras al menos un millón de pibes argentinos se van a la cama sin cenar, ella viaja a Ucrania a interesarse por los niños ucranianos. Y lo hace luego de que su amado presidente haya enviado víveres a Kiev y se obstine en no repartir alimentos comprados por el gobierno anterior a los comedores populares, desobedeciendo órdenes judiciales.

POR RICARDO RAGENDORFER / ACCIÓN

Faltaba un cuarto de hora para el comienzo de la presentación del Presupuesto 2025 cuando la señora Amalia “Yuyito” González, recientemente entronizada en el cargo de novia presidencial, ingresó al Palacio del Congreso con una altivez acorde con su investidura.

Cerca de ella había otra rubia, que retrasó su andar para no cruzársela.

Hubo quienes advirtieron en sus ojos un brillo cargado de recelo. Se trataba de la diputada nacional Lilia Lemoine. Que poco antes había concluido otra de sus tareas: acomodar el revoltijo de mechones que el mandatario luce en su cabellera, además de ensombrecerle con maquillaje la papada.

Luego, ya en el recinto de la Cámara Baja, mientras él se instalaba ante un atril, a sus espaldas, desde una larga mesa ocupada por la vicepresidenta y las autoridades legislativas, José Luis Espert, quien encabeza la Comisión de Presupuesto, divisó a Lemoine en su banca. Y la mirada se le tornó furibunda.

No era para menos: apenas unos días antes se había viralizado un audio de WhatsApp en el cual ella incurre en el siguiente juicio de valor: “Espert y (Luis) Rosales (su compañero de fórmula en los elecciones de 2019) son gays. Se apañan entre sí; la tapadera de Espert es Mechi (su esposa, María Mercedes González)”.

Finalmente, Lemoine soltó: “Mechi es una vieja fea que no coge (sic) y se viste para el orto (sic)”.

Eso encendió –nuevamente– todas las alarmas. Porque no era la primera vez que alguien filtraba los diálogos y mensajes privados entre las principales figuras del régimen libertario.

Y se cae de maduro que el “topo” en cuestión proviene de sus propias filas.

Pero, ¿de quién diablos se trata? Ello sigue siendo un enigma que ni la SIDE fue capaz de esclarecer.

Tan es así que, dos días después, durante el glamoroso asado ofrecido en la Quinta de Olivos a los 87 “héroes” que legitimaron el veto presidencial a la movilidad jubilatoria, todos sus asistentes fueron obligados a entregar sus celulares al personal de seguridad.

En dichas circunstancias, Lemoine fue protagonista de un sonado papelón, cuando los custodios le decomisaron un segundo smartphone oculto entre sus ropas, que ella pretendía ingresar clandestinamente.

El intento le valió la –momentánea– ira de Milei, quien ordenó ubicarla en el último lugar de la mesa, casi pegado a la puerta del baño. Pero luego la perdonaría:. son las idas y vueltas de un vínculo muy estrecho.

Aún así, junto a las indecorosas evidencias del espionaje sobre la cúpula de La Libertad Avanza (LLA), resalta el resquemor ante esta mujer, que suele darse dique de la información sensible que maneja sobre ese espacio político, sustentado en la presunta tenencia de audios, videos, fotos y otros registros altamente comprometedores, aunque su propio celular –como ya se vio– también está sujeto a intervenciones de terceros.

Bien vale la pena entonces reparar en ella.

Corazón delator

La biografía oficial de Liliana Adela Bolukalo Lemoine, de 43 años, describe a una emprendedora nata, atravesada por múltiples especialidades: asesora de imagen, maquilladora, peluquera, influencer y profesional de cosplay.

–¿Qué es cosplay?–quiso saber un periodista que, en agosto de 2023, la entrevistó para la señal IP.

–Es un hobby. Consiste en jugar a disfrazarse, como cuando eras chico, pero siendo grande…

–¿Y vos de qué te disfrazas?

–Ahora estoy disfrazada de candidata a diputada.

Era su segundo intento de llegar al Congreso; en 2019, había integrado la lista de Espert, pero sacó 1.81% de los votos.

Cuatro años después, esta mujer, que exhibe un imaginario terraplanista, antivacunas y ultraliberal, concitaba la atención de los medios; en parte, por su cercanía con Milei.

En cambio, su biografía no autorizada se nutre –involuntariamente– con sus propias palabras. A saber:

–En realidad (con Milei) estamos en una especie de relación; estamos en pareja desde 2020, pero en secreto…

También entonces supo revelar que la campaña de LLA se financiaba, en parte, con dinero obtenido “por debajo de la mesa”.

Tales confesiones fueron tomadas por una cámara oculta que le hicieron en Londres, a dónde fue –diríase– invitada con engaños en el marco de una extraña operación política con supuestos fines extorsivos, que salió a la luz en tres artículos publicados, entre septiembre y octubre de 2023, en el diario La Nación por el periodista Hugo Alconada Mon.

Ese video fue emitido cuatro días antes de la primera vuelta electoral en un programa de El Trece conducido por Fabián Doman, cuando, al parecer, tal amorío ya era cosa del pasado, algo que la cosplayer se obstinaba en revertir.

Por aquellos días, Karina Milei odiaba a Lemoine. Pero el sorpresivo noviazgo de su hermano con la imitadora Fátima Florez cayó como un baldazo de agua fría para ambas. De modo que, al estilo shakesperiano, dicha animosidad mutó súbitamente en una alianza.

Eso ofuscó a Milei, al punto de no querer ver a la cosplayer ni pintada, tal como se vio durante el cierre de campaña en el Movistar Arena, cuando él retrasó una hora su salida al escenario, exigiéndole a “El Jefe” a viva voz:

–Vos me la trajiste acá. Es culpa tuya. ¡Me la sacás ya!

Esa vez, ella le obedeció.

Es sabido que lo de Milei y Florez fue de corto aliento. Disuelto el lazo que los unía, la animosidad de él hacia Lemoine se disipó, aún con intermitencias por demás vidriosas.

Asuntos internos

Lo cierto es que Lemoine se tomó muy a pecho su papel de diputada, desde el cual, por ejemplo,  presentó un revolucionario proyecto para que los varones puedan renunciar a su paternidad. Fogosa en los debates parlamentarios y vista con buenos ojos por sus colegas de bancada, los medios empezaron a tratarla como si fuera un verdadero cuadro político.

En tanto, su alianza con Karina seguía en pie. Es más, ella pasó a ser su garrote. La encargada de “atender” a sus enemigos. Personajes como Victoria Villarruel y Marcela Pagano, entre otros, lo experimentaron en carne propia. Y por si fuera poco, ella también lo contiene a “Javo”. La buena de Lilia no solo lo maquilla antes de sus apariciones públicas sino que, además, le funge de asistente terapéutica, infundiéndole temple en sus momentos de flaqueza y, para ello, hasta pernocta a veces en su alcoba para mitigar su proverbial insomnio.

Un extendido rumor asegura que, a tal efecto, suele administrarle alguna dosis de Somit, un
inductor al sueño que el Presidente mezcla con bebidas energizantes, lo que le provoca sonambulismo. Y que hace años, de pisodio de este tipo, ocurrido ya hace años, indica que, de pronto,
Milei saltó del lecho en trance, antes de arrojar el control remoto del televisor por estar –según sus gritos– “dolarizado”.

¿Acaso ella lo habría filmado en tal situación?

Un rumor que circula en los pasillos del poder libertario asegura que tal
posibilidad a él lo desvela. En otras palabras, Milei la necesita, pero, a la vez, siente que está en sus manos. Y le teme. Toda encrucijada de Estado.

¿Qué pensará Yuyito al respecto? Es de resaltar que su ingreso al corazón presidencial aún no encrespó de manera explícita el amor propio de Lemoine.

O tal vez solo sea la calma que precede a la tormenta.

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Un comentario

  1. Propongo una apodo para esta señora. Que les parece «Incitatas», en honor a su ilustre antepasado equino, Incitatus, por tener en común la designación del emperador de turno, a altas distinciones políticas . . . .

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